Historias al mejor postor
"Pisito que puso Maple; piano estera y velador". Parte de la letra de "A media luz", el tango de Edgardo Donato que da cuenta de un bulín amatorio en Corrientes 348 "segundo piso ascensor". En Buenos Aires, claro está, dirección que buscamos sin encontrar como aquella de Baker Street 221-B, donde residía Sherlock Holmes. No quedamos con Maple, prestigiosa mueblería de Londres de principios del siglo XIX, que se extendió por fama y calidad a Chile y Argentina.
En un remate viñamarino se ofrece al mejor postor un paragüero Maple, impecable. Oportunidad, lo compramos. Mueble con varios brazos para colgar paraguas, abrigos o impermeables. Al centro un espejo redondo para el toque final femenino, más abajo un pequeño compartimento con tapa para dejar esas cosas que siempre se pierden, y en su parte inferior un depósito de bronce que recoge las gotas de los paraguas que afrontaron una copiosa lluvia.
El mueble de buena marca no entra en un DFL 2 y con dificultad se acomoda en una casa Ley Pereira (¿quién sería el señor Pereira?)
¿Y esto para qué sirve? Lógica pregunta femenina. Bueno, para colgar los paraguas después de la lluvia. No llueve. Los paraguas ya no son preciado patrimonio familiar que se heredaban de generación en generación y se mandaban a reparar. Existía en Valparaíso (¿existe aún?) la paragüería Colón, pero su giro debe haber sido derrotado por los paraguas desechables chinos.
Quedémonos en los remates, atractivos para quienes buscan oportunidades, obras de arte valiosas, pero desconocidas y a buen precio. No se trata de aquellas subastas de alto glamur con las de Sothesby's o Christies's, con precios en millones de dólares o euros y emires árabes como compradores.
Christies's, hace algún tiempo, subastó varias obras de Rugendas, tres con imágenes de Valparaíso. La cultura nacional no tuvo pesos ni interés por rescatar esa parte de nuestro patrimonio.
Pero en categoría local hemos tenido remates importantes, donde, además de intimidades de la vida diaria de conocidos personajes, aparecen obras de arte valiosas.
Muy sonado fue el remate de la casa, digamos mansión sin ser exagerados, de Carlos van Buren, Cuatro Norte con Dos Oriente, Viña del Mar. Mario Vial, el martillero, sabiendo que ganaba buena comisión en la subasta, hizo un folleto de 78 páginas detallando las especies que saldrían al mejor postor. Entre muchos cuadros, tres marinas de Sommerscales, cuatro obras de Julio Romero de Torres, junto a otras de Juan Francisco González y Alfredo Helsby. Además, hay esculturas en mármol y un bronce de Rebeca Matte. "Report me all well", con ese título se remató una de las obras de Sommercales, hoy conocida como "Diga que voy sin novedad". Pintado en 1911, el cuadro muestra un velero que con banderas de señales informa a otra nave que navega sin problemas. El cuadro actualmente forma parte de la colección del Museo de Bellas Artes de Valparaíso, Palacio Baburizza. Nuestra teoría es que fue subastado por don Pascual y lo incorporó a la colección de arte porteña. Milagroso rescate.
Don Carlos, por otra parte, previsor, tenía una nutrida reserva alcohólica. Decenas de botellas de champán, whisky y varias cajas de vinos nacionales, cosechas 1904 en adelante.
La música está presente con un piano francés de un cuarto de cola y una victrola ortofónica junto a una colección de discos.
Hay de todo, muebles, vajilla, cuchillería, mantelería, ropa de cama… Pero lo más notable de este remate de un adinerado caballero es la cláusula novena de su testamento: "Ruego a mis amigos y amigas de Valparaíso, Santiago y Viña del Mar, que acudan al remate, a fin de cooperar conmigo a hacer el bien a los desvalidos". El producido por el remate sería distribuido entre el Patronato Nacional de la Infancia, Cruz Blanca (no la isapre, todavía no se inventaban), Protectora de la Infancia de Santiago y el Hospital de Niños de Valparaíso.
