Luis Cuadra Santana

Con una derrota en el Clásico Porteño y apenas un punto en ocho partidos jugados, es difícil, casi imposible, sacar puntos positivos en Santiago Wanderers.

Pese a ello, su entrenador Víctor Rivero valoró el ímpetu de sus dirigidos: "La autocrítica es que no pudimos sumar de a tres, soy el principal responsable, pero creo que el equipo mostró la actitud. Cuando se pudo jugar intentaron y no decaeremos".

El exportero agregó que "pudimos llegar al camarín, mirarnos a las caras porque hicimos todo el esfuerzo posible con la cabeza levantada. No va a ser fácil, nadie dijo que iba a serlo, pero estamos acá para esa lucha".

"Sabemos que el fútbol no es de merecimientos y tampoco de justicia o injusticia. Tratamos de hacer un partido correcto, lo estábamos logrando y controlamos al rival en el primer tiempo. Nos generamos dos ocasiones de gol por medio de Sebastián Ubilla y Everton no encontró los espacios", indicó sobre el trámite del compromiso.

Rivero apuntó a que "si manteníamos el cero seguíamos teniendo el control del partido. El rival jugó un poco con la desesperación nuestra de arriesgar todo. Nos jugamos todas las opciones".

De todas formas, el técnico que estuvo en su segundo partido al mando del Decano tuvo espacio para reflexionar: "Cuando pierdes el plan de juego no fue efectivo, pero creo que en el primer tiempo lo planteamos de una forma que incomodó al rival, le cerramos las líneas de pase y tuvieron que buscar largo a los delanteros. Hicimos daño en un par de transiciones".

La alegría de sensini

Para Roberto Sensini, estratega de Everton, la semana pasada estuvo llena de sensaciones. El rosarino sufrió el sensible fallecimiento de su madre en Argentina, pero decidió quedarse para afrontar el Clásico Porteño. Por eso al momento del gol y tras el pitazo final los abrazos fueron para "Boquita", en un triunfo que varios jugadores le dedicaron.

"Fue una semana especial. Este era un partido fundamental, muy sentido en la ciudad. Fue un partido trabado, duro y por momentos muy peleado, como normalmente salen los clásicos. Tuvimos la capacidad de hacer el gol", señaló el exmundialista.

Sobre el desempeño del cuadro oro y cielo dijo que "¿si fue el mejor partido que hicimos? Tal vez no, pero sí fue uno de los mejores triunfos".

"Uno nunca planifica ponerse atrás. Es normal que después de ponerte en ventaja, inconscientemente te repliegas un poco porque te quieres defender más cerca de tu arquero. A mí me parece que hicimos cambios para dar más frescura en ataque, pero después de ponernos en ventaja nos faltó la tranquilidad de juntar pases y movernos un poco", complementó Sensini.

Enfatizó que "hay que valorar mucho el triunfo y el esfuerzo, se lo agradecí a mis jugadores. Seguramente se puede jugar mejor, pero hoy lo que valía era ganar y eso se logró".

Sobre el momento que vive Everton, el DT fue claro con las expectativas: "Antes de jugar contra la 'U' estábamos penúltimos y la pregunta era si mirábamos para abajo o arriba, ahora ganamos dos partidos importantes. Despacito pero estamos mejorando".

Franco Torgnascioli: Presto. Atento en las llegadas y supo manejar los tiempos.

Sebastián Pereira : Tranquilo. Mejoró su juego respecto a los últimos clásicos.

Julio Barroso: Sólido. Comandó la zaga que mantuvo el arco en cero.

Diego Oyarzún: Atento. Sacó cuando correspondía.

Dilan Zúñiga: Ofensivo. Se proyectó por la banda y generó daño al atacar.

Rodrigo Echeverría: Activo. Aunque calentó el duelo a ratos, defendió y atacó.

Benjamín Rivera: Claro. Le dio salida a su equipo y habilitó en el gol auriazul.

Gary Moya: Bajo. No participó como otros partidos.

Alex Ibacache: Exigido. Tuvo que subir y bajar. Se las ingenió para sacar centros.

Cecilio Waterman: Impreciso. Intentó mucho pero generó poco en ofensiva.

