La serenidad crítica del abandonado Celis
Explica el bajo rendimiento electoral de la centroderecha apuntando al economicismo y a la falta de intelectuales. Pese a los números y a declaraciones delirantes y hasta matonescas, Celis descarta que el trabajo de los constituyentes termine en una Carta radical: "Pienso que van a primar las personas más razonables".
Con su serenidad habitual, Raúl Celis Montt, constituyente elegido con respetables 13.779 votos en la lista de Vamos por Chile, apunta para todos lados explicando el bajo rendimiento local y nacional de su sector.
En entrevista con este Diario, reconoce estar dolido con el intendente, Jorge Martínez, que no se dio la molestia de tomar el teléfono y felicitarlo después de la elección, gesto que sí tuvo el Presidente Sebastián Piñera, con "quien tengo una relación distante desde hace años", dice, y agrega que "en política las formas importan mucho". Y Celis conoce los protocolos, pues fue intendente.
En cuanto a su campaña, echó de menos el apoyo oficial, dentro de los márgenes de prescindencia, y reconoce que recibió ayuda de algunos parlamentarios -ponga usted los nombres que guste en el formulario-, pero insiste en que la campaña "prácticamente la hice solo, con un equipo muy reducido, con un financiamiento que en su mayor parte fue personal, lo que, afortunadamente, me entrega mucha independencia".
Pero buscando la raíz del colapso oficialista, apunta al discurso muy economicista de la centroderecha, "reducido casi exclusivamente a la eficiencia, en circunstancias que para entusiasmar a la población un discurso debe ir mucho más allá de eso".
Echa de menos en las filas de su sector sociólogos, psicólogos, historiadores e intelectuales "antes que exclusivamente economistas". En lo contingente, pandemia y crisis económica, estima que el Gobierno "debió haber apuntado a ayudas más universales y con menos tecnicismos". Atribuye el avance de la izquierda radical a "un trabajo territorial muy superior al de la centroderecha" que, afirma, ha abandonado ese campo "fundamental para mantener la actividad partidaria".
Pese a los números y a ciertas declaraciones delirantes y hasta matonescas, Celis descarta que el trabajo de los constituyentes termine en una Carta radical: "Pienso que van a primar las personas más razonables… No me cabe duda que los 155 constituyentes queremos lo mejor para Chile… la radicalidad que han demostrado algunas personas, a mi juicio, responde a un entusiasmo poselectoral que con el tiempo debiera decantar para después primar un ambiente de mayor racionalidad que emocionalidad".
Visión positiva y a la vez crítica de este constituyente que, además, está a la cabeza de Renovación Nacional en la Región, en momentos en que la centroderecha requiere, como lo dice el nombre de la colectividad, de renovación, con la presencia de aquellos intelectuales que echa de menos Celis, más allá de los economistas que marcan el rumbo del oficialismo. Renovar, y renovar ahora, con la urgencia de un panorama electoral próximo que corre en paralelo, con carriles cercanos y vasos comunicantes, con el proceso constituyente.