Semanas bastante agitadas ha tenido la Lista del Pueblo (LDP). A la bullada proclamación de Cristián Cuevas como candidato presidencial, que pese a haber sido electo en un congreso del movimiento, terminó siendo descartado dentro de los nombres para representarlos en el camino a La Moneda, le siguió una serie de renuncias de personas vinculadas a la agrupación, incluyendo a ocho convencionales, entre los que se encuentra la egresada de derecho, Camila Zárate (D7).

Respecto de los motivos que la alejaron de la colectividad, asegura que su distanciamiento "guarda relación con la decisión que se tomó en el congreso de ir a los comicios, cuando todavía no habíamos creado un proyecto político donde existieran las condiciones sociales", aunque aclara que eso no significa un alejamiento de su ahora excompañeros de lista.

"Dentro de la Convención, insisto, no tenemos lineamientos, no respondemos a LDP, la lista ni siquiera tiene una asesoría directa con nosotros, porque funcionamos de manera súper autónoma. Por eso es que las relaciones en la interna no van a cambiar mucho, porque en la práctica hemos estado trabajando coordinadamente", remarca la dirigenta socioambiental.

En cuanto al mes y medio de funcionamiento, Zárate hace una positiva evaluación de la Convención, bajándole el perfil a las polémicas que se han evidenciado estas semanas. "Se piensan y se ven cosas que no son necesariamente las que ocurren adentro, más bien adentro ha primado un ánimo fraterno, de construcción, de generar consensos, de llevar adelante el trabajo de la Convención; que no es lo que se ve en los medios, respecto de un espacio quizás más hostil, en donde unos pelean con otros, cuando no es así", subraya.

Se perdió el foco

- ¿Qué la decepcionó de la Lista del Pueblo, que se retiró al igual que lo habían hecho hasta el lunes 16 otros siete convencionales del movimiento?

- Lo que me distanció de la LDP, guarda relación con la decisión que se tomó en el congreso de ir a los comicios, cuando todavía no habíamos creado un proyecto político donde existieran las condiciones sociales. Frente a eso tomo distancia, porque el lineamiento de la LDP fue claro y empezó a enfocarse en esta materia, y en cambio los convencionales electos por la LDP decidimos enfocarnos en el trabajo constituyente. Hay una relación directa en el distanciamiento que tenemos respecto de las elecciones del poder constituido, porque nosotros estamos pensando en el Chile de los próximos 50 años, a través del proceso constituyente. Es más, algunos tenemos la postura de que los distintos cargos que se van a elegir en este período, no debieran llegar hasta el final, sino que debieran estar a disposición una vez que la Constitución y el nuevo sistema político administrativo que queremos consagrar a nivel constitucional se implementen.