Múltiples miradas que surgen ante el recrudecimiento de la crisis migratoria en el Norte Grande
Debido a las últimas oleadas de ciudadanos extranjeros que han ingresado de forma irregular al país, distintas comunas atraviesan por una problemática no solo fronteriza, sino también humanitaria. Diputados plantean soluciones para esta materia, apuntando a respuestas en varias líneas.
Una situación que se agrava cada día es la que se ha vivido en el extremo norte del país. Si bien desde hace varios meses la agenda de La Moneda, el Parlamento y las autoridades regionales ha estado marcada por la crisis migratoria, derivada principalmente del éxodo de centenares de venezolanos, en las jornadas recientes esto se ha venido intensificando, sobre todo luego de las fiestas patrias, momento en que se comenzó a observar con mayor frecuencia una serie de campamentos de ciudadanos extranjeros, emplazados en distintos puntos de Iquique.
Uno de los lugares donde se ha hecho más evidente esta problemática es en la comuna de Colchane, cuyo alcalde, Javier García, el pasado 21 de septiembre en una entrevista con radio Bío-Bío, acusó que "en estos último días hemos visto un aumento significativo de migrantes que han ingresado sin ninguna dificultad", apuntando que "la acción del Ejército ha sido más de visualizar y prestar ayuda humanitaria para el ingreso de inmigrantes de manera indiscriminada (…) lamentablemente pareciera estar cumpliendo una función más decorativa respecto al control de inmigrantes".
A las críticas de García, se fueron sumando otras autoridades nortinas, incluso algunas ligadas al oficialismo, como fue el caso de la senadora Luz Ebensperger (UDI), quien anunció un recurso de protección contra el subsecretario del Interior, Juan Francisco Galli; el alcalde de Iquique, Mauricio Soria, y contra el delegado presidencial de la región, Miguel Ángel Quezada, a propósito del "descontrol total que existe por el ingreso clandestino masivo de migrantes en Iquique; Alto Hospicio, Pozo Almonte, paso fronterizo Colchane y la Región de Tarapacá en general".
Al margen de las controversias en el mundo político, los ánimos también se fueron caldeando entre los habitantes de las localidades marcadas por el ingreso de migrantes indocumentados. Tal fue el caso de Iquique, donde incluso se convocó a manifestaciones para el sábado 25, justo un día después de que Carabineros desalojara la Plaza Brasil, donde había familias enteras acampando. La acción, como era de esperar, terminó no solo con una decena de detenidos, sino también con algunos efectivos policiales lesionados.
Lo peor ocurrió en la jornada sabatina. Es que las concurridas marchas, donde participaron centenares de personas, culminaron con imágenes que dieron la vuelta al mundo. Esto porque al llegar a la zona costera, fueron varios los individuos que les quitaron sus pertenencias a los ciudadanos extranjeros y les prendieron fuego, incluyendo documentos, ropa, colchones, coches de niños, juguetes y otros objetos, lo que aparte de provocar una condena generalizada, intensificó el debate sobre la situación que se vive en regiones como Antofagasta y Tarapacá, generando además una ola de críticas al accionar del Gobierno para enfrentar la crisis. Por si fuera poco, este viernes Arica decretó emergencia comunal por lo que el alcalde Gerardo Espíndola consideró como un "desborde migratorio" en su ciudad.
Las imágenes registradas en iquique, donde manifestantes quemaron las posesiones de varias familias de migrantes, generaron gran revuelo y fuertes críticas incluso en el extranjero.
Nicolás Reyes Acevedo
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