El Presupuesto no avanza, retrocede
La región contaría el 2022 con $ 86 mil millones para inversión, una cifra que crece un 3% respecto de la aprobada para este año. El Gobierno ha dicho que las cuentas del país requieren de un esfuerzo de austeridad. Sin embargo, por los montos que piensa entregar a la Región, cabe pensar que el esfuerzo no tiene una distribución equitativa entre regiones.
Desde hace varios años que la tramitación de la Ley de Presupuestos se ha transformado en una serie de amargas decepciones para los habitantes de la Región de Valparaíso. No se trata de que el Gobierno central tenga un trato preferente con esta zona, sino que exista una ponderación adecuada de las necesidades que tienen las 38 comunas, del tamaño de su población y sus vulnerabilidades específicas.
"El proyecto de Ley de Presupuestos que presenta el Gobierno del Presidente Sebastián Piñera para el año 2022 es el presupuesto del desarrollo inclusivo y sostenible. Inclusivo, porque prioriza las principales necesidades de la ciudadanía como salud, empleo y seguridad; y sostenible, porque fortalece la inversión, el crecimiento, la recuperación de los equilibrios fiscales, junto con la protección del medioambiente y recursos para enfrentar la sequía", expone el Ministerio de Hacienda en un documento que ayer circulaba entre los medios.
Con un territorio azotado en varias de sus bases productivas por la extensa sequía, aquejado por los problemas medioambientales que surgen en las llamadas "zonas de sacrificio" y duramente golpeado en sus empleos por la pandemia, que impactará al turismo incluso el próximo verano -suspensión del Festival de Viña, mediante-, no se entiende que la Región de Valparaíso siga postergada en la asignación de recursos.
Según los datos de la minuta de Hacienda, el próximo año habrá $ 86 mil millones para programas de inversión regional -aquellos que vota el Core-, un monto que pone a la zona en el séptimo lugar a nivel país. Si bien estos recursos son un 3,5% más de los $ 83 mil millones asignados en la Ley de Presupuestos 2021, se trata de un incremento menor, lejano al 5,3% de alza promedio que aplicó el Gobierno a los presupuestos regionales.
Más allá de las matemáticas contables, que pueden usarse tanto para mostrar una tendencia favorable como perjudicial, persiste la sensación de que en Santiago no calibran adecuadamente las urgencias regionales y desdeñan con demasiada facilidad las peticiones que elevan desde la zona tanto sus autoridades ejecutivas como parlamentarios. Antes que avanzar, queda la idea de que retrocedemos, mientras el resto del país, con peticiones igual de justas, logra obtener mayores recursos para sus necesidades. Por supuesto, como cada año, el delegado presidencial -antes intendente- hará amago de que negociará ante las autoridades centrales la asignación de más fondos, pero estos suelen ser intentos fallidos y de resultados precarios. ¿Podrá el gobernador regional cambiar el puesto reservado a Valparaíso en esta Ley de Presupuestos 2022? Es dudoso, tanto por sus atribuciones formales como por la articulación política que va a requerir aquel liderazgo que sea capaz de sacar a esta zona de su estancamiento.