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La matriz en 10 años
En esta década de vida, la ONG ha sumado varias iniciativas y también se ha vuelto un actor importante en el sector. Esteban Elórtegui, quien también se desempeña como administrador del Comedor 421 -iniciativa de la Iglesia, pero que cuenta con un amplio apoyo de la Corporación-, ha estado casi desde el comienzo en la fundación, desarrollándose durante casi nueve años en la misma y hasta se trasladó a vivir al barrio para mantener esa cercanía.
"Yo consideré que era muy importante si uno quiere realizar un trabajo territorial, insertarse y vivir en él, además que me gusta el barrio, que está estigmatizado y todo, pero creo que también es importante que los profesionales y los que tienen la oportunidad, puedan vivir en Valparaíso. Hay una migración importante a Viña y otros sectores, y esta ciudad, parte de los problemas que tiene, es que se ha ido despoblando, sobre todo el Barrio Puerto", asevera Elórtegui, quien ha ostentado distintos cargos en la organización, a la cual llegó en 2012, como uno de los fundadores del Consultorio Jurídico Pro Bono de la Corporación La Matriz.
Respecto de los principales logros en esta década, el abogado remarca que "en poco tiempo la Corporación tuvo un crecimiento importante en orden a poder, sobre todo, generar proyectos. En Valparaíso no nos faltan ideas y ganas, entusiasmo, pero creo que es importante que todas esas ideas, ganas, ese querer el Puerto, hay que plasmarlo en acciones, no hay que quedarse en buenas intenciones. Eso ha sido quizás unas de las cuestiones más importantes de la población, que ha podido plasmar en los hechos una serie de acciones en lo social, lo patrimonial.
"Junto con lo anterior, la Corporación a través de sus proyectos y programas, ha incluso expandido su radio de acción y han llegado personas que están fuera del barrio, por la labor que se desarrolla. Por ejemplo, el programa de apoyo a los migrantes, que en un principio parte por los ciudadanos que están aquí en el barrio y posteriormente, como se sigue vinculado con las mismas personas, de repente se cambian de barrio y de vecindario", agrega.
En tanto, Nicole Arredondo indica que "en el fondo, la Corporación como organización viene a ser un brazo más técnico, al aportar esta oferta programática, en su camino ha forjado grandes lazos históricos desde la academia y uno de los fundamentales ha sido con la PUCV, con quienes hay un convenio permanente, así como con otras instituciones del ámbito académico de la región".
La kinesióloga, quien ha cumplido un importante rol al mando de Futvalores, asegura que La Matriz, desde sus inicios, "ha evolucionado a poder ser un punto de activación, de visibilización del barrio, y también una semilla de procesos, por sobre los sucesos. Procesos de transformación, de poner en valor la humanidad de quienes habitan un territorio y también desde el valor de un territorio mismo, a través de todas las articulaciones que se han hecho con el sector académico, con el sector público también hemos trabajado en diversos proyectos con los ministerios de Cultura, de Medio Ambiente, hemos hecho proyectos en el deporte, también a nivel de Corfo y con el apoyo de las universidades".
Respuesta de la gente
Aunque considera que podría ser autoreferente, la directora ejecutiva de la Corporación valora la amplia y exitosa recepción que han tenido las obras impulsadas durante los años, ejemplificando en que "hay niños que habitan en el sector, pero también hay otros que han llegado de Playa Ancha o de otros sectores aledaños a la comuna de Valparaíso a conocer el territorio y a vivir experiencias desde el Barrio Puerto, siendo parte de los programas. Eso tiene un valor porque podrían vivirlo en cualquier otro lado, pero están llegando al barrio a ser parte de esta experiencia, junto con las personas que lo habitan".
En esta década, Arredondo considera que se ha cimentado una organización que si bien en primer momento estuvo enfocada en las necesidades del barrio, se ha sostenido en el tiempo gracias a la labor de todos quienes contribuyen en la misma: "Es un trabajo que se puede decir que tiene muchas áreas, destacando niñez, interculturalidad, los servicios comunitarios y el espacio público y el medio ambiente, pero todo eso ha sido un camino donde han participado a lo largo de estos 10 años, muchas personas, desde quienes la fundaron hasta quienes son parte del equipo humano; desde las familias, los vecinos que participan en los programas, y todo eso permite que la Corporación La Matriz sea lo que es y siga poniendo en valor la Humanidad del Patrimonio".
"Creo que hay un reconocimiento hacia las iniciativas y de los programas, por parte de quienes participan. Son quienes están en el día a día y también se ha hecho mucho que desde su radio de acción, el Barrio Puerto, el cerro Santo Domingo, el cerro Arrayán, Cordillera Bajo, cerro Toro, incluya no sólo a habitantes, sino que también lo que ha generado la Corporación a través de sus iniciativas es que muchas personas de la comuna de Valparaíso ingresen al territorio" resalta Arredondo.
En la misma línea, Esteban Elórtegui reafirma que "hay un vínculo que es importante con las personas, con las organizaciones barriales, con las juntas de vecinos, en general con las instituciones que hacen una labor aquí; y en particular con las personas también hay un vínculo, que como decía anteriormente, se sostiene en el tiempo aunque se muden del barrio, como el caso de los migrantes que te contaba".
Dificultades y proyección
El sacerdote Gonzalo Bravo, comenta que al margen del crecimiento que han tenido y al apoyo recibido por la ciudadanía, lamenta que aun con la amplia trayectoria con la que cuentan, ha faltado un mayor involucramiento de la empresa privada.
"Hay proyectos que fueron financiados por Corfo, una iniciativa de innovación inmobiliaria y yo creo que este es una obra que cualquier instancia empresarial podría tenerlo; quienes mejor conocen la dimensión urbana es la Corporación a través de los proyectos que se han hecho con Corfo, lo mismo que la parte de los restaurantes, que es una red para poder desarrollar este aspecto, pero creo que faltó un mayor apoyo de la empresa local", detalla el emblemático párroco porteño.
"Cada vez que la empresa local ha hecho algún tipo de apoyo, a veces un poquito tímido, siempre en la línea de la asistencia, también han quedado satisfechos. Tenemos que pasar del proceso de asistencia a la transformación, está bien la solidaridad, pero no cambia la estructura, lo que transforma son las aventuras de largo plazo y eso es súper importante", complementa el religioso.
"La Corporación puede ser una instancia de aglutinar estas dinámicas de participación", comenta el académico de la PUCV, afirmando que la organización "es un interlocutor válido en el barrio, muy válido; entiendo que hay tensiones internas en el sentido de que no todo el mundo comprende el trabajo que se hace, pero la Corporación no tiene un matiz religioso, no tiene un matiz político, no tiene un matiz determinado, sino que más bien es servicio a la comunidad y las pruebas son evidentes".
En tal sentido, pensando en la proyección y que la Corporación pueda cumplir al menos una década más, Bravo pone el acento en que más allá de la longevidad de las instituciones, "lo importante es que sirvan: una institución que no sirve es mejor que no siga; y el servicio pasa por creer en qué tipo de interlocución tiene con el barrio, con el terreno. Creo que es un interlocutor, una institución válida y sobre todo muy transformadora. En ese sentido yo hago la invitación a creer en los proyectos de la Corporación, sean del ambiente del Estado, el ambiente privado, ambiente académico y ambiente comunitario". 2
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