El nuevo tablero político regional
Sharp y su plataforma TER aún no consiguen conquistar a la elegante y escurridiza Ripamonti. ¿Dónde irán a parar los funcionarios oficialistas? La exConcertación, en tanto, perdida entre la falacia de sus principios y su crisis de identidad, pareciera haber quedado fuera de la discusión tras sus estruendosas derrotas en varias comunas.
Aquince días de las históricas megaelecciones que, con toda seguridad, marcarán un antes y un después en la Región de Valparaíso, ya comienza a decantarse el nuevo tablero político local en torno al llamado "cordón rojo", como ha venido en apodarse -no sin algo de prejuicio- la titularidad de diversas municipalidades y la propia Gobernación Regional.
El primero en intentar marcar su impronta, cómo no, ha sido el alcalde de Valparaíso, Jorge Sharp, quien ya ha visibilizado su propuesta de crear una estructura política desde su plataforma Territorios en Red (TER), de la mano de Constanza Lizana (San Antonio) y Javiera Toledo (Villa Alemana), dos concejalas en el Puerto y otra en la Ciudad de los Molinos, además del rol estratégico que cumplirá la flamante constituyente Tania Madriaga y la ya clara complicidad que se tendrá con el gobernador regional Rodrigo Mundaca. Ayer Sharp se reunió con Freddy Ramírez (Concón, Independiente) y tarde o temprano lo hará con Valeria Melipillán (Quilpué, CS). Las confianzas, con todo, no alcanzan todavía para mostrar una alianza pública con Macarena Ripamonti (Viña del Mar, RD), quien se ha mostrado estratégicamente cautelosa de asociar su administración a la del abogado puntarenense. De hecho, nunca se dejó ver con él durante la campaña y una de las más asertivas frases de Andrea Molina fue que por favor la Ciudad Jardín no se convirtiera en Valparaíso.
Limache, por su parte, seguirá siendo el bastión de la derecha tras la reelección de Daniel Morales (RN), comuna a la cual debiera sumarse Puchuncaví, con el triunfo del excolaborador del senador Chahuán, Marcos Morales. La gran duda, empero, es dónde emigrarán los viudos de Virginia Reginato, los cuales ya no tendrán cabida en ese municipio, tampoco en Valparaíso y Concón, tal como esperaban. En Limache ya no entraron. En Los Andes, Manuel Martínez y el excore Carlos Briceño no dejarán pasar a nadie, salvo a Luis Rivera. En Quintero, las gentilezas de Mauricio Carrasco solo han alcanzado hasta ahora para Carlos Bannen. No estará de más recordar que la hégira tras la debacle electoral después de Piñera I terminó con muchos haciendo viajes interregionales para mantenerse en política, como fue el caso de María de los Ángeles de la Paz en el municipio de María Pinto. El mismo dilema tendrán los funcionarios oficialistas instalados en el Gobierno Regional, incluyendo a los debutantes de Evópoli repartidos en funciones tan ambiguas como innecesarias en los últimos pisos del edificio de Melgarejo.
La exConcertación, en tanto, perdida entre la falacia de sus principios y su crisis de identidad, pareciera haber quedado fuera de la discusión con las estruendosas derrotas de la DC en Quillota, El Quisco y San Felipe, aun cuando mediante algunas patriadas del PS y el PPD, pugnarán por mantener cierta influencia.
Finalmente, también se renovará con toda seguridad la planilla local de lobbistas, operadores políticos y "cuñas" inter y extrapartidarias. En los próximos días conoceremos a los nuevos rostros que intentarán cubrir tales espacios. Dios nos libre.