El Presidente electo frente a un mar de responsabilidades
Analistas políticos y del mundo económico examinan los principales desafíos que tendrá el gobierno de Gabriel Boric. El más complejo: realizar las transformaciones comprometidas en su programa en medio de fuertes restricciones financieras y con un Parlamento fragmentado.
Generar grandes acuerdos de transformación, porque los consensos sobre las grandes urgencias ya existen en la sociedad; crear las condiciones para la paz social y una reconciliación nacional que implique enfrentar nuestras diferencias con un espíritu terapéutico; realizar las mejoras sociales que el país necesita sin pasar a llevar la estructura del modelo económico, sino potenciándolo desde una perspectiva diferente; poner en práctica cuanto antes el programa de gobierno y convocar a todos a trabajar por el bien de Chile.
Son las prioridades que mencionan analistas políticos y del ámbito económico a pocos días del triunfo del abanderado del pacto Apruebo Dignidad, hoy Presidente electo, Gabriel Boric, quien a contar del lunes comenzó el despliegue de gestos republicanos propios de su próxima investidura -reunión con el Presidente en La Moneda, visita al Congreso y a la Convención Constitucional-, como también las reuniones estratégicas relativas a la conformación política y económica de su gobierno.
Significación de un nuevo ciclo
En lo que respecta al triunfo de Boric y al nuevo ciclo político que se inicia, el abogado y magíster en Sociología Rodrigo Pérez de Arce, subdirector de Desarrollo del Instituto de Estudios de la Sociedad (IES) y académico de la Universidad Católica, plantea que la elección se dio entre dos interpretaciones distintas de la transición, "una desde la derecha, que consideraba que su sector había sido muy entreguista durante los 30 años, y otra desde la izquierda que consideraba lo mismo, que había faltado un poco más de distancia con el neoliberalismo, y lo que se impone finalmente es el cambio, un cambio que en cierto modo es bastante radical".
Agrega que también la generación del Presidente electo es muy importante. "No por nada él, en poco más de 10 años, pasa de ser presidente del centro de alumnos de Derecho de la Universidad de Chile a ser Presidente de la República. Creo que eso se debe en gran medida a una crítica constante, persistente y con vocación de poder de parte de ese grupo. Entonces también hay un premio a esa consistencia de Gabriel Boric".
Para Raúl Elgueta, doctor en Ciencia Política y académico del Instituto de Estudios Avanzados de la Universidad de Santiago (USACh), el resultado de la elección del domingo 19 marca claramente el fin del ciclo político de la transición y el reemplazo generacional. Sostiene que fue el votante de centro el que, en las primarias, inclinó la balanza hacia los retadores evitando a los favoritos, en que Daniel Jadue intentó encarnar el espíritu del "octubrismo" versus la impronta del "noviembrismo" representada por Boric.
"No se esperaba para nada que este triunfo y este asalto al poder, este sorpasso, como lo califican algunos. Claramente Boric era un convidado de piedra, una especie de sparring para enfrentar a Jadue. Acá lo interesante fue que las primarias marcaron el destino. Si en ese momento hubiera habido una primaria de toda la oposición, o si la ex Concertación hubiera hecho una independiente, habría habido incentivos a que ganara Jadue", argumenta.a
Primer lugar: mejoras sociales
Sobre las prioridades y urgentes desafíos del Presidente electo, Elgueta menciona que "millones de personas desfilaron por no más AFP, pero eso nunca se vio traducido en algún cambio sustantivo, al igual que lo ocurrido con las marchas feministas. Lo que siempre llamó la atención era por qué esos consensos no se han traducido en cambios políticos. Ese ha sido el gran déficit, lo que algunos llaman la crisis de representación, que en el fondo es la brecha entre las demandas del Chile profundo y lo que se discute a nivel de elite". Remarca que "el desafío es integrar a todos en un discurso más o menos armónico y generar los consensos donde sea necesario", para que también "la democracia sea un poco más representativa de la diversidad del país".
Para Rodrigo Pérez de Arce, la principal responsabilidad de Gabriel Boric será constituirse en el Presidente de todos los chilenos, de lo que se desprende la necesidad de una reconciliación nacional, crear las condiciones para la paz social, como también cautelar en lo que le corresponda como Mandatario el proceso constituyente, porque "la izquierda tiene una mayoría legítima en la Convención, pero hay que ser muy cuidadosos de crear una Constitución que permita el despliegue de la política y no una de revancha o hecha a la medida del Presidente", lo que de lograrse "podría ser un gran legado suyo, más allá de los temas de pensiones, educación y salud, que obviamente son muy importantes".
"El Presidente Boric tiene a mi entender un solo gran desafío: realizar las mejoras sociales que el país necesita sin pasar a llevar la estructura del modelo económico, sino potenciándolo desde una perspectiva diferente. Par que tales mejoras sociales ocurran, el país deberá recaudar más impuestos, por lo que tendrá que tomar medidas tributarias y pro mercado que fomenten el crecimiento y la inversión", señala por su parte el economista Piero Moltedo, director académico de la Universidad Santo Tomás-Viña del Mar.
El economista e ingeniero comercial Lisardo Gómez, académico de la Universidad de Valparaíso, observa que las complejidades sociales y políticas presentes en el país desde antes de la pandemia,
en el mundo económico, donde las expectativas mueven montañas, las señales que entregue una nueva autoridad política son fundamentales, sobre todo si representa un cambio de ciclo.
Rosa Zamnora Cabrera
rosa.zamora@mercuriovalpo.cl