Evalúan impacto de una eventual demolición de Punta Piqueros
CONCÓN. Expertos afirman que abandonar el edificio no es una opción segura en caso de perder batalla legal: plantean opciones.
Un nuevo revés judicial sufrió hace un mes el controversial proyecto hotelero Punta Piqueros, luego de que la Corte de Apelaciones declarara admisible un recurso que busca su demolición. Aún a la espera de que el tribunal se pronuncie, desde la Seremi de Vivienda expresaron no estar de acuerdo con la medida, puesto que "no sería adecuada ni proporcional para lograr el fin que se persigue", e incluso, a priori, "podría ocasionar un daño ambiental irreparable".
Pese a que todavía no hay antecedentes claros respecto a cómo se ejecutaría el proceso, y a que el futuro de la iniciativa inmobiliaria no está zanjado, especialistas de distintas áreas siguen expectantes el avance del caso. Entre ellos figura Patricio Winckler, ingeniero civil de la Universidad Técnica Federico Santa María, especializado en ingeniería marítima, portuaria y costera, quien explica que "el daño al sistema costero donde se emplaza el edificio se generó desde su construcción y es irreversible".
Un daño marginal
Según asegura el experto, "cualquier perturbación adicional sobre ese sistema costero puede incrementar el daño, pero posiblemente sea marginal en comparación con los impactos que ya generó la edificación". Por otro lado, advierte que mantener la estructura en un estado de abandono -por el alto costo de demolerla, por ejemplo- o adaptarla según nuevos requerimientos para su operación, tampoco parece ser una opción prudente.
"Desde la perspectiva del riesgo, toda obra emplazada en una zona expuesta puede reducirlo mediante medidas de mitigación, en la medida de que sean factibles. No obstante, en este caso el emplazamiento es inadecuado y la reducción del riesgo ante tsunamis al mínimo parece poco probable, ya sea por los escasos tiempos de respuesta como por la dificultad de acceso ante una situación de emergencia", asevera.
"habría que demolerlo"
Hernán Vergara, geógrafo y académico de la Facultad de Ciencias del Mar y Recursos Naturales de la Universidad de Valparaíso, indica no estar de acuerdo con que el daño por una demolición pueda superar al ya causado por la edificación del hotel. "Esa estructura está impactando por el solo hecho de haberse construido, y si los estudios técnicos indicasen que no es factible que funcione, creo que simplemente habría que demolerla. Hoy, un trabajo programado permite tomar los resguardos para que se haga de forma segura, porque dejar el hotel en estado de abandono evidentemente es riesgoso e irresponsable", sostiene.
Una mirada similar tiene el oceanógrafo y biólogo marino Eduardo Quiroga, profesor en la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, que plantea que "todo dependerá de la vía que escojan para demolerlo". "Al ser un edificio tan grande, si simplemente se destruye con maquinaria o con explosivos, obviamente el impacto sería enorme. Lo más probable es que generaría un sedimento suspendido que va a afectar no solo localmente, ya que se puede dispersar a un área mucho mayor", puntualiza.
Desarmar y restaurar
Sin embargo, según continúa el especialista, "si lo que van a hacer es desarmarlo -como ocurre con los barcos, pieza a pieza- ese impacto es menor. De hecho, incluso la estructura puede ser depositada en el mar para ser usada como arrecifes artificiales. Hemos visto varios ejemplos de proyectos, por ejemplo, asociados a caletas de pescadores donde se ponen piezas de concreto cerca de la bahía para que organismos que se han ido -como peces- vuelvan al sector", comenta.
Respecto la posibilidad de que se restablezcan las condiciones del ambiente en el que se instaló el proyecto, Quiroga afirma que lo ve difícil. "No creo que vaya a revertirse del todo el daño que causó la construcción del hotel. Eso sí, los ecosistemas marinos son muy resilientes: empiezan a adaptarse y recuperarse muy rápidamente", explica.
Recurso admitido
Ingresado por la Corporación Pro Defensa del Patrimonio de Viña del Mar, el requerimiento -declarado admisible por la Corte de Apelaciones- alude a que el inmueble actualmente no cuenta con permiso de edificación y que su Resolución de Calificación Ambiental (RCA) ha sido cuestionada. En tanto, el objetivo de la empresa es regularizar su situación, obteniendo un nuevo permiso de obras. Para ello requerirían obtener la luz verde del nuevo alcalde de Concón y su Concejo Municipal.