Valparaíso primero
No es fácil escribir o hablar de Valparaíso. Necesariamente hay que recurrir a su larga y fecunda historia, para situar el contexto y entender de mejor forma sus problemas.
La comarca existía, pero Valparaíso recién comienza a surgir como ciudad cardinal a mediados del siglo XIV. El año 1536 marca un momento de notoriedad histórica con el arribo a la bahía (llamada de Quintil) de la nave "Santiaguillo", una carabela de la expedición a Chile de Diego de Almagro.
Juan de Saavedra, capitán del "Santiaguillo", encargado de la ensenada, gustaba de llamar a la ciudad Valparaíso, en recuerdo de su pueblo natal de similar denominación. Los soldados expedicionarios, en cambio, la señalaban "Valle del paraíso", en razón de sus encantos naturales, nombre que posteriormente habría derivado en Valparaíso.
Antes del descubrimiento, el territorio era habitado por pueblos primitivos dedicados a la labranza y la pesca, entre los que destacaban mapuches, atacameños, changos y otros, que reconocían el sector como "Alimapu", nombre que en mapudungun significa tierra roja o quemada, en alusión al color arcilloso del suelo del lugar.
Valparaíso se presenta como un gran anfiteatro natural, emplazado frente a la bahía y rodeado de cerros, en los que habita la mayor parte de la población. Entre el pie de cerros y el mar se forma el plan, el centro administrativo, comercial y financiero de la ciudad, mientras que el borde mar es ocupado por el puerto.
Los inmigrantes alemanes, ingleses, españoles y otros que fueron llegando a las costas de esta pequeña gran ciudad, entregaron a la urbe la particularidad que la caracteriza, su original arquitectura y la fisonomía de sus viviendas. Calles, pasajes, escaleras y ascensores fueron creados para vivir y transitar Valparaíso y sus cerros.
Gracias a su puerto y a la profundidad de sus aguas, la ciudad adquirió una gran notoriedad internacional y mundial. Se convirtió en un importante enclave marítimo, estratégicamente emplazado, formando parte integral de la ruta comercial que comunicaba Europa con las costas del Pacífico, a través de la navegación por el Cabo de Hornos.
El advenimiento de la independencia del país propulsó las ventajas de la ciudad costera y estimuló con fuerza el comercio de bienes con Santiago. Valparaíso se convirtió así en el puerto natural de Santiago, gracias a este corredor de abastecimiento y libre tránsito que unió el puerto con la capital del país.
El descubrimiento del Estrecho de Magallanes, un paso marítimo localizado en el extremo sur del país, entre la Patagonia y la isla Grande de Tierra del Fuego, de mar calma y aguas profundas, que conecta los océanos Atlántico y Pacífico, transformó a Valparaíso en el puerto más importante del Pacífico Sur.
Valparaíso primero, siempre ha sido una ciudad célebre, respetada, reconocida en el mundo entero por sus condiciones espaciales y el denuedo con que los habitantes enfrentan sus múltiples contrariedades. Algunos de los hitos más importantes de su historia ayudan a explicar el concepto y la peculiaridad de los porteños.
En el año 1820 zarpa desde Valparaíso la Expedición Libertadora al Perú, un hecho histórico destacable. En 1827 se publica El Mercurio de Valparaíso, el periódico más antiguo de Chile y del mundo en lengua castellana.
En 1837 se funda el recordado Colegio de los Sagrados Corazones de Valparaíso. En 1851 se funda la Primera Compañía de Bomberos de Valparaíso, el primer Cuerpo de Bomberos del país. En 1856 se inaugura el sistema de alumbrado público, con 700 faroles de gas.
En 1863 se forma la primera empresa de tranvías, utilizando carros de tracción animal. En 1883 se inaugura el ascensor Concepción, el primero de su tipo en la ciudad, que operaba con un sistema hidráulico y coordinación a gritos de viva voz.
El 13 de abril de 1923 se funda en la ciudad el Rotary Club de Valparaíso, el primer club rotario de Chile, próximo a celebrar 100 años de vida rotaria y fructífera labor de servicio a la comunidad.
