Las advertencias del intendente Martínez
El jefe provincial saliente reconoce en su gestión "algún grado de desconexión con ciertas causas sociales". El intendente afirmó que "las causas (del desastre electoral) pueden ser muchas y es bueno analizarlas", y a la vez, advirtió que "eso de andar buscando a los culpables dentro de la familia me parece un error muy grave".
Sin llegar al extremo de pedir explícitamente perdón como lo hizo el Presidente Sebastián Piñera en su Cuenta Pública ante el Congreso Pleno, el intendente regional, Jorge Martínez, reconoció "algún grado de desconexión con ciertas causas sociales".
Martínez, el último de los intendentes, representantes en regiones del Poder Ejecutivo nombrados por el Presidente de la República, entregó el lunes pasado la cuenta de su gestión, destacando logros y consignando los graves problemas que ha debió afrontar Valparaíso durante su administración, periodo, a su juicio, el más difícil en los últimos 50 años.
Las situaciones críticas que consigna son efectivas, partiendo por la sequía, incendios, violento paro portuario, estallido social y la pandemia.
Enumeró logros e inversiones, pero, en el terreno del mea culpa, afirmó que "nos habría gustado avanzar más rápido con el tren de Santiago a nuestros puertos; con la ampliación de nuestros puertos; erradicar todos los campamentos".
A pesar de una reciente diferencia sobre un acuerdo de inversión con Carabineros, destacó que Manuel Murillo, presidente del Consejo Regional, ha sido "muy colaborador".
Jorge Martínez Durán, abogado, largamente ligado a la academia, profesor de Derecho Romano y exdirector del Duoc UC, militante de Renovación Nacional, dejará el 14 de julio la Intendencia, dando paso a la nueva figura del gobernador regional, autoridad electa, paso decisivo en la regionalización, pero aún con "competencias" pendientes.
Se mantiene, sin embargo, un "delegado presidencial", designado por el Jefe del Estado. Es posible que sea el mismo Martínez, pero también es posible que sea la oportunidad para un relevo, para no usar la fea expresión "ajuste de cuentas", ante el pésimo resultado del oficialismo en la región, partiendo justamente por la Gobernación y avanzando luego al cataclismo municipal.
Se apunta contra Martínez por falta de compromiso, cargo que procede de su correligionario Raúl Celis, exintendente y constituyente elegido. Es posible que así sea, pues nítidamente se venía advirtiendo desde hace tiempo una falta de liderazgo y coordinación en el oficialismo.
Pero hablando derechamente en un lenguaje político, el intendente afirmó que "las causas pueden ser muchas y es bueno analizarlas" y, a la vez, advirtió que "eso de andar buscando a los culpables dentro de la familia me parece un error muy grave y puede tener costos muy severos".
Y tiene toda la razón, pues el pago de esos costos está a la vuelta de la esquina, con elecciones parlamentarias y presidenciales y de consejeros regionales en noviembre próximo y una eventual segunda vuelta presidencial en diciembre. Son "los grandes desafíos que vienen", advertencias de Martínez, que su sector debe saber dimensionar, asumiendo la dura lección de aquel fatal wikén electoral de mayo pasado.