Transparencia en el traspaso municipal
Quedan diez días para que asuman sus puestos los nuevos alcaldes y en cada municipio donde hay cambio comienza el ajetreo de la transición. Tanto en Viña del Mar como en Concón, dos administraciones de largo aliento serán reemplazadas por nuevos líderes que han manifestado su preocupación sobre el funcionamiento municipal.
A 10 días de que los alcaldes electos asuman sus cargos, comienzan a surgir antecedentes sobre los temas pendientes que dejarán las administraciones salientes y algunos detalles de lo que ocurre en las unidades más sensibles del aparataje municipal, ambos como signos de que la transición entre los viejos y los nuevos liderazgos comunales no será tan simple y sencilla como a veces se muestra. Un caso evidente ocurre en Concón, cuyo alcalde electo, Freddy Ramírez, se reunió con el contralor general de la República, Jorge Bermúdez, para discutir ciertos temas administrativos que levantan dudas en torno a la gestión de Óscar Sumonte. Uno de ellos es un llamado a concurso para los apetecidos cargos de la planta municipal - que el histórico jefe comunal zanjaría cinco días antes de abandonar su oficina en calle Santa Laura-; otro se trata de los cuestionamientos al director de Obras, Julio Leigh, por su intervención en proyectos inmobiliarios ubicados cerca o sobre las dunas conconinas, y un tercero es la paralización de obras del Centro Cultural de Concón, proyecto de $ 2.400 millones de pesos que no ha tenido movimientos en más de un año.
Tampoco en Viña del Mar existen aguas totalmente tranquilas, a pocas jornadas de que la administración de Virginia Reginato deje la sede consistorial de calle Arlegui, luego de 16 años al mando de la comuna con más ingresos de la Región. Ya existen peticiones de renuncias a personal de confianza, aunque algunos de los afectados no tienen claridad de si corresponden a exigencias emanadas desde el círculo de confianza de la actual alcaldesa o de la recién electa Macarena Ripamonti. También hay dudas sobre la pérdida de información desde un equipo que guarda datos importantes de la Corporación Municipal viñamarina. Aunque los ejecutivos de ese organismo salieron ya a declarar que se trata de un hecho fortuito y que será rápidamente restaurado, el incidente y la reacción inicial de los funcionarios dan cuenta de un ambiente tenso que amenaza con extenderse incluso más allá de que asuma la nueva jefa comunal.
Los puntos de contacto entre los casos de Concón y Viña del Mar son evidentes: dos administraciones de largo aliento, de inspiración política que transita entre el centro y la derecha, serán sucedidas por personas que hacen su estreno en un cargo de elección popular, que provienen de las antípodas del espectro político y cuyas plataformas electorales se construyeron en la impugnación de los alcaldes que llegan a reemplazar. Por todo ello, para reducir el espacio de cualquier sospecha, es que los traspasos de información, el mecanismo de instalación y la evaluación del personal que no es de planta en cada municipio debe ejecutarse con altos estándares de transparencia y un profesionalismo que permita a los vecinos retomar las confianzas perdidas en sus municipios, para muchos de ellos, la única institución del Estado que les responde cuando exponen un problema.