El turismo sin oxígeno
Presidenta de la Cámara de Turismo de Olmué "Otro ejemplo es este fin de semana largo por el 21 de mayo. En Olmué nos rodearon de estrictos cordones sanitarios regionales y comunales, bloqueando todos los ingresos, sin considerar la necesidad imperiosa y agónica de trabajar y la posibilidad de fomentar la operación del turismo formal, ya que la población se desplaza igual".
En la región tenemos más de 7 mil pymes turísticas formales, de las cuales no sabemos con precisión el número que ha quebrado durante esta pandemia, información que en reiteradas ocasiones hemos solicitado a las instituciones afines, pero al parecer no ha sido prioridad conocer el panorama certero del sector en la región. Quizás ahí radica parte del problema. Sin datos duros es difícil tomar buenas decisiones. Pero centrémonos en el número oficial de empresas turísticas prepandemia, sin sumar al dañado comercio en la ecuación.
El aporte económico entregado hasta ahora por el Gobierno a las empresas ha sido insuficiente. Si consideramos que la región ha ejecutado una mayor cantidad de instrumentos de fomento por la emergencia, estos solo han alcanzado a un 25% de los emprendimientos turísticos. Dejemos de lado, sí, la errática formulación de algunas bases y de la lotería que significa adjudicarse uno de esos fondos.
Los montos aportados por el Estado a las pymes no superan los 3 millones de pesos, contribución que si bien lo agradecen los beneficiarios, cubre una mínima parte de los gastos de operación. Por ejemplo, logra cubrir el pago de ocho trabajadores con sueldo mínimo o servicios básicos de un mes. Pero no me extenderé en estos mezquinos fondos, ya que el sector privado es resiliente y busca la manera de salir adelante a punta de esfuerzo e innovación. Y es ahí donde hoy tenemos que focalizar las decisiones y acuerdos, ya que contamos con una escasa, descoordinada e intermitente opción de operar. No obstante, siempre seguiremos con la esperanza de que las ayudas financieras del Estado se concreten para todos. Como diría mi abuelita, ¡amén!
Sigamos… Tenemos reiterados cambios de fase que nos obligan a tomar decisiones al día, trabajadores en vilo y apostando a ciegas en la compra de insumos y mercadería, con deudas previsionales, pago de servicios atrasados, créditos, entre otros tantos conflictos que nos enfrentamos a diario, lo que, de verdad, no resiste más tiempo.
Durante los dos últimos fines de semana hubo una posibilidad concreta de darle oxígeno al turismo, pero ¿qué pasó? Los días de elecciones nos obligaron a cerrar todos los establecimientos, siendo una oportunidad para que las personas, que por lo demás se encuentran con un alto grado de estrés y problemas psicológicos, tuvieran la opción de salir y recrearse algunas horas, incluso pudiendo aportar en la motivación de ir votar.
Otro ejemplo es este fin de semana largo por el 21 de mayo. En Olmué nos rodearon de estrictos cordones sanitarios regionales y comunales, bloqueando todos los ingresos, sin considerar la necesidad imperiosa y agónica de trabajar y la posibilidad de fomentar la operación del turismo formal, ya que la población se desplaza igual.
Qué ilógico, ¿no? Establecimientos turísticos con aforos absolutamente reducidos, con la mayoría de sus servicios obligados a operar al aire libre, estrictas y continuas fiscalizaciones sanitarias, enérgicos discursos de autoridades en pro del turismo, ¿pero en la práctica? La posibilidad de las familias hoy es hacer turismo en los supermercados.
Hay un mundo paralelo. La desconexión entre el discurso tipo de autoridades versus las acciones que se realizan no cuadran. Da impotencia y es impactante la sobrevivencia a base de endeudamiento que tenemos que enfrentar día a día.
No sé qué esperamos para entregar aliento a un sector que se cimienta en el servicio, donde su objetivo principal, su reputación y su organización se basan en entregar todas las condiciones de seguridad sanitarias para visitantes y turistas.
¿Qué falta para cambiar la estrategia y reactivar al turismo? Urge un plan.
Como expresaría la generación de hoy, ¡fail!
Luigina Pruzzo