Del sueño del superclásico a un torneo internacional de varones
La primera chilena en integrar el plantel referil en un superclásico, ahora estará en un duelo de Copa Libertadores entre Defensa y Justicia e Independiente del Valle.
El 26 de enero de 2020, la árbitra asistente Cindy Nahuelcoy debutó en Primera División, en un partido entre Unión Española y Deportes Iquique, en el Estadio Santa Laura de la capital. Poco más de un año después se convirtió en la primera mujer en integrar el plantel referil en un superclásico, el encuentro entre Colo Colo y Universidad de Chile, el 25 de abril pasado, en el Estadio Monumental. El próximo jueves, junto a María Belén Carvajal, estará en un duelo de Copa Libertadores, entre Defensa y Justicia e Independiente del Valle.
En la víspera del superclásico estaba lista para partir a La Serena, donde debía actuar como referí, sin saber que la Comisión de Árbitros había modificado la terna de jueces para el Monumental. Tenía la maleta preparada cuando le avisaron que estaba en ese equipo arbitral, y su primera reacción fue llorar, pensando tal vez que hay árbitros que han estado toda la vida en la profesión y nunca fueron a un encuentro de esa categoría.
"Es cierto. Estaba a punto de salir de mi casa cuando sonó mi teléfono y me dijeron que ya no iba a viajar y que en mi lugar iba otro compañero. Me preocupé mucho, pensé que había cometido algún error y que por eso me habían dejado fuera", relata.
"Entonces le pregunté la razón del cambio al profesor Juan Maturana, que fue el que me llamó", continúa. "Y me dijo que estaba designada al clásico, que era la persona idónea, que me lo merecía por todo el trabajo que venía haciendo, que siguiera trabajando igual que ahora y que dejara la vida en ese partido".
En ese momento, agrega, "me emocioné y lloré, sentí tanta felicidad que no sabría cómo explicarlo.Para mí fue como una bomba de emoción y cada vez que me llamaban para preguntarme si era verdad la noticia, volvía a llorar de alegría".
Formación técnica igual para todos
A Cindy le gustó el fútbol desde niña, cuando iba con su papá al estadio y jugaba con sus amigos en la casa, lo que derivaba en que las mamás de sus amigas no las dejaran juntarse con ella "porque jugaba a juegos de hombres". En ese tiempo, recuerda, era mal visto que a una niña le gustara o jugara fútbol.
Durante sus estudios de Educación Física, también practicó fútbol, pero cuando conoció el arbitraje "me enamoré de esta profesión y no la cambiaría por nada del mundo".
Al llegar a Primera División dijo en una entrevista que uno de sus objetivos era estar en un clásico y que si sus compañeros podían estar, por qué ella no. "La preparación que tenemos como profesionales es igual para todos y todas, independientemente del género. Nos entrenan de la misma forma, somos evaluados teóricamente igual, técnicamente tenemos las mismas capacitaciones, entonces no debiese haber diferencias en una designación tan importante como es un superclásico", señala.
No obstante, también manifestó que ese logro lo consideraba un sueño a largo plazo, que sin embargo se cumplió al segundo año de permanencia en la división de honor. "La verdad es que lo veía como una meta un poco más a mediano o quizás a largo plazo. Me sorprendió gratamente esa designación, no pensé que pudiera tener esta oportunidad tan pronto. Estoy súper feliz de que confíen en mi trabajo, esto ratifica que estoy haciendo bien las cosas, es el reflejo de mi labor y la razón por la que fui designada"
Cindy quedó conforme con su actuación en el superclásico, donde fue protagonista de la anulación de un gol a Gabriel Costa. Sobre todo "con el trabajo de mi equipo, porque el conjunto es el que te da el resultado. Y en cuanto a la anulación del gol de Costa, fue acertada la decisión ya que el jugador se encontraba en posición de fuera de juego cuando su compañero le dio el pase, por lo cual terminó interfiriendo a su adversario".
El público da alegría y emoción
Al contrario de lo que muchos pensarían, no cree que sea más difícil para una mujer ser árbitro en Primera División, y en los tiempos anteriores a la pandemia, con público en los estadios, tampoco recuerda haber recibido silbatinas o insultos como les ocurre a menudo a los varones.
"Siento que no es difícil si se trabaja y si uno es constante, si visualizas los objetivos y vas por ellos. Sí sentí mucha presión o responsabilidad al ser la primera mujer en la historia del fútbol chileno en llegar a Primera División, ya que quizás iba a ser más cuestionada por ser mujer y no por mi labor de árbitro asistente, pero la verdad hasta el momento nunca ha sido así", refiere.
Y en cuanto a insultos o silbatinas, "la verdad es que durante los partidos que logré estar con público el año pasado nunca los recibí o no los escuché, por lo menos hasta ahora. Yo creo que a la sociedad o la gente que rodea al fútbol le gusta la idea de ver una mujer en cancha. Por lo menos esa es la sensación que me quedó las veces que jugué con público.
La ausencia de espectadores es también para ella, como para los amantes del fútbol en general, una consecuencia lamentable del coronavirus. "Arbitrar sin público se siente súper extraño. En lo personal prefiero ver a la gente en el estadio hinchando por su equipo. Creo que el público le da alegría y emoción a lo lindo que es el fútbol".
Hace una semana, su máxima aspiración era ir a un torneo internacional de varones. "Creo que es una meta que me propuse cuando subí a Primera División, pues en la Conmebol ya le están dando espacio a las mujeres para estar en Copa Libertadores y en Sudamericana. Si mis compañeras internacionales pueden estar ahí, yo igual podría tener la oportunidad. Quizás no pronto, pero sí en unos años más". Ese anhelo se cumplirá en pocos días. Oficializado por la Conmebol. 2
Rosa Zamora Cabrera
rosa.zamora@mercuriovalpo.cl