IPC del adulto mayor y el caso de Quilpué
De acuerdo a las cifras, el aumento del costo de la vida golpea con mayor fuerza a la siempre discriminada tercera edad. En el caso de la Región de Valparaíso los seniors constituyen el 20% de la población, y del porcentaje señalado, un 6,2% se encuentra en condiciones de pobreza.
La marejada de la inflación está azotando con mayor fuerza a los adultos mayores. Así se establece en un estudio de Clapes UC donde se indica que mientras la última variación mensual de ese indicador llega al 1,3%, para los adultos mayores ese aumento del Índice de Precios al Consumidor alcanza a un 2%.
Este indicador se basa en una canasta de bienes y servicios que son de mayor demanda en la tercera edad.
De este modo, mientras el IPC general en doce meses llega a un inquietante 6%, para los seniors la variación es casi un dígito superior. Los aumentos que más incidencia tienen son vivienda, transporte y servicios básicos.
El mismo estudio consigna que el costo de la vida de los más vulnerables dentro del grupo de adultos mayores acumula un 4,9% en lo que va corrido del año con un alza en 12 meses de 5,1%.
En tanto, el panorama general de la inflación para este año llegaría a un 6,5%, donde la mayor incidencia sería en alimentos, gasolina y transporte. En el caso de los adultos mayores el aumento de precio en los transportes tiene gran impacto, pues utilizan más esos servicios para movilizarse por problemas de la edad.
Tras estos fríos número, algo que no se puede olvidar, hay en este caso personas más expuestas a las variables económicas y con menor capacidad para afrontarlas. Y el grupo de la tercera edad está en aumento.
En el caso de la Región de Valparaíso los adultos mayores constituyen el 20% de la población, sobre una total de casi dos millones de personas y del porcentaje señalado, un 6,2% se encuentra en condiciones de pobreza, cifra inquietante al compararla con la de 2017 en que la vulnerabilidad alcanzaba a un 3,4% de ese sector.
En el plano nacional, en tanto, se replica esta situación negativa, con la pobreza castigando al 5,6% de los adultos mayores, en circunstancias que en 2017 los afectados mayores eran un 4,5%.
Con estas mediciones a la vista es fácil llegar a una proyección más inquietante aún si tenemos el mayor aumento del IPC de la tercera edad señalado.
También en este cuadro un factor es el hecho que el 15,8% de los hogares del país está conformado únicamente por adultos mayores que deben afrontar en esa condición de soledad la marejada de la inflación.
Mirando esta realidad, las cifras de personas afectadas, se debería reflexionar sobre el freno que se ha puesto al Centro Integral para el Adulto Mayor de Quilpué, que en alguna medida intentaba aliviar la situación de uno de los sectores más discriminados de la población.
Están los recursos públicos, siempre escasos, y más que nada una buena intención que podría ser el germen de iniciativas similares en otros puntos de la Región.