Chile, el mar y su desarrollo
Almirante Julio Leiva Comandante en jefe de la Armada
Por su geografía, Chile es y será siempre un país esencialmente marítimo. El mar y las actividades que realizamos en él han sido vitales para nuestro desarrollo y subsistencia como nación independiente. Mirando el futuro, podemos señalar con convicción que nuestro progreso seguirá ligado al libre comercio de productos y servicios a nivel global; y para ello, la seguridad y sostenibilidad de los océanos resulta fundamental. Conscientes de esto, tal como lo estuvieron nuestros antecesores, la Armada de hoy sigue comprometida con su preparación para operar donde sea requerido para proteger nuestros intereses nacionales.
Resulta indispensable aumentar la presencia de Estado en el Pacífico a objeto de controlar efectivamente las múltiples actividades que se realizan en nuestras áreas jurisdiccionales y de interés; y es por ello que como institución seguiremos siendo protagonistas en esta tarea, en cooperación con otras reparticiones y agencias del Estado, como el Servicio Nacional de Aduanas, el Servicio Agrícola y Ganadero, el Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura, el Ministerio de Salud y el Ministerio del Medio Ambiente, solo por señalar algunos; también con la comunidad científica del país y los miles de chilenos que a lo largo de su costa ven en ese océano una oportunidad para su propio crecimiento.
Junto a varios acuerdos de cooperación internacional en materias de seguridad, nuestro país adoptó la Agenda 2030 de Naciones Unidas, haciendo propios los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Entre otros importantes aspectos, lo anterior significa conservar y utilizar en forma sostenible los océanos, mares y recursos marinos, siendo necesario aumentar la preocupación por incrementar nuestros conocimientos y comprender que múltiples instituciones deberán funcionar de manera interrelacionada. La Armada está segura que, en este futuro esfuerzo conjunto, le corresponderá un rol preponderante y con certeza podemos afirmar que estamos preparados para ello.
Parte importante de los desafíos futuros estarán ligados a los mares australes y la Antártica Chilena. Tan relevante es lo anterior, que tanto la Política Antártica Nacional como la Política Oceánica Nacional incluyen el objetivo específico de "proteger y fortalecer los derechos antárticos de Chile con claros fundamentos geográficos, históricos y jurídicos". Ambos documentos tienen a nuestro mar como denominador común y la Armada se siente comprometida, como históricamente lo ha estado, con el desarrollo de las capacidades que le permitan cooperar con eficacia ahí donde sea requerida.
Aunque las probabilidades de vernos involucrados en un conflicto bélico se aprecian bajas en el futuro cercano, la historia nos ha demostrado que el poder naval no se puede improvisar y que quien domina el mar frente a nuestras costas, domina Chile. Es por ello que seguiremos preparándonos para cumplir nuestra principal y más demandante área de misión: la Defensa, convencidos que, estando preparados para cumplir con sus exigencias, seremos capaces de cumplir con lo que el Estado nos demande.
Los desafíos futuros demandan prever y adecuarnos oportunamente a nuevas realidades que se abrirán en materias de desarrollo y seguridad, y es un deber de todos fomentar la vocación marítima, asegurándonos que los chilenos miremos el océano Pacífico no solo como "ese mar que tranquilo nos baña", sino como una fuente de oportunidades que "promete un futuro esplendor".