El desafío para los profesores en la educación postpandemia
"Los sistemas escolares han tenido que enfrentar numerosos desafíos para ofrecer a las familias una educación oportuna y de calidad, capaz de lograr aprendizajes y el desarrollo de habilidades intelectuales, producto de la pandemia. Las universidades tampoco han estado ajenas a esta contingencia. Necesitamos profesionales bien formados para asumir los cambios que depara el mundo laboral, después de la pandemia.
Más allá de la complejidad que esto ha tenido a todo nivel, podemos ir afirmando que Chile contaba con un sistema educativo robusto y con mecanismos institucionales que permitieron asumir en corto tiempo los contratiempos provocados por el distanciamiento social. Durante varias décadas, a través de un esfuerzo nacional, se fue ampliando la cobertura escolar, algo que en varios países latinoamericanos aún es una aspiración.
Llevamos más de 20 años, instalando las nuevas tecnologías como herramientas para el aprendizaje escolar y universitario. El proceso de modernización que ha experimentado nuestro país ha ido de la mano con una mayor asimilación de las tics y de la telefonía móvil por las personas. Estas han terminado siendo algo primordial para asegurar clases sincrónicas o asincrónicas.
Naturalmente, aún subsisten numerosas dudas y preguntas operativas en relación con el reinicio de las clases presenciales, que a través de las semanas y meses venideros tendremos que ir resolviendo. Nuestra tranquilidad radica en que existe una institucionalidad educacional que da garantía. Es de esperar que las legítimas aspiraciones gremiales, esta vez, queden en segundo plano y prime el interés nacional.
Los profesores tendrán una gran tarea por delante. Obligadamente, deberán implementar cambios en la forma en realizan sus clases. La clave estará en la flexibilidad y en la capacidad de innovación. También habrá que retroalimentar conocimientos fundamentales de los programas de estudio porque las clases online no permitieron varios aprendizajes que, por su naturaleza, requieren la presencialidad.
Si prima la flexibilidad y la capacidad que tienen los profesores y las autoridades para diseñar e implementar innovaciones en el aprendizaje, mantendremos los niveles de cobertura escolar que han caracterizado a Chile en las últimas décadas. De lo contrario, la deserción será un futuro problema. Los jóvenes y niños no van a querer volver necesariamente a las mismas prácticas y en la misma cantidad de tiempo que antes existía en el sistema escolar y universitario antes de la pandemia. Las comunidades educacionales tendrán que pensar cómo asumen el nuevo contexto educacional". 2
(Los profesores) deberán implementar cambios en la forma en realizan sus clases. La clave será la flexibilidad".
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