"Cuidados" que vetan la expresión cultural
El rechazo a una actividad de Puerto de Ideas en Viña del Mar es una inquietante señal de intolerancia y discriminación. ¿Acaso el estándar de Puerto de Ideas carece de seriedad y profesionalismo y no se ajusta a derecho? Eso es lo que se desprende de la explicación municipal para rechazar la realización de la aludida conferencia.
Las explicaciones resultan débiles ante la realidad y la gravedad del caso: el rechazo de la Municipalidad de Viña del Mar a una conferencia del Festival Puertos de Ideas. Cuando Sergio Silva, gerente de Puerto de Ideas, planteó la solicitud de un espacio para este efecto, la funcionaria Camila Brito Hasbún la rechazó, aduciendo que era una actividad financiada por la Embajada de Israel. La conferencia era una exposición del historiador Rafael Sagredo sobre la Constitución de 1828, tema de actualidad para el debate de ideas que promueve la exitosa jornada cultural que se desarrolló en Valparaíso y se buscaba proyectar a Viña del Mar.
Este veto, por el supuesto origen del financiamiento que la Embajada estaría dando a Puerto de Ideas, fue rechazado por destacados intelectuales y por la Comunidad Judía de Chile. El presidente de esa Comunidad, Gerardo Gorodischer, pidió que la alcaldesa Macarena Ripamonti "se pronuncie si es o no una postura oficial, agregando que hasta ahora el hecho se circunscribe a alguien que aprovechó un cargo para "reivindicar" una posición personal como "hermana de un diputado que promueve una ley para boicotear productos de Israel".
La aludida hermana, Camila Brito, es directora ejecutiva del Programa de Cuidados, ingeniera comercial, contratada por la nueva administración con un sueldo de $5.092.491, información del sitio Transparencia Municipal. (Los cuidados del sacristán, mataron al señor cura…)
La municipalidad se refirió al hecho en una declaración de tres párrafos que evade el supuesto antisemitismo y da como razón que "el trabajo realizado debe ser en un marco serio, profesional y ajustado a derecho, estándar que dicha organización no pudo alcanzar para trabajar junto a esta administración".
¿Acaso el estándar de Puerto de Ideas carece de seriedad y profesionalismo y no se ajusta a derecho? Eso es lo que se desprende de la explicación municipal para rechazar la realización de la aludida conferencia, parte de una jornada que anualmente concentra a grandes figuras del pensamiento nacional e internacional. Pero hay más. El gerente Silva afirma que a través de la Ley de Lobby intentaron conversar con la alcaldesa Macarena Ripamonti, solicitud rechazada, pues "no explicamos suficientemente lo que queríamos conversar y después que no tenía agenda hasta fin de año", dice el ejecutivo. Pobre pretexto. Similar al de Elisa Loncon, que, por problema de agenda, se negó a recibir a Juan Sutil, presidente de la CPC.
Además, en el veto denunciado aparece nuevamente en la administración viñamarina un poder fáctico, ahora con el generoso rótulo de "Cuidados".
En este episodio hay un freno a la libertad de expresión y daño a la proyección internacional lograda por Viña del Mar a través de actividades culturales del más alto nivel.