Alcaldes, los primeros cincuenta días
Ya podemos comenzar a hacernos una idea de la futura gestión de los jefes comunales de las ciudades del Gran Valparaíso y adyacentes.
Transcurridos ya más de 50 días desde que asumieran como alcaldes, la mano de los nuevos jefes comunales (y también los que repiten) ya comienza a dejarse ver, no sólo en sus actos y declaraciones, sino también en sus tonos y matices. Muchos de ellos -los más jóvenes, por supuesto- han optado por ventilar los trapos sucios de las administraciones pasadas, como es el caso de Viña del Mar y Macarena Ripamonti, acaso la de estampa más profesional, cauta y medida, quien encomendó la misión de investigar la administración de Virginia Reginato al estudio de abogados conformado por los exfiscales Carlos Gajardo y Pablo Norambuena, renunciados al Ministerio Público con escándalo en desacuerdo con la salida alternativa que se le ofreció al senador Iván Moreira en el marco del caso Penta. La apuesta de Ripamonti es alta, por cuanto sus acusaciones de "crimen organizado" en el municipio viñamarino deberán ser probadas ante la justicia en un plazo prudente para no arriesgar su credibilidad, virtud que hasta hoy ha defendido de forma bastante certera.
En Quilpué, la alcaldesa Valeria Melipillán ha seguido los mismos pasos para destapar eventuales irregularidades durante los dos períodos de su antecesor Mauricio Viñambres, y se apoyará en el estudio Osorio & Vargas abogados, conocidos por su rol contra el municipio de Estación Central por los guetos verticales.
Casablanca también incursionó en esa línea, con las acusaciones del alcalde Francisco Riquelme contra el exadministrador municipal y mano derecha de Rodrigo Martínez.
La regla intentó mantenerla la alcaldesa de Villa Alemana, Javiera Toledo, mas su ímpetu no fue más allá de unas destempladas acusaciones contra el exalcalde José Sabat que no llegaron a puerto y que terminaron siendo opacadas por el desacierto de haber contratado a su propia pareja en la municipalidad, quien luego se vio forzado a renunciar.
En Valparaíso, en tanto, conseguida la reelección, las acusaciones al voleo contra Jorge Castro y Hernán Pinto por parte de Jorge Sharp ya pasaron a un segundo plano y el foco del alcalde pareciera estar más centrado en la carrera larga, su posible influencia en la Convención Constituyente y la conformación o secuestro de organizaciones civiles que caigan en la tentación de llevarlo como candidato presidencial. Concón, por su lado, ha tenido un sello cauteloso por parte de Freddy Ramírez y su director jurídico Sebastián Astuya, no involucrándose en conflictos y manteniéndose al margen de ciertas peleas (sobre todo inmobiliarias) que les podrían costar muy caras, pero atendiendo otras quizás mucho más urgentes (Centro Cultural, la situación del Director de Obras Municipales, por ejemplo).
Pero quizás Marcos Morales, jefe edilicio de Puchuncaví, es quien se lleve los primeros aplausos, por el rol que jugó (de la mano del senador Francisco Chahuán, sin duda) en el desistimiento del Gobierno a la reapertura de la central Ventanas 1 de AES Andes, exAES Gener.
La verdadera prueba de fuego, empero, será el límite sicológico establecido por los primeros cien días, en los cuales todos -sin excepción- deberán mostrar algo más que acciones judiciales en contra de sus antecesores.