Los peligros de no tener tercera dosis
La autoridad sanitaria alertó que 300 mil habitantes de la Región no se han puesto su vacuna de refuerzo contra el covid-19. Las autoridades de Salud deben ser capaces de elaborar estrategias eficientes para que aquellos que no se han puesto su dosis de refuerzo en la Región, acudan cuando antes a un vacunatorio.
A casi un año de que partiera el proceso de vacunación masiva a nivel nacional, las cifras dadas a conocer por el Ministerio de Salud son alentadoras, porque indican un alto nivel de acatamiento inicial a la que se ha revelado como la medida más efectiva para enfrentar la pandemia desatada por el covid-19. Con planes de inmunización general que datan desde hace más de 50 años, la estrategia del Gobierno tuvo el acierto de aprovechar esa virtud de nuestra historia sanitaria y, a contrapelo de algunas otras naciones, apostar por la compra de millones de dosis de distintos laboratorios internacionales, agregando diversidad de esquemas de inmunización a un escenario que, recordémoslo, estaba lleno de dudas a fines del año pasado.
Con grupos antivacunas muy minoritarios y un musculoso sistema de inoculación distribuido por todo el país a través de la salud primaria, el proceso avanzó con la rapidez que requería la urgencia del momento y comenzó a rendir frutos en la segunda mitad del año, cuando las cifras de contagios comenzaron a descender abruptamente. Luego bajaron los números de casos activos e inmediatamente después, los de ocupación de camas UCI, liberando cupos en la red de asistencia hospitalaria que pronto fueron ocupados por pacientes de otras enfermedades, que habían esperado por meses una oportunidad para recibir atención.
Pero eso fue en la primera etapa, cuando el miedo al contagio, a las restricciones del plan Paso a Paso y al riesgo latente de caer hospitalizados fueron alicientes extraordinarios capaces de movilizar a millones de ciudadanos. La segunda etapa está costando mucho más, lo que debería alertar a las autoridades de Salud, que deben ser capaces de elaborar estrategias y aplicar medidas eficientes para que, lo antes posible, las 300 mil personas que no se han puesto su dosis de refuerzo en la Región de Valparaíso acudan cuando antes a un vacunatorio. La situación demuestra que, incluso en este tema de alto interés para todos, pasada la urgencia, gana la desidia.
Además, hay dos circunstancias que a nivel regional agravan el impacto de mantener un alto número de personas sin un esquema de tres dosis. Uno es que la zona se transformó en el epicentro de la propagación de la nueva variante ómicron, con al menos seis contagiados -todos los días se agrega uno más al listado-; luego, que dos afectados provenientes de países africanos, donde desarrollan labores productivas, trajeran este tipo de covid. Lo segundo es que se inicia el periodo de verano, cuando la Región recibe a cientos de miles de visitantes. Parten las fiestas en casa, los encuentros multitudinarios en recintos cerrados. ¿Bastará con eliminar el pase de movilidad a quienes no tienen la tercera dosis para movilizarlos al vacunatorio?
