Tarea pendiente en la sede de Neurociencia
La designación de un inspector fiscal exclusivo debe significar una permanente vigilancia de los trabajos largamente dilatados. Junto a la trascendencia que implica la iniciativa, la presencia de investigadores nacionales y extranjeros o la realización de jornadas de estudio, significará un aporte a la revitalización del Barrio Puerto.
La pandemia ha dejado a la vista en forma dramática la importancia de la ciencia, materia en la cual nuestro país presenta un evidente rezago. Hay que ponerse al día y en esa dirección cobra gran importancia concretar el proyecto de una sede propia para el Centro Interdisciplinario de Neurociencia de la Universidad de Valparaíso, tarea largamente pendiente.
La iniciativa, que inicialmente contaba con un presupuesto de $ 7.500 millones, se encuentra paralizada desde 2018 debido a hallazgos arqueológicos en el lugar donde se emplazará y también a esos problemas administrativos que eternizan la ejecución de las obras públicas.
El proyectado edificio se ubicará en el Barrio Puerto, tras la Iglesia La Matriz, en terrenos donde se encontraba un convento jesuita y donde posteriormente funcionó el primer Congreso bicameral del país. La presencia de restos de antiguas construcciones y la superposición de otras, característica de gran parte del plan de Valparaíso, significó que al momento de iniciar las excavaciones para las fundaciones del edificio del Centro, aparecieran diversas especies de gran valor histórico, que exigían preservación y que daban pistas para otros descubrimientos. Así, intervino el Consejo de Monumentos Nacionales y se frenaron los trabajos, sin dar una solución que permitiera recuperar las especies en forma rápida para proseguir las obras.
Como la situación era impresentable y los fondos destinados podrían diluirse en la trama burocrática, los parlamentarios Francisco Chahuán, Rodrigo González e Iván Norambuena intervinieron ante el ministro de Obras Públicas, Alfredo Moreno, para desatar los nudos que mantienen paralizadas las obras. El secretario de Estado determinó la designación de un inspector fiscal de dedicación exclusiva para controlar el avance de los trabajos, con un cronograma al cual se ajusten las obras.
Esta medida fue reconocida por los investigadores Juan Carlos García, director del Centro, y Ramón Latorre, destacando que con las nuevas instalaciones se busca seguir trabajando para poner a Valparaíso a la vanguardia de la investigación en neurociencia, labor que hoy cumplen 150 funcionarios de la UV en dependencias insuficientes para la tarea que desarrollan.
Junto a la trascendencia que implica esta "casa propia" para la ciencia porteña, el edificio mismo, la presencia de investigadores nacionales y extranjeros o la realización de jornadas de estudio, significará un aporte a la revitalización del patrimonial Barrio Puerto, que desde su condición fundacional podrá mirar ahora a horizontes de futuro.
Este nombramiento de un inspector fiscal con dedicación exclusiva no puede ser solo una figura administrativa más, sino que debe constituirse en una instancia técnica de vigilancia que controle el cumplimiento de los plazos fijados en el cronograma y la calidad de las obras mismas.