Un delito más que castiga a Valparaíso
Casos individuales como el de Estación Bellavista contribuyen al clima de inseguridad que afecta la calidad de vida general. Hay gran cantidad de motos y repartidores en las calles. ¿Existe alguna política de control? ¿Reciben las policías información actualizada sobre el número de vehículos de reparto en circulación y sus conductores?
La delincuencia está siempre alerta y perfecciona sus métodos, adaptándose a los nuevos tiempos. Así queda demostrado tras el brutal asalto perpetrado cerca del mediodía del jueves en la Estación Bellavista de Merval.
Armado, un delincuente intentó robar cerca de 2 millones de pesos que una persona había retirado desde una sucursal del Banco Estado de la avenida Brasil. La víctima, junto a un acompañante, esperaba el paso de un tren, cuando el delincuente, evidentemente informado del retiro, ingresó saltando el cierre exterior de la estación y amenazó con un arma exigiendo la entrega del dinero. Las víctimas se resistieron y el delincuente golpeó a una y disparó en una pierna a otra, causándole una herida de cuidado. Luego, huyó saltando de nuevo la reja, para luego abordar una moto que lo esperaba y enfilar con rumbo desconocido.
Las cámaras revelaron todo el episodio. Prueba para un eventual juicio si es que se logra la detención del autor y su cómplice.
Este hecho revela que fuera del seguimiento a partir del retiro de dinero al interior del banco, había concertación con un motorista que simulaba, se supone, ser repartidor de alguna aplicación de delivery.
En este hecho se revela el aprovechamiento del ahora frecuente uso de motocicletas que si bien prestan útiles servicios, facilitan la comisión de delitos como asaltos e incluso homicidios, como el perpetrado recientemente en la capital.
La adaptación de la delincuencia a nuevas modalidades como las señaladas es un hecho que debe ser considerado por la autoridad con medidas preventiva y, se espera, por los tribunales con condenas disuasivas.
Hay gran cantidad de motos y repartidores en las calles. ¿Existe alguna política de control sobre ese movimiento? ¿Reciben las policías información actualizada sobre el número de vehículos de reparto en circulación y sus conductores?
En modo alguno se puede estigmatizar a los repartidores por hechos como el ocurrido en la Estación Bellavista, pero el delincuente debería saber que hay controles sobre los sistemas de reparto y que no es tan fácil infiltrarse y utilizarlos para ilícitos que van desde asalto por sorpresa hasta tráfico de drogas.
Ahora, en lo general, Valparaíso requiere de mayor atención policial con una política alerta ante sucesos como el del jueves y también ante incivilidades que afectan a sectores residenciales y comerciales, caso de los cerros Concepción y Alegre. Allí fue asesinado un turista canadiense en 2019 y un joven de 18 años en julio de este año. De cualquier modo, el caso de Bellavista y otros no pueden quedar en la impunidad. Al daño individual, a veces irreparable, se suma un daño a la calidad de vida de todos los vecinos, factor más en el lamentable deterioro que castiga a la patrimonial ciudad.