Las batallas de Poduje
Con sus casi dos metros de altura, el arquitecto Iván Slavko Poduje Capdeville (Santiago, 1968) no es precisamente de los que arrugan a la hora de una discusión o, lisa y llanamente, de mandar a buena parte a algún termocéfalo de las redes sociales.
Su historia tiene la particularidad de haberlo visto integrar la comisión asesora del Presidente Piñera en políticas de desarrollo urbano durante su primer mandato y como encargado de proyectos urbanos (Parque Mapocho Río, Parque Barón, entre otros) en el segundo período. Entre medio, también trabajó con la ex Presidenta Bachelet en su política nacional de movilidad, que impulsó la extensión de la Línea 3 de Metro de Santiago. Pero las campañas eran otra cosa, ahí era donde se jugaba sus convicciones más profundas; por lo mismo, fue uno de los más destacados y cercanos escuderos en el último (y frustrado) arresto presidencial de Ricardo Lagos Escobar ("Iván es el hijo que mi padre siempre quiso tener", bromeaba por esos días el senador Ricardo Lagos Weber).
"Mi domicilio político es de centroizquierda, de la Concertación", reconocería Poduje poco después. "Me siento muy orgulloso de lo que se logró con líderes como Lagos y Aylwin. De la reducción de la pobreza, de la ampliación de la clase media y de los parques en las zonas populares", agregaba, aun cuando lo líquido y desdibujado de la política actual lo hayan hecho estar hoy en el anverso de la otra vereda, como integrante de la campaña presidencial de Evelyn Matthei y municipal por Viña del Mar de Andrea Molina. La primera, UDI, y la segunda, hoy independiente, abanderada de Chile Vamos, y quien lo integró como "rostro" y "cerebro" en la recta final de una carrera que aún tiene más dudas que certezas.
Exalumno del Saint Gabriel's School de avenida Bilbao y de Arquitectura en la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, recuerda que fue en aquel entonces (segunda parte de los ochenta) que, entre croquis y croquis del Puerto y Viña del Mar, terminó por prendarse de ambas ciudades.
Siempre le cargaron, no con amabilidad se entiende, una relación familiar cercana con el en ese entonces ministro de Vivienda y Urbanismo y, más tarde, vocero de Pinochet, Miguel Ángel Poduje Sapiaín.
"A él lo vi unas tres veces y su nombre hasta hoy ha generado muchos prejuicios en mi vida. Los de derecha pensaban que yo era su hijo y los de izquierda me miraban con desconfianza. También decían que nos parecemos mucho físicamente. Ahora como estoy más viejo me preguntan si es mi hermano. Miguel Ángel era primo de segundo grado de mi papá. Cuando estoy con adultos mayores de comunas periféricas me preguntan si es mi padre. Lo recuerdan con cariño como el ministro de la dictadura que entregaba casas", explicó a la prensa por enésima vez.
No era un mal tipo el tío Poduje. Murió joven, con 63 años, un 11 de septiembre. Siempre recuerdo que terminó siendo una especie de Golborne posmineros de la época. De hecho, y aprovechando su popularidad, encabezó las giras en los días previos al día del plebiscito del 5 de octubre de 1988, entregando títulos de dominio a familias vulnerables en Valparaíso, El Biobío y La Araucanía. Llenaba estadios y gimnasios. Pero tampoco hacía milagros.
Siguiendo con Iván, su oficina Atisba ha desarrollado proyectos en Chile, Perú y Colombia. También fue director de la Fundación Espacio Público en temas de integración social urbana y ordenamiento territorial energético e irrumpió en Valparaíso con la fenecida corporación Metropolítica, junto a Marcelo Ruiz, Gonzalo Cowley, Alberto Texido, Ignacia Imboden, Macarena Carroza, la que encabezó una seguidilla de organizaciones civiles y de "indignados" que derivó más tarde en el Pacto La Matriz y la llegada de Jorge Sharp. El resto es historia conocida.
Tras el megaincendio intentó levantar un observatorio porteño de la mano de aquellas entelequias de Nicolás Ibáñez, que alcanzó a entregar un informe de reconstrucción hecho a punta de drones y paseos en helicóptero.
Uno de sus aciertos fue visibilizar el Chile oculto, como en la publicación del trabajo de investigación Guetos en Chile, acaso el primer escrito en hablar de la población Bajos de Mena de Puente Alto.
"Siempre dicen que uno estigmatiza cuando nombra. Nosotros concluimos que Bajos de Mena era el barrio más segregado de Chile. Nadie sabía qué era Bajos de Mena, ni lo conocían".
A partir de ese anfiteatro de marginalidad es que Poduje elabora su teoría de que allí mismo puede radicarse el origen del estallido social, específicamente en la implementación del Transantiago (made in Lagos y ensamblado by Bachelet), que terminó "humillando" (el término es de él) a tantos, pero tantos compatriotas desde ese aciago verano del año 2017.
"El origen del estallido empieza ahí, porque lo que hace el Transantiago al alargar los tiempos de viaje de la gente es que aleja mucho más la ciudad moderna, donde están los destinos, de la ciudad popular, vulnerable. El Transantiago hace más tortuosa la experiencia de ir a trabajar y devolverse. Esto tomó años en normalizarse, a un costo enorme, y con mucha indiferencia. Este es un factor muy influyente en el estallido, fue una humillación para mucha gente", explicó.
Tras el estallido, Poduje saltó al estrellato por dos cosas: la primera, se dedicó a recorrer el día después de los desmanes y atentados que devastaron Santiago desde el preciso 18 de octubre de 2019, lo que derivó en el estupendo libro 7 Kabezas; y, segundo, renunció con escándalo a la Facultad de Arquitectura de la Universidad Católica, donde ejerció por 17 años, después de que la universidad le llamara la atención por uno de sus peregrinos comentarios en Twitter ("nunca más se supo del hambre"), en referencia a las protestas en sectores populares por falta de alimentos al inicio de la pandemia. La misma vara no corrió, sin embargo, para Sebastián Gray, de la propia UC y presidente del Colegio de Arquitectos, quien propuso una "guillotina en la plaza pública" para Piñera, en el caso de que éste rechazara el primero de los retiros del 10% de pensiones.
Por estos pagos no ha sido muy amigo de los alcaldes. Primero, coincidiendo con las críticas de Agustín Squella a la "Ciudad Bella" de Viña del Mar y, asimismo, enfrentándose a Jorge Sharp y Tania Madriaga por esa especie de quinto infierno en que está convertido Valparaíso y su maravilloso, perfecto y único Pladeco de más de $ 900 millones.
El resto, como dice Zambra citando a Verlaine, no es más que pura literatura.
por don milton