Los desafíos para instruir en pandemia a navegantes de aguas polares
Desde 1991, el Centro de Instrucción y Capacitación Marítima certifica a capitanes y oficiales -chilenos y extranjeros- de puente de naves que operan en la zona antártica, formación que ha debido reconvertirse a modo virtual por la crisis sanitaria.
El Curso de Aguas Polares de Cimar lleva 30 años y no contempla el traslado de gente a la Antártica por un tema de costos y de tiempo, y de condiciones de seguridad, lo que no ha sido impedimento para que navegantes antárticos y árticos de 26 países hayan pasado por él, con 500 egresados, 200 de ellos extranjeros.
"El Curso de Aguas Polares fue la base para cursos de la Organización Marítima Internacional (OMI), que adoptó nuestros cursos de operaciones de aguas antárticas considerando los dos polos", comenta el capitán de fragata Pedro Herrera, director del Centro de Instrucción y Capacitación Marítima. "Mantenemos todo el know how de operaciones en aguas antárticas. Estamos en distintos foros internacionales de entrenamiento para aguas polares. El valor como Estado de Chile es el que hacemos segura la línea de operación y entrenamiento para operar en la Antártica y que este curso lo podemos dar también en habla inglesa", agrega.
Los objetivos son contribuir a la operación segura de un buque que navega en aguas polares, lo que involucra enseñar a reconocer las características de los hielos, a prevenir la contaminación, a conocer las disposiciones legales, a aplicar prácticas de trabajo seguro y respuestas a emergencias, y a planificar y dirigir una travesía en aguas polares, entre otros temas.
2020, sin embargo, fue un año de desafío por la pandemia de covid-19 y sus exigencias sanitarias y de seguridad. Hubo que apostar por el formato telemático para no detener la marcha. "Comenzamos en 2020 a obtener tecnología (…) El director general de Directemar, almirante Ignacio Mardones, nos dio una impronta de que la marina mercante no se detiene y nosotros tampoco. Ese es el slogan que tenemos: 'la carga sigue funcionando', sigue por los puertos de Chile, que se alimenta en 95% de lo que llega por ultramar. Tuvimos que reinventarnos", detalla el oficial, que en marzo del año pasado, cuando el coronavirus comenzaba a extenderse por el mapa, participó en un foro internacional de Asia Pacífico de donde salieron ideas de cómo comenzar cursos de entrenamiento que no requirieran ser presenciales. "Ahí viene el desafío de hacer este sistema sin grandes plataformas y profesores de mucha preparación; para llegar a las aulas tiene que ser instructores senior, que a veces no son tecnológicamente avanzados, lo que significó un proceso de formación", explica el director de Cimar.
Los simuladores
Los cambios permitieron cumplir con los dos cursos anuales, esta vez aplazados al segundo semestre. En septiembre de 2020 se realizó online el módulo OMI 7.11, de "Formación básica para los buques que operen en Aguas Polares", que incluso subió su número de alumnos, subiendo de los 22-24 habituales a 30, y el curso OMI 7.12, de "Formación avanzada para los buques que operen en Aguas Polares", que se impartió en forma presencial con uso de simuladores de navegación, aunque con aforo limitado. "Cimar tiene simuladores de última generación tanto en el trabajo de puente como de salas de máquinas y comunicaciones, que por lo general permiten desplegar un acto visual que puedes ver en 200°-210° de imagen, donde se siente que se está dentro de un buque", explica el capitán Herrera.
En el mes de octubre los cursos de cinco días se repitieron, y en el caso del módulo básico OMI 7.11 se sumaron alumnos de países como México, Argentina, Panamá y Perú, entre otros.
La experiencia permitió agendar los módulos de este año, que serán dos en junio y otros dos entre septiembre y octubre, todos con inscripciones abiertas. "Jugamos un poco con la tecnología para llevar la experiencia de los alumnos de mejor manera virtual, y estuvimos probando simuladores virtuales en la nube. El ultimo modulo del módulo básico recomienda recrear navegación virtual en uno de los dos polos. Hay que llevar esto a la estación de trabajo del alumno, que es como llevamos la experiencia (…) para entrar después al módulo avanzado", detalla Herrera.
Para el director de Cimar, lo formativo de estos cursos es parte de un concepto más amplio. "La mirada, desde el año 1991, ha sido la condición especial de la Antártica; por eso el Estado de Chile decide generar estos cursos de cómo operar en y cuidar la Antártica. Esto nace con la idea de mejorar las operaciones en hielo, de no dañar los buques y con ello no dañar el medioambiente", señala.
"El Curso de Aguas Polares fue la base para cursos de la Organización Marítima Internacional, que adoptó nuestros cursos de operaciones de aguas antárticas considerando los dos polos". Capitán de fragata Pedro Herrera Director Cimar
En junio parte nueva versión de los módulos, que se repiten desde septiembre.
Navegar en aguas antárticas exige una preparación especial, por las condiciones de mar, de clima y de geografía de hielo. Y en esa formación ha sido clave el rol del Centro de Instrucción y Capacitación Marítima (Cimar) dependiente de la Dirección General del Territorio Marítimo y de Marina Mercante. Como parte de las actividades de la Escuela de Navegación Antártica, "Piloto Luis Pardo Villalón," creada en 1991, el Centro instruye y capacita a los capitanes y oficiales de puente de buques que operan en aguas polares, sean nacionales o internacionales.
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