Bailar en pandemia
Talentosa figura ha participado en varias obras en plena crisis sanitaria: en Uruguay no hay cuarentenas obligatorias.
A caba de cumplir 25 años, de los cuales 17 los ha dedicado a la danza, comprometido en la entrega y la disciplina con un arte exigente y riguroso.
Recién egresado de la Escuela de Ballet del Teatro Municipal de Santiago, el joven porteño Lucas Moya Martínez fue a audicionar en 2016 al Ballet Nacional del Servicio Oficial de Difusión, Representaciones y Espectáculos (SODRE) de Uruguay, que entonces dirigía el famoso bailarín, director y coréografo argentino Julio Bocca. Quedó como aspirante y al año siguiente ya formaba parte del cuerpo de baile.
Exalumno del colegio Fray Luis Beltrán del cerro Barón y del Salesiano de la avenida Argentina, descubrió su vocación a los ocho años, cuando una profesora de danza fue a dar clases al establecimiento. Perseveraron varias niñas y dos varones, Lucas uno de ellos, cuyos primeros pasos fueron guiados por los profesores Karla Ojeda y Miguel Pizarro, hasta que a los 15 años fue seleccionado en la principal escuela de ballet de Chile.
Por cinco años se prolongó su formación allí, y se despidió del país tras interpretar roles protagónicos en "Carmina Burana", en la temporada de la Corporación Cultural Universidad de Concepción, y "Cascanueces", en el rol de Fritz, en el Teatro Municipal de la capital.
Pero no son esos los papeles que más lo han cautivado. Siempre recuerda el de "Pepe Grillo", del ballet "Pinocho", "coreografía de Jaime Pinto, que bailé junto a la Escuela de Ballet. Fue un papel que desde el principio me conquistó, ya que tenía varios saltos, que es lo que a mí más me gusta, pero también pasó que lo bailé varias veces, lo que hizo que pudiera pulir el personaje tanto técnica como interpretativamente".
Una exigente escuela
En su primer año en Montevideo, Lucas -segundo de los cuatro hijos de Gustavo Moya y Ximena Martínez- ya había bailado en "El Lago de los Cisnes" y "Paquita", ensayaba para "Carmen", coreografía de Marcia Haydée, y había participado en una gira a Europa bajo la dirección de Julio Bocca, viaje que se repitió en 2019, esta vez encabezado por el sucesor del bailarín argentino, el español Igor Yebra.
El prestigio del Ballet Nacional de Uruguay va a la par con su alta exigencia, al formar parte de una institución dependiente del Ministerio de Educación y Cultura de ese país, dedicada desde 1929 a la difusión y generación de información, arte y cultura, que cuenta con siete cuerpos artísticos estables.
Bailar en tiempos de pandemia
Feliz con su vida y el desarrollo profesional logrado en Uruguay, Lucas cuenta que si bien nunca se ha decretado cuarentena obligatoria ni toque de queda, sí muchas entidades han recurrido a la virtualidad voluntaria y sus integrantes han trabajado en sus domicilios, como fue el caso del Ballet del SODRE, ahora bajo la dirección de María Riccetto, exprimera bailarina de la compañía.
"En 2020 hicimos clases por Zoom hasta que pudimos volver. Logramos hacer unas galas y el ballet 'La Tregua', basado en la novela de Mario Benedetti, que fue un estreno. Alcanzamos a hacer algunas funciones, algo muy importante, porque en ninguna parte del mundo se estaban haciendo presentaciones presenciales", relata.
Este año el Ballet empezó con renovada energía y estrenó "Un tranvía llamado deseo", cuyo elenco ensayó y bailó con mascarilla. "Fue un gran desafío porque al principio muchos se mareaban por no tener el aire suficiente. Pero a la mitad de la temporada más o menos se cancelaron todos los espectáculos públicos y volvimos a la casa", detalla.
Vuelta a Zoom, pero esta vez pudieron acceder a clases remotas con grandes maestros del ballet mundial, experiencia que, reflexiona, quizás en otras circunstancias no habrían podido tener. "También estuvimos de esa forma con exbailarines de la compañía, y hemos podido hacer ensayos y acondicionamiento físico, ha sido bastante productivo".
La presencialidad que se extraña
Por ahora la cuarentena voluntaria sigue en pie y el grupo está realizando talleres a partir de coreografías creadas por bailarines del mismo Ballet que las presentaron a concurso. "Estamos aprendiendo esas coreografías que se estrenarán más adelante", pendientes de volver a la presencialidad, lo que podría ocurrir en la semana que comienza.
Si así sucede, deberán someterse a un hisopado covid a la entrada del auditorio, y en el interior utilizar mascarilla durante los ensayos. La interrumpida temporada de "Un tranvía llamado deseo" fue reprogramada para julio, "y si llega a darse es probable que también bailemos con mascarilla".
"Ha sido un gran desafío estar haciendo todo este trabajo desde la casa. Ahora tengo un piso específico para poder bailar, pero en un espacio de 2 por 2…entonces no es lo mismo que estar en la sala de clases haciendo grandes saltos y desplazándose de un lado a otro. Ahora último se está extrañando más la presencialidad", admite.
Hace 15 días cumplió los 25 años, "y por ahora voy bien en el tema del cuerpo y el rendimiento, sin desconocer que uno se desentrenó durante las cuarentenas, ya que en la casa no es el mismo training de costumbre. Y trato de mejorar día a día".
Los hisopados para viajar
A causa de la pandemia, Lucas estuvo todo 2020 sin ver a su familia, ya que los integrantes del Ballet no tuvieron vacaciones de invierno, que era la pausa que ocupaba para viajar a Chile. Sólo pudo hacerlo en las vacaciones de verano 2021.
"Tuve cuatro hisopados para ir y volver, aparte de los que me han hecho en el Ballet, donde se practican en forma aleatoria", refiere en relación a las normas sanitarias imperantes para viajes internacionales.
Para él fue un duro año sin ver a su familia, "pero también entendía que hay gente que lo estaba pasando mucho peor, y mi situación tampoco era tan terrible, ya que nos íbamos a poder ver en algún momento".
Lucas Moya se declara "muy contento con mi vida en Uruguay, me encanta el país y su gente, su tranquilidad, soy en realidad muy feliz aquí, dedicado al ballet. Y además es muy lindo poder viajar haciendo lo que a uno le gusta". 2
y usando mascarilla
Rosa Zamora Cabrera
rosa.zamora@mercuriovalpo.cl