En la década de 1930 ya está en marcha el puerto de Valparaíso, conformado por el molo de abrigo, de 1 kilómetro de longitud y 55 metros de profundidad; el malecón, con 5 sitios de atraque; el espigón, con 3 sitios de atraque, y el histórico y recordado Muelle Barón.
Por cierto, la ciudad no estuvo exenta de problemas. Recibió el ataque, los saqueos y muertes que causaba el acoso de los piratas y padeció la destrucción y sufrimiento propio de terremotos, maremotos e incendios.
La azotaron grandes desastres naturales. El 8 de julio de 1730 sobrevino un terremoto de 8,7 grados Richter, asociado con un tsunami que afectó la costa entre Arica y Concepción y que inundó el plan de Valparaíso desde la plaza O'Higgins hasta la iglesia La Matriz.
En 1906 Valparaíso fue azotado por otro terremoto de alto poder destructivo, que provocó graves perjuicios en las personas y en la ciudad misma, que en esa época era un núcleo muy relevante y destacado de la economía chilena.
La ciudad mantuvo su prosperidad hasta principios del siglo XX. La apertura del canal de Panamá, en agosto de 1914, al interrumpir en gran medida el tráfico marítimo por el Estrecho de Magallanes y el Cabo de Hornos, modificó drásticamente los patrones internacionales del comercio mundial e impactó muy negativamente a la ciudad.
En la década de 1930 el país se embarcó en una política pública de protección a la industria nacional, cerrando las fronteras al comercio internacional, lo que provocó un centralismo exacerbado que debilitó a las provincias del país, sin conseguir los objetivos propuestos. Como resultado, Valparaíso perdió su perfil de ciudad autónoma, floreciente y próspera.
Al día de hoy nos encontramos rogando por años a la autoridad central que el histórico tren de Valparaíso a Santiago, que gracias a un moderno automotor se extendía en su recorrido hasta Concepción, llegue en algunos años más hasta Quillota y ojalá a hasta La Calera, para dinamizar la Región.
Por décadas hemos solicitado una ampliación del puerto que permita recibir a los grandes barcos portacontenedores, los reyes del mar, que podrían revitalizar el tráfico marítimo y generar nuevos puestos de trabajo. Un puerto nuevo conectado con el ferrocarril, localizado en el Muelle Barón, único sector que cuenta con áreas de respaldo para depositar y movilizar contenedores, que funcione con eficiencia, protegido por un molo de abrigo y que no destruya la vista ni la integración al mar de la ciudad.
El problema de Valparaíso hoy es el problema que afecta al resto del país, sometido a un centralismo injusto, que debe ser reemplazado por una política nacional descentralizadora del aparato público, acompañada por la descentralización del sector privado y las actividades empresariales, para que la creación de riqueza llegue a todos.
¿Cómo logramos que Valparaíso detenga su trágico decaimiento? Mayo es el mes del mar.
En días recientes, el almirante Julio Leiva, comandante en jefe de la Armada, en sus palabras de conmemoración del día de las Glorias Navales y el 142° aniversario del Combate Naval de Iquique y el hundimiento de la corbeta "Esmeralda", propuso un camino: "Debemos mirar el mar".
Las actividades marítimas son vitales para nuestro desarrollo y subsistencia. El mar proporciona una fuente de valiosas oportunidades que permiten acrecentar el crecimiento económico, base sólida de un desarrollo sustentable, que coopere en la solución de los problemas que aquejan a la sociedad porteña.
En estos tiempos de grandes desafíos, recalcó el almirante, es un privilegio contar con la figura del capitán Arturo Prat, un sinónimo de unidad entre los chilenos, un héroe patrio que mostró consecuencia entre el decir y el hacer y entre el creer y el actuar.
Su odisea es la guía que marca el rumbo correcto y seguro, para alcanzar de mejor forma los duros desafíos que nos depare el futuro.
por jaime salazar rojas
magíster en ciencias, mención economía
* El presente texto fue expuesto en la última asamblea del rotary
club de valparaíso.