Ilabaca presenta su nuevo libro basado en un histórico hombre del Puerto
LITERATURA. "Valparaíso de noche y las siete vidas de Eugenio Carramiñana" es el título de este relato que aborda la historia de este Hijo Ilustre de Valparaíso en paralelo a la historia de la ciudad.
El nombre de Eugenio Carramiñana está íntimamente ligado a la historia de Valparaíso. El primero, cuyo apellido materno era Valtueña, llegó a la ciudad en 1913 desde España y tras trabajar en diferentes emporios, se independizó y colocó uno en la plaza Waddington, en Playa Ancha, con el nombre de Santo Domingo.
Fue tras los mesones de esos negocios que su hijo, que lleva el mismo nombre, comenzó a dar sus primeros pasos para luego comenzar una serie de aventuras que lo llevaron a ser corredor de carreras de autos clásicos en el parque Alejo Barrios, destacado montañista, conscripto del Regimiento Maipo, vendedor viajero, trabajador portuario, feriante de la avenida Argentina, gerente del diario "La Unión" y dueño del Teatro Mauri, entre muchas otras facetas.
De allí que no sea extraño que Gonzalo Ilabaca haya decidido nombrar su libro "Valparaíso de noche y las siete vidas de Eugenio Carramiñana", de la Editorial Narrativa Punto Aparte en su colección Expedientes; el que nace tras 16 meses de reuniones entre el pintor y el Hijo Ilustre de Valparaíso en una antigua casona de la calle Pedro León Gallo, de Playa Ancha, y que es relatado en primera persona.
Desde un almuerzo
En total fueron más de 80 horas de entrevistas en las que Eugenio Carramiñana Fuentes, con sus más de 90 años encima, relataba con enorme franqueza sus anécdotas en la bohemia porteña de antaño, así como sus duros días en la cárcel porteña y otros centros de detención política, donde pasó tres años de su vida, condenado por un consejo de guerra durante la dictadura. "Yo este libro lo pensé como un desahogo", dice el protagonista de este libro.
Todo partió con los almuerzos que compartía con Ilabaca en el emporio Santo Domingo, en la "mesa de los ilustres". "Yo conversaba mucho con Gonzalo, almorzábamos juntos, yo le contaba muchas estupideces de las que he hecho en mi vida y él tiene cierta admiración por lo estrambótico, y así se fue produciendo un acercamiento", sostiene el Hijo Ilustre de Valparaíso.
Ilabaca, también autor de "Valparaíso Roland Bar" (Narrativa Punto Aparte, 2014), acota que su partner en esta aventura literaria "tiene un humor fantástico". "En esos almuerzos empezó a contar sus historias y yo me moría mucho de la risa y eso a él le encantaba, que alguien tuviera humor", al mismo tiempo que "me quedó dando vuelta esa idea, la virtud de él de tener tanta energía, y dije: aquí hay una memoria increíble y se presta como para hacer un libro", añade.
Dos protagonistas
Para el autor era esencial que la historia del personaje fuera a la par de la de la ciudad: "Quería que el segundo personaje principal fuera Valparaíso. Me preocupé de eso, porque yo encuentro que eso le da más enjundia a la identidad local. No es la historia de Carramiñana, es la historia de Valparaíso y de Carramiñana en Valparaíso", sostiene.
Debido a ello, en el libro abundan detalles, personajes y sucesos ambientados en la historia local, donde la antigua bohemia ocupa un lugar preponderante. "La bohemia en Valparaíso era muy fuerte. Yo creo que Valparaíso era famoso internacionalmente (por eso), ¡si estaba lleno de burdeles!.. según lo que me han contado", dice Carramiñana, agregando que "yo era curioso. Entonces iba a veces para conocerlos, pero parece que no los conocí todos…". Es así como en el libro aparecen registros de famosas boites y salones de baile, pero también de numerosas burdeles ya desaparecidos.
En cuanto a su tiempo como preso político, advierte que "al que llevaron preso no fue a Eugenio Carramiñana, llevaron al gerente del diario 'La Unión', o sea si hubiese estado Merino de gerente del diario 'La Unión', a él se lo llevan preso", comenta.
Y rememora: "La cárcel es un mundo nuevo. Quien no haya estado en la cárcel no se imagina todo lo que pasa ahí, y se me grabaron muchas cosas… Cuando salí, salí más empelotado que el niño dios: me habían quemado la casa, me habían sacado en estado de coma de la cárcel, en una camilla, enrollado en cadenas, e iban sucediendo muchas situaciones".
En su reflexión final, Gonzalo Ilabaca dice que "en Carramiñana hay humor y hay tragedia. Pero si estuvo preso o estuvo en un burdel, para él tiene la misma importancia. No es que prefiriera uno a lo otro, sino que él aceptó ambas situaciones y las pone en el mismo valor en el libro, y eso quiere decir que nunca estuvo enfermo".
"Yo conversaba mucho con Gonzalo, almorzábamos juntos, yo le contaba muchas estupideces de las que he hecho en mi vida y él tiene cierta admiración por lo estrambótico, y así se fue produciendo un acercamiento".
Eugenio Carramiñana, Hijo Ilustre de Valparaíso y protagonista del libro
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