Falleció en 1929, pero en vida apoyó numerosas obras sociales y como administrador reconstruyó tras el terremoto de 1906 el Hospital San Juan de Dios, hoy, justificadamente, Carlos Van Buren. Interesado en la salud, financió la creación de una escuela de enfermería, precursora de la actual, anexa al hospital y, la vez, otra de costura y cocina.
Y una importante experiencia científica hubo en el entonces Hospital San Juan de Dios. En diciembre de 1922 se hizo un trasplante intentando recuperar la virilidad de un porteño. Resultado discretamente ignorado, salvo la triste suerte del mono donante.
La casa Van Buren pasó por varias manos. En los años 70 del siglo pasado, bajo el nombre de Mansión Yugoeslava, operaba como restaurante y residencial. Allí celebraba sus reuniones, en "clandestinidad", la Democracia Cristiana regional. La casa fue demolida, y como muchas mansiones viñamarinas, dio paso a un edificio de departamentos. Allí estuvo la última residencia del exsenador y abogado Beltrán Urenda. Pero no nos distraigamos y sigamos con los remates.
Gustavo ross
Gustavo Ross Santa María, personaje importante de la política chilena. Empresario exitoso, fue nombrado ministro de Hacienda en el segundo gobierno de Arturo Alessandri Palma, 1932-1938. A su manera, en medio de las críticas que reciben todos los responsables de los pesos fiscales, arregló las finanzas del país. Candidato a la Presidencia en 1938, fue derrotado por el Frente Popular que llevó a La Moneda al radical Pedro Aguirre Cerda. Tensa y estrecha elección definida por 4.111 votos.
Ross, de gran fortuna y amante del lujo, hizo construir en 1912 en lo que es hoy la avenida Marina, un castillo réplica de uno escocés del siglo XIX. Obra del destacado arquitecto Alberto Cruz Montt, fue epicentro de la vida social en las primeras décadas del siglo pasado. El más destacado de sus huéspedes, Eduardo de Windsor, Príncipe de Gales, el hombre que renunció al trono por amor a una plebeya. Una historia más de la Casa Real británica…
Ross murió en 1961. Ahí quedó el castillo y a principios de los años 60 del siglo pasado se hizo un importante remate, nunca con la espectacularidad y generosidad del de Van Buren, pero la subasta permitió conocer la lujosa residencia, notable trabajo en piedra, puertas secretas, zócalos de finas madera y una original sala de baño con una pequeña piscina a modo de bañera. Para algunos "tuercas" lo más interesante era un automóvil descapotable de los años 20 de una exclusiva marca británica desaparecida.
Con visión, tras varios propietarios, el Club Árabe adquirió el Castillo Ross y hoy es un restaurante abierto al público. Mejor suerte que la Casa Italia.
Los padres franceses
La presencia de la Congregación de los Sagrados Corazones, Padres Franceses, en Chile se remonta a 1837, en Valparaíso. En 1840 se comenzó a desarrollar el proyecto del colegio en su tradicional ubicación de calle Independencia. El establecimiento, con destacados religiosos franceses a cargo de la docencia, ganó prestigio nacional e internacional. Tenía una muy completa biblioteca en continua renovación. Esta misma biblioteca serviría de apoyo a fines del siglo XIX para la creación del Curso de Leyes de los SS.CC., hoy Facultad de la PUCV.
Pasaron los años y en una decisión, lamentable, la Congregación decidió subastar la biblioteca. Buena recaudación quizás, pero irrecuperable dispersión de un importante conjunto de obras, incluyendo cartografía histórica del territorio nacional. El Estado, indiferente, no mostró mayor interés en esa valiosa documentación.
Remates, una ventana al pasado, vieja historias al mejor postor.
por segismundo