"Soy una nadie con la idea de ser presidenta, pero estoy convencida de que cualquiera puede aportar"
Lastenia tiene 74 años, y según dice, ha vivido lo suficiente para perder la esperanza en el mundo político. Por ello, cansada de tener que votar por "el menos malo", un día decidió postularse como Presidenta. Más allá de hablar con sus cercanos y conocidos del barrio, no ha desplegado ningún tipo de campaña: Sabe que es improbable que logre reunir más de 30 mil firmas, pero quiere ser consecuente y demostrar su disconformidad. Quizás su precandidatura es la menos ambiciosa de todas, pero para ella no se trata de un desafío personal. Es, más bien, un acto de rebeldía, un intento por demostrar que "el mundo está lleno de gente capaz".
-Cuénteme sobre usted. ¿Cuál es su historia? ¿A qué se dedica?
- La verdad, yo salí de la nada. Estuve viviendo hasta los diez años en un garaje junto con mi familia, porque mis padres sufrieron problemas de salud. Fuimos pobres como los ratones, pero todos mis hermanos somos personas positivas, porque recibimos el cariño que necesitábamos, a pesar de todo. Estudié, terminé mi enseñanza básica y secundaria, y hasta el momento he estado en la universidad seis veces. Me gusta aprender y entender las cosas, siempre fui muy curiosa. Pero al final deserté de las distintas disciplinas, porque aunque aprendí mucho, no logré sentir que estar allí valiera la pena.
- ¿Por qué no?
- Porque los profesores se veían desmotivados y la mayoría de mis compañeros pensaban en cuándo iban a salir, cuánto iban a ganar, y si había trabajo o no. Y yo pienso que la vida no es eso, pienso que es mucho más. Veía a las universidades como centros de saber, donde crecer intelectualmente y como personas. La última vez que estuve fue en 2016, en la Universidad de Playa Ancha, donde entré a Filosofía pensando que iba a encontrar más gente como yo, que quiere otras cosas. Pero en general es lo mismo, aunque claro que hay gente que se salva. Al final, también deserté.
-¿Y cómo nace la idea de inscribir su candidatura?
-Esta idea nace, sobre todo, de ver a las distintas figuras que hoy están desfilando para estar como cabecillas de gobierno. A mi edad, ya sé que ninguno va a solucionar los problemas, por el contrario. Yo tengo cero interés en hacerme pública, en ganar dinero, en nada; es simplemente que a mi edad estoy cansada de votar por personas que en lugar de dar soluciones, complican aún más las cosas. Conozco a estas señoras y caballeros desde hace tiempo. Para mí, ninguno de los candidatos que hoy están desfilando valen la pena, y me gustaría mucho poder levantarme e ir a votar por alguien que creo que sí vale. Entonces, ahora, puedo levantarme y votar por mí.
"100% independiente"
- Se presenta como precandidata independiente. ¿Comparte las ideas de algún pacto político?
- Soy totalmente independiente, tanto de las religiones como de los partidos políticos. He leído bastante, voy sacando ideas de uno u otro escritor según lo que me parece sensato, y aquí estoy como una nadie con la idea de ser Presidenta, pero convencida de que cualquiera puede aportar. A alguno puede parecerle patudo, pero no es una oportunidad para mí. Yo estoy bien, no necesito dinero ni ser conocida, porque ya soy apreciada por mi familia y mis ingresos me alcanzan de sobra para mí y para mis animalitos. Lo haría por aportar. El mundo está lleno de gente capaz, que no se mete en esto porque cree que es una olla sucia, pero no hay que ser genio para hacer las cosas bien. Se necesita ser inteligente, sensato y honrado. Y sobre todo, querer aportar.
- ¿Le preocupa no alcanzar a reunir las firmas necesarias ? ¿Ha estado haciendo campaña?
- No lo sé. Lo que he estado haciendo es una especie de sondeo con las personas que me encuentro por aquí o por allá. Yo les cuento mis ideas, pero veo que también las personas están muy desencantadas.
- ¿Ha sentido algún tipo de discriminación debido a su edad?
- La verdad no, veo que en ese sentido hay bastante madurez cívica. El asunto es que la gente se entusiasme, porque yo sola no puedo y el resto de ciudadanos, solos, tampoco. Pero si juntáramos nuestra voluntad, podría ocurrir un milagro.
Chile y la región
- ¿Qué opina de las transformaciones que enfrenta Chile? ¿Del proceso constitucional?
- Esa es otra cosa. Yo la verdad es que me entusiasmé cuando se empezó a hablar de una nueva constitución, porque uno tiene siempre la necesidad de creer en algo bueno, pero viendo como va, siento que va a estar dictada por intereses políticos y económicos. Para que cualquier país o institución funcione, se necesita trabajar con la base de la verdad, de la sensatez, y por último, amor por lo que se está haciendo. Para mí esas son columnas básicas, sobre todo la verdad. Y hoy lo que veo es que se miente de una manera grosera.
- ¿Piensa que de allí puede surgir este desencanto?
- Claro. Es un problema muy serio el desencanto político. La gente se ha ido cansando, y a la juventud tampoco le interesa.
- ¿Y cómo ve la situación regional?
- Me da mucha pena, sobre todo las zonas rurales. Estamos con el tema del agua, entonces la gente ya no puede tener sus chacritas, mantener sus animales y vivir como corresponde, con dignidad. En lo urbano, también es todo muy precario: los cerros de Valparaíso hoy en día son deprimentes. Creo que se ha dejado muy de lado a las regiones, en general, así como a las necesidades de la gente, que es lo primero que debería solucionar la pólítica.
" Para mí, ninguno de los candidatos que hoy están desfilando valen la pena, y me gustaría mucho poder levantarme e ir a votar por alguien que creo que sí vale. Entonces, ahora, puedo levantarme y votar por mí.