"La derecha está en crisis hace tiempo y es profunda"
El investigador aborda las similitudes entre los problemas actuales y otras coyunturas en la historia, analiza el tema mapuche, la Convención Constitucional, el rol de los gobernadores, el cambio de régimen político y el panorama electoral.
Con la definición de las candidaturas presidenciales, la paleta ideológica de posibilidades es aparentemente amplia. Todos enfrentan, a grandes rasgos, los mismos problemas del país, pero sus posturas difieren en la posible solución ellos o en las maneras de enfrentarlos. Al menos dos de los candidatos representan visiones que cabe llamar de derecha, aun cuando tienen profundas diferencias.
En sus investigaciones sobre la derecha, Hugo Herrera -profesor de filosofía en la Universidad Diego Portales, intelectual y columnista político en varios medios- ha distinguido cuatro derechas, todas las cuales estuvieron presentes en las primarias del sector y parte de ellas lo estarán en la elección de noviembre. Sin embargo, Herrera también se ha preocupado de la "comprensión política" y, a su juicio, casi todo el espectro político nacional ha mostrado fallas en este punto, al priorizar una aproximación abstracta a los problemas, desatendiendo lo concreto y lo popular; esto incluye, ciertamente, a la izquierda.
En su publicación más reciente, Herrera se ocupa de tres autores mayores de la tradición de la derecha chilena. "Pensadores peligrosos" (Ediciones UDP, 2021), libro en el que se interna en la historia intelectual nacional y analiza la idea y las formas de "comprensión" de Francisco Antonio Encina, Alberto Edwards y Mario Góngora, quienes, a su juicio, estuvieron más cerca de la realidad concreta y entregados al esfuerzo por comprenderla. Los tres vivieron épocas de crisis, por lo que son particularmente oportunos para entender las crisis actuales, y en un capítulo final el libro señala el eventual aporte de sus ideas para la intelección de la época presente.
Esa mirada al pasado para entender el presente, le permite a Herrera abordar cuestiones tan actuales como el problema mapuche, la Convención Constituyente, las posibilidades descentralizadoras de los gobernadores regionales o el cambio de régimen político, además, por supuesto, del panorama electoral (desde Nuevo Pacto Social al Frente Amplio) y la derecha, que considera sigue estando en crisis.
-¿Se puede hacer la distinción entre historia intelectual e historia de los sucesos en la derecha? ¿Es una más rica que la otra?
-Aunque ideas y hechos van de la mano, conviene distinguir, pues efectivamente la historia intelectual es más rica que la fáctica. En ella tienen mucho peso el cristianismo social y los ensayistas en los que he reparado en mi libro. Aunque la historia fáctica es más plana, es tenaz aún la influencia de aquellas vertientes ideológicas más vigorosas en el Agrario-Laborismo, en los conservadores sindicalistas, en la candidatura de Cruz-Coke.
-Dice que se podrían englobar a los tres autores como parte de un "pensamiento nacional-popular chileno". ¿Cómo podría caracterizar ese pensamiento?
-Los tres forman el grupo más relevante de ensayistas en Chile, no sólo en la derecha. Son historiadores que unen al gusto por los datos y la erudición, hondas preocupaciones culturales y la familiaridad segura con filósofos principales.
-Destaca en ellos su capacidad de compresión, determinada por su atención a lo concreto y a la realidad popular. ¿Podría sintetizar el punto?
-En los tres hay una reflexión sobre qué significa comprender: histórica, política, humanamente. Reparan en que en toda comprensión hay dos polos, uno más abstracto, de ideas, conceptos, teorías, reglas, y otro más concreto, de las situaciones y grupos o individuos en ellas. Que, en virtud de esa polaridad, las comprensiones pueden inclinarse ya sea al polo de las abstracciones, ya al de lo concreto, o intentar mediar entre ambos polos.
-¿Cómo se aplica esa distinción al caso político?
-Hay inclinación al polo abstracto cuando somete simplemente la realidad a un conjunto de ideas poseídas de antemano, al "programa". La inclinación al polo concreto consta en movimientos que pretenden ser algo así como la encarnación directa del pueblo. Una comprensión pertinente es la que media entre ambos polos: busca captar la situación popular, y brindarle curso de despliegue mediante instituciones y discursos adecuados.
-¿Tuvo alguna presencia esa tradición de la derecha en la que participó en las primarias: Sebastián Sichel, Ignacio Briones, Mario Desbordes, Joaquín Lavín?
-Sichel fue levantado por la derecha económica, Briones corresponde a un liberalismo laico, Lavín, al cristianismo liberal. Común denominador es el liberalismo económico. Desbordes encarna ideas más políticas. Tiempo atrás ensayé una clasificación de la derecha chilena a partir de los ejes estatismo-individualismo y cristianismo-laicismo. Discerní cuatro derechas: socialcristiana, nacional popular, liberal cristiana y liberal laica. Como toda clasificación, hay que tomársela con cuidado, pero en ella Desbordes está más cerca del cristianismo social y del pensamiento nacional popular. Su trayectoria desde 2014 y su programa incorporan esas otras tradiciones en la comprensión de la situación actual.
Patricio Tapia
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