Presentan documental sobre balneario popular de las Rocas de Santo Domingo
CINE. Se trata de una copia restaurada de un corto hecho en 1972 por el Departamento de Cine y TV de la CUT. Del lugar solo quedan los poyos de los cimientos.
Al norte de la comuna de Santo Domingo, colindante con el humedal existente en la ribera sur de la desembocadura del río Maipo, se ubicó el Balneario Popular Rocas de Santo Domingo. Éste era un conjunto de inmuebles compuesto por seis unidades de vivienda estacional o cabañas y recintos comunes, comedores, baños y lavaderos que funcionó entre 1971 y 1973, y conformaba para de una red de centros similares que eran parte de la medida 29 del Programa de Gobierno de la Unidad Popular.
Tras el golpe de Estado pasó a ser utilizado como centro de detención clandestino y entrenamiento para agentes de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA) hasta 1976, cuando volvió a ser utilizado como centro de veraneo por los agentes de este Dirección y su sucesora, la Central Nacional de Inteligencia (CNI). Posteriormente pasó a ser administrada por el Ejército y en 2013 fue desmantelada, conservándose a la fecha los poyos de los cimientos. En 2015 fue declarado Monumento Histórico en la tipología de Sitos de Memoria.
Ficción y documental
La historia de los balnearios populares podría haber quedado solo en la memoria de quienes lo disfrutaron, sino fuera por el porteño Alejandro Segovia, quien trabajó como asistente de producción en las películas de Aldo Francia. Éste, en 1972, se acercó a su antiguo compañero de liceo Carlos Fenero para proponerle la idea de hacer un documental sobre estos lugares.
Fenero desde el año anterior estaba a cargo del Departamento de Cine y TV de la Central Única de Trabajadores (CUT), organismo que agrupó a todo el movimiento obrero y que funcionó desde 1953 hasta 1973. Éste aceptó la propuesta que consistía en mostrar cómo un obrero y su familia podrían gozar de vacaciones, y tras conseguir el visto bueno de la CUT, las escenas se rodaron en Textil Progreso, que se encontraba estatizada, para luego partir al recinto de la provincia de San Antonio.
El rodaje duró 15 días y permitió mostrar a una familia obrera aprovechando los beneficios del balneario como las cabañas, los juegos para niños con instructores, el policlínico, el almuerzo y la cena a cargo de un equipo de dietistas (para que los obreros solo se preocuparan de descansar) y las veladas nocturnas, con números artísticos realizados por los mismos veraneantes.
El trabajo combina documental y ficción, ya que la familia estaba conformada por Tegualda Tapia y Samuel Villarroel, en aquellos años estudiantes de teatro de la Universidad de Chile- sede Valparaíso.
De regreso en Santiago, la película fue montada en veinte días y fue estrenada bajo el título "Un verano feliz" en la Escuela de Derecho de la sede porteña de la Universidad de Chile (hoy UV), y luego sería mostrada en el cine Bandera de Santiago en los programas que la CUT realizaba en convenio con Chilefilms.
Copia única
Luego del 11 de septiembre, todo el archivo fílmico de Chilefilms fue quemado. Entre ello, todo lo que había realizado el Departamento de Cine y TV de la CUT. Sin embargo, Segovia fue más astuto, y cuando hizo el documental se guardó una copia para él. Después de estar detenido, partió rumbo a su casa que había sido allanada. Sin embargo, el filme no sufrió daños, por lo que decidió guardarlo en un saco papero y enterrarlo en el patio de su casa.
En los 90, Segovia y algunos colaboradores realizaron un traspaso a VHS y luego, probablemente a inicios del 2000, a DVD. En 2015, la supervivencia de este corto se hizo conocida a través de algunos reportajes, algo que su director no pudo ver, ya que había fallecido en octubre del año anterior.
A inicio de 2016, en tanto, la hija de Alejandro Segovia, Daniela, subió a YouTube una versión digital de "Un verano feliz". Pero la idea era tener una mejor versión, por lo que presentó un proyecto Programa de Apoyo al Patrimonio Audiovisual del Ministerio de las Culturas, Artes y Patrimonio. Gracias a éste se realizó una reparación y limpieza del rollo de 16 mm original, así como una nueva digitalización en alta calidad y una corrección de color. Ambas labores fueron efectuadas por el Laboratorio de la Cineteca Nacional de Chile.
Asimismo, se fabricaron dos copias nuevas en 35 mm, con sonido mejorado digitalmente, trabajo que fue realizado en México DF por la empresa Labodigital.
Esta nueva versión fue estrenada en forma online para el Día del Patrimonio en la Cineteca Nacional, y seguirá su periplo virtual este jueves 17 (19 horas) con la emisión del corto y un conversatorio a través del Facebook de la Escuela de Cine de la Universidad de Valparaíso. El 10 de julio hará lo propio a través de las redes del Parque Cultural de Valparaíso, y el 15 será el turno del Centro Cultural de San Antonio.
17 de junio, a las 19.00 horas, se proyectará este trabajo por el Facebook de la Escuela de Cine de la UV.
2015 se declaró el lugar como Monumento Histórico en la tipología de Sitios de Memoria y Derechos Humanos.
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