La delincuencia no da tregua al comercio
El alto porcentaje de ilícitos que castiga a la actividad tiene un profundo alcance social, pues afecta también el empleo. La encuesta de la CNC revela, además, un problema recurrente, como es la desconfianza o mala calificación de las instituciones. Así, 4 de cada 10 comerciantes victimizados no formulan denuncias. Hay ahí un ánimo de resignación, de acostumbramiento.
Inquietante récord: el 55,7% del comercio de Valparaíso y Viña del Mar ha sido víctima de algún delito durante el segundo semestre del año pasado. Lo revela una encuesta realizada en todo el país por la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo de Chile (CNC).
La cifra es alta y ubica a estas dos comunas en el primer lugar de victimización del país. El estudio demuestra que estos ilícitos han tenido en nuestras ciudades un crecimiento del 55,4% respecto al registro de 2018, pues en 2019 no se efectuó ese tipo de encuesta. La mayor incidencia corresponde al "robo hormiga", con un 25,2% de los casos, seguido por daños a locales, robos a accesorios de vehículos de uso comercial y robos con violencia.
La percepción del comercio en cuanto a la inseguridad de sus barrios es alta, alcanzando a un 59,4% de los entrevistados. También se anota un aumento en el nivel de violencia a los delitos y, como problema asociado, el 55,7% de los comerciantes afirmó tener comercio ambulante en su barrio.
Pero aparece, además, un problema recurrente que muestran variados estudios de opinión, como es la desconfianza o mala calificación de las instituciones. Así, 4 de cada 10 comerciantes victimizados no formulan denuncias. Hay ahí, junto a la desconfianza y al temor, un ánimo de resignación, de acostumbramiento.
Ante este alarmante estudio, el presidente de la Cámara Regional del Comercio de Valparaíso, José Pakomio, afirma que "sabemos que el escenario del comercio es crítico y hoy, más que nunca, necesitamos una coordinación eficiente y permanente con las autoridades locales, regionales y las policías para enfrentar la delincuencia de manera sistematizada y poder entregar seguridad tanto a locatarios como a las personas".
Teme el dirigente que una vez levantadas las cuarentenas, unas 30 mil personas volverán a trabajar en la informalidad callejera y llama a las autoridades a buscar una solución para dar ingresos que les permitan el sustento. A su vez, el presidente de la Cámara de Comercio de Emprendedores, Raúl Rojas, denuncia desprotección en muchos barrios porteños.
El problema de la arremetida delictual contra el comercio es grave. Viene sufriendo desde hace mucho tiempo en circunstancias que para mantenerse debe financiar impuestos y personal.
Y el punto del personal es particularmente delicado, pues un comercio que cierra desalentado por el delito, la violencia callejera o funciona parcialmente, para bajar costos termina desvinculando trabadores, aumentando así el desempleo.
Por ello, el daño que la delincuencia provoca al comercio tiene un fuerte alcance social que exige la mayor atención con profundización de la tarea policial y también de Fiscalía y Tribunales, instancias que deben rescatar esa confianza perdida, reflejada en una considerable baja en las denuncias.