Pablo Ilabaca rinde tributo a sus muertos con su nuevo disco solista
MÚSICA. Desde hoy se podrá escuchar "Canciones para conversar con la muerte", el que contiene 10 canciones y en el que se hace acompañar de grandes músicos nacionales.
Pablo Ilabaca tiene una extensa trayectoria musical como parte de los grupos Chancho en Piedra y Pillanes, así como su proyecto solista Jaco Sánchez y sus incursiones en 31 Minutos. Pero hoy ve la luz un nuevo trabajo discográfico, el primero que firma con su nombre y que lo lleva a un mundo más íntimo bajo el título "Canciones para conversar con la muerte".
El álbum contiene diez temas, de los cuales nueve surgen de la misma pluma del compositor, al que se suma su interpretación del clásico "Mi viejo", single con el que adelantó este disco que estará disponible en todas las plataformas digitales y físicamente en vinilo a través de Americamediarecords.cl
Procesos de cambio
Al teléfono, Ilabaca dice que comenzó a idear este homenaje a sus muertos "desde que murió mi abuela materna, Jacobel Sánchez, el año 2003. Creo que ahí empezó mi conexión con lo artístico, como tratar de hacer una música que llegara no solamente a los vivos, sino que también a los muertos. Creo que ahí partió esto".
A ello se sumó el deceso de los otros dos abuelos que conoció, porque el materno, Salvador, falleció en 1945: "Fue un minero que murió en un desastre bien importante que se llamó el desastre del humo, que fue un incendio que hubo en la mina El Teniente", y es precisamente un tema dedicado a su persona -que se titula "Teniente 1945" el que le da inicio al disco.
Precisamente esta conexión con los afectos es lo que le ha significado más problemas a la hora de materializar el álbum. "Ha sido bien difícil los sentimientos para ponerse a cantar. Uno escribe y compone, pero al materializarlo no es fácil. Es un tema grueso", confiesa, aunque cuando se llega a ese estado "es hermoso. Yo me siento muy contento de poder llegar a lanzar este disco".
Advierte, eso sí, que el disco no solo explora el tema de la muerte física, sino que "finalmente tiene que ver con la evolución, con la transformación, con el recuerdo de cuando era niño que ya murió, y tiene que ver con el día y la noche", comenta. Un tema bien explícito en ese sentido es "Pálida forma nocturna", segundo single de este trabajo.
Se trata de un trabajo que si bien habla de la muerte, no es desde una perspectiva "grave", desde la perspectiva de "llorar porque se te fue alguien, más que nada llorar de alegría, quizás, de que tienes un ángel, un guardián desde otro lado. Yo lo veo así", asegura.
En ese sentido, en la sonoridad de las canciones influyó mucho México y la celebración que allí se hace del Día de los Muertos. "Tuve la suerte de estar en una noche de los muertos, hace un par de años, en Oaxaca y era realmente una fiesta", dice.
Y recuerda: "Cuando parte la versión de 'Mi viejo', habla un hombre mexicano que dice 'este aplauso para los papás que ya no están con nosotros, pero que en estos momentos deben estar por llegar'. Y eso es real, es un sample que grabé con el teléfono, en una orquesta que estaba tocando dentro del cementerio. Entonces, esa sonoridad yo creo que fue importante para decidir el norte del disco".
Un cúmulo de estrellas
Si bien algunas de las canciones se grabaron prepandemia, hubo otras que se concretaron una vez que el coronavirus ya estaba en el país, lo que fue otro "desafío", como reconoce Pablo Ilabaca.
Considerando, sobre todo, el listado de grandes artistas que lo acompañaron en este proceso: Martín Benavides, quien además coprodujo el álbum -salvo en las canciones "Teniente 1945" y "En el melonal" que fueron producidas por Guido Nisenson y Pablo Ilabaca-; Titae Lindl, Felipe Metraca, Felipe Ilabaca, Nano Stern, Javi Vinot, Valentín Trujillo Junior Jr. y el Cuarteto Austral. "Es bien potente el talento humano que logré juntar para grabar el disco", afirma el músico. Ilabaca agrega que el proceso fue "entretenido igual: estaban todos con mascarilla, grabando distanciados en una gran sala, no hubo grandes problemas".
Por otra parte, destaca el haber podido grabar con Titae Lindl, ya que fue "muy importante para mí que estuviera", pues considera que "es uno de los músicos más importantes del país. Y no solamente por el hecho de ser de Los Tres, sino que tiene un concepto musical increíble (y) toca el contrabajo como ninguno", además de abarcar los más diversos géneros.
Eso no desmerece la participación de los otros músicos, pues también son relevantes para haber concretado el concepto de este álbum, el que también significa "el comienzo de una nueva forma de hacer discos, ya que solo interpreté en dos canciones guitarra, en todas las demás solo canto. Solté los instrumentos a los excelente músicos que grabaron y me acompañaron en este proceso", acota.
- ¿Cómo crees que será recibido el disco?
- Yo creo que va a ser bien recibido. Yo he hecho muchos discos y creo que éste es el 20 y tanto que hago; y estoy tranquilo porque está avalado por la gente que no está en este plano terrenal.
"Yo no espero mucho del disco tampoco -continúa Ilabaca- . Como que no es que me quiera granar un Grammy con el disco, sino que básicamente espero que la gente lo escuche en una radio o en un dispositivo electrónico en su casa, prenda una vela y se sienta acompañado. Eso es lo que más aspiro".
"No es que me quiera granar un Grammy con el disco, sino que básicamente espero que la gente lo escuche en una radio o en un dispositivo electrónico en su casa, prenda una vela y se sienta acompañado. Eso es lo que más aspiro".
Pablo Ilabaca, Músico
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