Chileno sube al Olimpo de los coleccionistas
Abogado, profesor universitario, dirigente y fundador de clubes de coches clásicos, coleccionista, piloto, periodista, ensayista y escritor de tres gruesas e incomparables obras de investigación como "Coche a la Vista", "Rugen Los Motores" y "La Historia de Alfa Romeo en Chile"… Un currículo inigualable que recientemente convenció a la Federación Internacional de Vehículos Antiguos (FIVA) para nominarlo, junto a otras 13 luminarias mundiales, como héroe e integrante del Salón de la Fama de la FIVA, una organización mundial que vela por los intereses de los propietarios de joyas clásicas y que está representada en 71 países, uniendo a millones de miembros en todo el mundo y reconocida por la Unesco como el máximo organismo de vehículos históricos y su cultura relacionada.
NOMBRES Y LEYENDAS
Velasco admite estar viviendo horas de ensueño, de sorpresa, de alegría total, inundadas por un torrente de llamados, felicitaciones y manifestaciones de cariño que han traspasado las fronteras chilenas. La FIVA habla de 14 héroes en la apasionante y acelerada carrera de la historia de la industria del automóvil, su desarrollo, hitos, patrimonio. Por ellos es que el nombre de este profesional chileno figura junto al de italianos de la talla de Mauro Forghieri, Marcello Gandini o el mismísimo Giorgetto Giugiaro… Forghieri es una leyenda de la ingeniería en Ferrari, Lamborghini y Bugatti; Gandini, a su vez, diseñó muchos de los coches más bellos del mundo, desde el Lamborghini Miura hasta el Alfa Romeo Montreal, mientras que Giugiaro, hoy con 83 años, es uno de los mejores diseñadores de automóviles que el mundo haya conocido.
El incansable Rodrigo Velasco, desde ahora, miembro del Salón de la Fama de la FIVA, inauguró este año su sitio web rugenlosmotores.cl, donde publica imperdibles crónicas de la época de oro del automovilismo chileno y mundial, personajes, y por cierto notas actuales del sector. t
Rompió presuroso el envoltorio de su regalo. Era una réplica a escala de un Vanwall de la Fórmula 1 de los años '50. Hoy, con 70 años, Rodrigo Velasco recuerda con exactitud y frescura aquel momento de su niñez que lo dejó obnubilado, enamorado para siempre de aquel bólido de juguete y de los centenares que se atravesarían en su vida dedicada con la mente, la acción y el corazón a los autos antiguos, las carreras y todo ese universo de bellos fierros inmortales.