Salud mental, cuarta ola de la pandemia
Asociado al covid 19, al confinamiento, al temor y a la situación económica aparecen casos que derivan hasta en suicidios. La salud mental es un campo de limitada atención por falta de especialistas y por falta de reconocimiento en los programas sanitarios, públicos y privados, de la gravedad de la situación y de la importancia de ese campo.
Una de las consecuencias más complejas derivadas de la pandemia refiere a la salud mental. Acertadamente, la jefa del área especializada del Hospital Carlos van Buren, Francisca Bravo, sostiene que "siempre estuvimos esperando que la cuarta ola de la pandemia fuera la ola de la salud mental y vemos que las repercusiones siguen en aumento".
Y una de las expresiones de esta cuarta ola son los suicidios o intentos por quitarse la vida, situaciones que derivan a consultorios públicos y privados. Estos cuadros aparecen, agrega la profesional, en primavera, un momento "siempre muy difícil para la conducta suicida". Los diversos trastornos se agravan por muchas dificultades a nivel de redes de apoyo y familiares, aumentando la disfunción familiar en muchas situaciones que empeoran la sintomatología.
En tanto, la psiquiatra juvenil Magdalena Bonvallet advierte que "muchos malestares que venían de hace tiempo, dadas las condiciones ambientales, se han agravado".
Es cierto. Por un lado el confinamiento, el temor y los problemas económicos acosan ese frágil componente del ser humano que es el cerebro, que cede con mayor facilidad a las presiones cuando existen esos problemas anteriores ocultos, sin tratamiento, que señala la especialista.
Se debe reconocer que se han alcanzado logros para contener la pandemia, hay vacunación masiva y baja el número de casos y fallecidos. Pero, por otro lado, continúan apareciendo situaciones graves en el campo de la salud mental que, advierten los especialistas, se mantendrán en el tiempo. En todo este cuadro se hace presente también la suspensión de tratamientos, además de la droga y el alcohol.
Es urgente "educar en que las patología de salud mental no tienen que ver con ser débil, que es algo que escuchamos frecuentemente", señala la doctora Bravo. Es por eso que a los casos tratados, conocidos, se suma una cifra oculta de situaciones que no llegan al especialista y ahí estalla la crisis, que puede significar intentos o suicidios consumados.
Por otro lado, la salud mental, más allá de la pandemia, es un campo de limitada atención por falta de especialistas y de reconocimiento en los programas sanitarios, públicos y privados, de la gravedad de la situación y de la importancia de ese campo. Las prestaciones son acotadas y muchas veces hay problemas con las licencias de los pacientes, con el acceso a los medicamentos y tratamientos.
La situación actual, que agrava un problema al cual tradicionalmente se le presta escasa atención, exige formular una política general que insista en la prevención y en los tratamientos, pero también que derribe mitos, estigmas, sobre patologías que son frecuentes y que tienen graves alcances que tocan a todos los sectores de la sociedad, sin distinción de edades, educación ni condición económica.