Cristian Menéndez: Clave. Hizo el único gol y bajó a presionar tras convertir.

Mauricio Viana: Presente. Tuvo poca responsabilidad en el gol y alentó al equipo.

Luis García: Empeñoso. Recorrió toda la banda, sacó centros y defendió.

Daniel González: Solitario. Cubrió a sus compañeros e hizo todo lo que pudo.

José Aja: Flojo. Perdió la marca en el gol de Everton.

Facundo Kidd: Exiguo. Habilitó en la anotación rival.

Francisco Alarcón: Al límite. Jugó brusco, pero igual intentó aportar en el juego.

Martín Villarroel: Calmo. No se notó su inexperiencia, sacó balones claves.

Marco Medel: Errático. Falló al entregar el balón, aunque aportó en quite.

Sebastián Ubilla: Enérgico. Tuvo opciones de anotar y corrió todo lo que pudo.

Maicol Cabrera: Abstracto. Sacó más centros que disparos, sigue en deuda.

Néstor Canelón: Solitario. En vez de asociarse, intenta por su cuenta y falla.

El ánimo en Everton era de euforia total después de su victoria en el Clásico Porteño, después de cuatro partidos sin ganar frente a su clásico rival. La alegría desatada en las huestes oro y cielo era contrastada con el silencio y la pena de los jugadores de Santiago Wanderers. Daniel González simbolizó la tristeza porteña, llorando desconsoladamente después del pitazo final.

El autor del único gol del partido, Cristian Menéndez, en declaraciones a TNT Sports estimó que era un partido muy especial, no solo por ser un clásico. "Fue por la pérdida que sufrió el profe (Roberto Sensini), que creo que es una de las más grandes que puede tener un ser humano; y él, a pesar de todo, estuvo acá toda la semana con nosotros y por eso este triunfo es para él", dijo sobre el fallecimiento de la madre del exmundialista argentino.

El arquero uruguayo Franco Torgnascioli, por su parte, se mostró contento por lo realizado en el partido. "Es importante ganar los clásicos, la gente te hace sentir esa presión extra. Se jugó, se batalló, cuando hubo que pelear se peleó y lo merecíamos para afirmar lo que somos como plantel, que tenemos un gran plantel, con grandes jugadores, pero sobre todo grandes seres humanos. Nos merecíamos ganar este partido para ponernos un poquito más en la parte de arriba de la tabla", señaló el meta a la transmisión oficial.

"Difícil de digerir"

Sin embargo, el comentarista deportivo Leonardo Burgueño tuvo una mirada crítica de lo que fue el Clásico Porteño N°102 en Primera División. "Fue un clásico difícil de digerir, por llamarlo de una manera elegante, en el sentido de que hubo pocas acciones de gol y se veía que el que pudiera anotar se iba a quedar con el partido", sostuvo.

En esa línea, el periodista argentino agregó que el encuentro "se iba a definir con un gol, con un error; y el gol y el error se produjeron en la misma jugada, que es dejar entrar y habilitando a Menéndez para anotar".

A juicio de Burgueño, un partido de importancia como el Clásico Porteño, tiene la influencia del contexto en su desarrollo. "Todos los partidos tienen un contexto y una historia, más si es un clásico, más si es con las dos situaciones de los equipos: los clásicos que llevaba sin ganar Everton, y el contexto de Wanderers que tiene un punto sobre 21", aseveró.

Bajo esa lógica, Burgueño añadió que "el partido no salió bueno, el que tuvo la pelota fue Everton, todo el partido, pero era una posesión de balón que no tenía mucho riesgo en ninguno de los dos arcos".

Finalmente, el comentarista destacó el trabajo defensivo auriazul, puesto que "hay un entendimiento en la línea de tres, el otro día le funcionó con la 'U' para protegerse bien, y me pareció que hoy (ayer) también".

"Se jugó, se batalló, cuando hubo que pelear se peleó y lo merecíamos para afirmar lo que somos como plantel".

Franco Torgnascioli, Arquero de Everton

"(El partido) se iba a definir con un gol, con un error; y el gol y el error se produjeron en la misma jugada".

Leonardo Burgueño, Comentarista deportivo