Flor Arbulú

Desde el viernes 2 de julio que está disponible en todas las plataformas de streaming el disco "Valpolohizo, cantar", un compilatorio de 20 temas realizados por Chinoy y que eran parte del repertorio de sus primeros años en Valparaíso, pero que nunca había grabado.

"Son canciones que sólo tenían versiones en vivo", comenta Mauricio Castillo, nombre real del músico oriundo de San Antonio. Y detalla: "No fue cosa que yo mezclara, masterizara, tuviese la intención de tener un trabajo más condensado, con un concepto. No, todo tenía un formato más artesanal".

"Dejar mi legado"

Precisamente esa es una de las principales características que tiene este álbum doble que sigue a su cuarto trabajo de estudio "Saliendo del otro" (2020). Es también la primera entrega del trabajo de grabación que está haciendo el artista, ya que son entre 60 y 70 composiciones que sólo estaban disponibles en sus actuaciones en vivo y que pretende convertir en disco "para dejar mi legado como cantautor".

Son temas que "yo salía a tocar, a defender en vivo y que con el tiempo se fueron quedando. O sea, había canciones que no podía no tocar, que me las pedían y que se fueron arreglando en el tiempo", asegura.

Ello porque, según reconoce, "cuando llegue a Valparaíso me había recién iniciado, estaba comenzando como cantautor, no era un tipo que venía enseñado", y tenía que hacer shows. "Era un neófito de lo que era el oficio -continúa- y de pronto no hice las cosas como debía haberlas hecho: debería haber grabado estos discos mucho tiempo atrás".

Por lo mismo, espera que estas canciones "queden en el lugar que se merecen, que queden en el tiempo", además de "poder trabajar ese compilado en las plataformas actuales, que no las tenía, que se modernicen y poder sacar plata de alguna manera".

Para Chinoy también este nuevo trabajo le permite mostrar una época en el que estaba "dentro de una especie de sueño", siendo "muy prolífico y creativo"; además que "se puede ver que había varios Valparaíso, porque yo veo que las canciones no tienen mucho que ver entre sí", detalla.

Ésta es la razón por la que dividió en dos el álbum: la primera titulada "Valpolohizo" que incluye diez canciones como la homónima, "Plata pa pan" y "Corazón", y que el artista denomina como "más urbana. Con un imaginario más desolado de la urbe, de la decadencia también y de la precariedad de la vida".

La otra se denomina "Cantar" con el resto de los diez temas entre los que se incluyen "No empañemos el agua", "Carne y alma de gallina" y "Para el final", pieza que compuso para la película "La buena vida" de Andrés Wood.

El cantautor define a este disco como "más etéreo", en el sentido que refleja "la sensibilidad, la percepción síquica, lo simbólico. Como del artista en busca de una cierta evidencia, cierta brujería en la manera de ver el mundo".

En cuanto a la selección de canciones dice que es "porque son las que más maduras están y que yo veo que tienen el mismo relato". Pero también "me quedé con las canciones que más se fueron quedando conmigo y que más fácil pudiese tocar, interpretar; para las cuales tengo mejor interpretación".

Los otros proyectos

La pandemia, como a todo el mundo, obligó a Chinoy a detenerse. Al menos en cuanto a lo que son las presentaciones en vivo, puesto que esto le permitió volver a la composición y ahondar en otros campos.

En sus planes para lo que resta del año está sacar otro álbum, el que "que va a estar fenomenal. Es un disco como de renacimiento", dice, adelantando que "es totalmente distinto, otra música nada que ver a lo que se me conocía", aunque más detalles entregará a futuro.

A la vez que prepara para fin de año un libro: se trata de un poemario con textos inéditos de músicos chilenos, entre los que se encuentran Patricio Manns, Francisco Sazo, Colombina Parra, Denisse Malebrán, Camila Moreno y Eduardo Carrasco, por nombrar sólo algunos, pues calcula que "ya tenemos unos 25 autores", aunque siguen sumando otros nombres.

"Es un proyecto a medias con otro amigo que me está ayudando con toda la parte ejecutiva, que tiene que ver con la editorial, con la creación del libro físico", comenta Mauricio Castillo.

El nacimiento de este libro tiene que ver con su propio interés, pues siempre ha estado involucrado con el tema lírico. "Soy un lector frecuente y en mis viajes a Buenos Aires, me hice un libro que quiere ser un poco lo mismo, que también tiene poemas de artistas", cuenta, acotando que en conversación con su amigo terminó de formar el proyecto.

Se trata de textos, según explica, "que tienen que ver con esa área que está a la sombra, que la gente no ve del artista y que sea también una sorpresa también para el lector tener un libro donde se verá un poco el rincón íntimo de ciertos autores". Sobre todo de ciertos nombres, porque hay algunos cuya literatura se conoce.

Al respecto, asegura que "hay un montón de estilos. Está el de Patricio Manns que es un estilo que tiene que ver más con los elementos, que surge de lo metafísico, de los juegos rítmicos. Hay poemas más críticos, poemas que están dentro de lo crítico. Es un libro muy bueno".

Otro proyecto que tiene en carpeta es que se encuentra musicalizando poemas de Víctor Muga, un poeta de San Antonio. A todos estos proyectos se suma el poder concretar su regreso a vivir a Valparaíso dentro de este año.

"Cuando llegue a Valparaíso me había recién iniciado, estaba comenzando como cantautor (...). Era un neófito de lo que era el oficio y de pronto no hice las cosas como debía haberlas hecho: debería haber grabado estos discos mucho tiempo atrás".

Chinoy Cantautor

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