El timing de la nueva Región de Aconcagua
El Gobierno licitará este año un estudio sobre la factibilidad de transformar en región a las provincias de Petorca, San Felipe y Los Andes. Los resultados del análisis se darán a conocer a principios del próximo año y podrían servir de insumo al trabajo de la Convención Constitucional, que ha puesto énfasis en la descentralización.
A principios del próximo año, el Gobierno tendrá los resultados de un inédito Estudio de Factibilidad Económica, que dará luces acerca de la pertinencia de crear la Región de Aconcagua. Esta nueva unidad administrativa comprendería la antigua Provincia de Aconcagua, que existió desde 1826 hasta 1974, y que comprendía las actuales provincias de San Felipe, Los Andes y Petorca, que en conjunto suman cerca de 350 mil habitantes, esto es el 20% de la actual población regional.
La idea de separarse de Valparaíso tiene larga data en la zona cordillerana, cuyos residentes siempre se han sentido afectados por el persistente centralismo de la capital regional, que tiende a concentrar los recursos públicos en aquellos lugares con mayor población. Este sesgo centralista quedó al desnudo en los resultados del Estudio de Factibilidad Técnica hecho hace pocos años, donde se indica con claridad que las provincias de Aconcagua aportan el 63% del Producto Interno Bruto de la Región de Valparaíso, pero reciben de vuelta apenas un 18% en inversión.
La licitación del nuevo estudio generó el apoyo de los alcaldes. La exministra de Salud y alcaldesa de San Felipe, Carmen Castillo, recogió el sentimiento de las comunidades de la zona interior: "Siempre se habla del patio trasero de la Región de Valparaíso, ojalá no sigamos con ese discurso, necesitamos que seamos validados y reconocidos como una zona productiva que tiene mucho potencial".
En este proceso, los adherentes a la Región de Aconcagua tienen un aliado en la Convención Constitucional. Claudio Gómez, constituyente por el Distrito 6, ha liderado por años el trabajo de las comunidades que buscan separarse de Valparaíso y su plataforma de propuestas para llegar a la instancia que lidera Elisa Loncón tiene su eje en la revalorización de los territorios. Es probable que aquí resida la principal fortaleza del proyecto para crear la Región de Aconcagua. Puede parecer un contrasentido avanzar en cambios tan fundamentales de la administración del país cuando se discuten nuevas normas constitucionales, pero los resultados de la viabilidad de la nueva región estarán listos en un momento justo para ser calibrados por los constituyentes y, quizás, influir en una nueva mirada sobre la regionalización y descentralización del país. El timing y el espíritu instalado en la Convención favorecen las aspiraciones de los alcaldes, parlamentarios y comunidades de Aconcagua. Sin embargo, también es adecuado poner una cuota de prudencia ante divisiones tan drásticas de territorios que llevan juntos casi medio siglo. En ese sentido, es importante que los propios ciudadanos -y los parlamentarios que enfrentan una elección- estén llanos a las recomendaciones que surjan del Estudio de Factibilidad Económica, porque el simple voluntarismo no es suficiente cuando el objetivo es el desarrollo integral de un territorio.