La primera prueba del fin a restricciones
El término del toque de queda será un test a la forma sobre cómo la ciudadanía entiende sus nuevas responsabilidades individuales. Una prueba mayor se dará este fin de semana en Valparaíso, donde coincidirán el término del toque de queda con la realización del carnaval Mil Tambores.
El término del estado de excepción en todo el país representa uno de los pasos más importantes en el plan de desescalada que comenzó a aplicar el Gobierno junto con la disminución de las cifras de contagios y de muertes por covid-19. En la práctica, la medida significa que el Estado deja de enarbolar las razones sanitarias para restringir la libertad de movimiento durante la noche -toque de queda-, un argumento que comenzó a sufrir serios cuestionamientos en los últimos meses debido, en parte, a la falta de evidencia empírica que demostrara su utilidad práctica en el control de la pandemia.
Desde el punto de vista simbólico y como señal a la población, el fin de estas restricciones pone en manos de los ciudadanos la responsabilidad de adoptar conductas de cuidado y bajo riesgo, así como presiona al conjunto de personas rezagadas para que acudan a los vacunatorios a recibir sus dosis de inmunización.
Al interior de las oficinas de la autoridad sanitaria, el término del estado de excepción significa la desvinculación de una serie de profesionales que habían apoyado numerosas funciones y necesidades surgidas en el fragor del combate contra el SARS-CoV-2 y sus consecuencias. Su partida representa un desafío mayor para los funcionarios que quedan y, principalmente, para las autoridades responsables del ámbito salud, quienes se verán restringidas en la asignación de recursos y deberán decidir sobre la marcha las soluciones pertinentes ante una próxima escalada de contagios, casos activos y muertes. Todas estas consecuencias deberían allanar el camino para que tanto el sistema como la población asuman la enfermedad que gatilla el covid-19 como una más de las presentes en el año, tal como ocurre con la influenza y otras estacionales.De allí que parece del todo razonable que el Gobierno prepare un nuevo plan Paso a Paso que deja fuera las cuarentenas y aquellas medidas que restringen las libertades personales, para enfocarse en las exigencias individuales -pase de movilidad-, una política que va en línea con lo aplicado en otros países que presentan cifras similares a las chilenas.
¿Es este un camino hacia la normalización? Sí, claramente lo es. Un camino que también encierra un peligro: el relajamiento excesivo de las conductas que nos han permitido bajar los niveles de contagio. En ese sentido, el fin de semana que parte hoy representará una prueba mayor a las nuevas responsabilidades ciudadanas. Con un año y medio de prohibiciones, la bohemia porteña se armó de altas expectativas y su preparación se topará con la realización del carnaval Mil Tambores, que estos días 1, 2 y 3 de octubre celebrará sus 22 años de existencia. Aunque los organizadores insisten en que el evento no tendrá la vocación masiva de ediciones anteriores, cuesta imaginar esta actividad sin la algarabía nocturna de sus participantes. Será un buen test para demostrar si somos capaces como sociedad de sacarnos esta pandemia de encima.