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como la reforma al sistema de pensiones, la reforma tributaria, el manejo de una deuda pública en creciente aumento y las debilidades de la educación y la salud públicas, deben atenderse y solucionarse con premura.
"Las promesas de campaña han ido en esa dirección. Leer las necesidades de la gente de manera correcta ha dado pie a un programa de gobierno que debe empezar a ponerse en práctica cuanto antes", subraya, a lo que agrega que es esencial "poner al mundo político al servicio del país" y buscar "grandes acuerdos de todos los sectores de manera que las soluciones sean eficaces y eficientes con resultados concretos al servicio del bienestar de la sociedad", para lo cual "el nuevo Presidente deberá convocar a todos a trabajar por el bien de Chile".
La fractura social profunda
Una interrogante de fondo es si durante el gobierno de Gabriel Boric se podrán reparar las heridas de la revuelta de octubre. "Ese me parece que es el problema central que tenemos en Chile, y lamento que no haya tenido un lugar más central en la discusión presidencial", expone Rodrigo Pérez de Arce, quien piensa "que tenemos una fractura social inmensa, muy profunda, y que necesita una política terapéutica hacia adelante".
El subdirector del IES dice que eso "va a depender también de cómo el propio Gabriel Boric gobierne su coalición", ya que "las señales que ha dado el Partido Comunista en los últimos días han sido más bien confrontacionales, en cambio los de Gabriel Boric han sido más conciliadoras". De nada sirve que haya un Presidente y su coalición muy dispuestos a dialogar -agrega- "si tiene unas oposiciones que le van a negar la sal y el agua".
Para Raúl Escobar, lo primero sería "tratar de establecer algunos parámetros de verdad, justicia y garantías de no repetición. Se va a intentar una estrategia caso a caso, que es el debate de ahora respecto de la liberación de los presos de la revuelta, y se va a adoptar una política, si se quiere garantista en términos penales, es decir, al quitar la posibilidad de apelar a la Ley de Seguridad del Estado, baja la penalización de la falta, lo que hace que en muchos casos, por falta de pruebas, van a quedar libres" y habrá casos más graves que seguramente van a concluir en condenas.
El director del Magíster en Ciencias Sociales de la USACh prevé que "va a haber una discusión de si son delincuentes o no, pero el asunto es que ellos no van operar como chivos expiatorios respecto de la incompetencia de encontrar a los responsables de los lamentables sucesos de alteración del orden público que hubo". El debate, añade, debe apuntar a una política seria, y en ese sentido "lo que ha indicado Boric va en la línea adecuada, conversar con el Instituto de Derechos Humanos como corresponde y abordar la política en esos términos".
El arduo camino de las transformaciones
Hasta dónde le será posible al nuevo gobierno concretar las transformaciones incluidas en su programa, en un escenario de estrechez económica como el que proyectó el Banco Central para 2022 y 2023, y en el marco de la próxima composición del Congreso, es otro aspecto crucial que ha estado en estos días en el centro del debate.
Rodrigo Pérez de Arce opina "con las actuales Constitución y fuerzas políticas, particularmente en el Senado, que está empatado, le va a ser muy difícil política y económicamente avanzar mucho con su programa. Por eso va a tener que elegir pocas reformas para empujarlas en su mandato, porque estará presente no solo la restricción económica, que es muy clara, sino además la magnitud de las promesas que aparecieron el domingo", lo que, sostiene, no alcanza a financiarse simplemente con una mayor recaudación.
Asigna especial importancia a la variable política, recordando que "cuando Michelle Bachelet conquista La Moneda con amplia mayoría y un Congreso muy favorable, se ve sin embargo entrampada rápidamente en una batalla con ese Parlamento", de modo que "yo haría un llamado a la mesura en este aspecto". Y agrega que si bien la dimensión política puede variar con la nueva Constitución, "la dimensión económica va a seguir estando ahí", de modo que "el gran desafío para Gabriel Boric es demostrar que hace lo que hacen los buenos políticos, que es saber priorizar bien su agenda y convencer a los demás" de las razones para ello.
Este también es para Raúl Elgueta un importante desafío. Por un lado, dice, las proyecciones económicas son a la baja, y por otra la composición de un Congreso fragmentado revelan la envergadura de las dificultades a sortear para llevar a cabo las transformaciones comprometidas. "Hay una serie de promesas, y en una estrategia osada pero adecuada por parte de Boric, opta por lo que todo buen emprendedor plantea, que es ver en la adversidad una oportunidad de desarrollo, en este caso la de generar grandes acuerdos, entendiendo que en la sociedad en general ya los hay".
Complejo panorama económico
"Los desafíos son muchos, grandes y complejos: está el escenario global bajo las condiciones de pandemia, la que puede nuevamente volverse más grave; contracción económica global generada por las restricciones monetarias luego de la expansión de liquidez usada para combatir los efectos económicos de la pandemia, la lucha contra los efectos inflacionarios provocados por lo mismo, schok de oferta por la baja movilidad mundial y ralentización de la cadena logística con retraso en las entregas del comercio internacional. Son efectos adversos para todo el mundo, como lo son también para Chile", describe Lisandro Gómez en relación al escenario global.
"Será complejo, ya que desde hace un tiempo los gobiernos han tenido oposición obstructiva más que constructiva. Lograr la cooperación será tarea ardua, más aún si asistimos a una aguda polarización en el escenario político. Hay que pensar que gran parte de la votación que obtuvo el Presidente electo fue para que no se impusiera el otro candidato y no por ser adherente de Boric y su programa.", agrega, subrayando que se debe buscar acercamientos en lo político y ojalá lograr acuerdos amplios de colaboración".
Para Piero Moltedo será fundamental que el Presidente electo "logre entregar certezas a los que no votaron por él y reducir las expectativas de los que sí lo hicieron. Esto porque se esperan tasas de crecimiento bajas, altas tasas de interés, alto desempleo formal, dólar sobre 800 e inflación por al menos un par de años, escenario que afecta la popularidad de cualquier gobernante, ya que no me cabe duda de que sí existe una correlación entre bienestar económico y popularidad. De una u otra manera, todos dependemos de un bienestar económico. En ese sentido, una agenda pro crecimiento potente en paralelo a una agenda social, fuente y uso de recursos, daría una claridad al mercado y a los ciudadanos".
Un mar de responsabilidades es el que le espera al Presidente electo y su núcleo de sustentación política. 2
Gabriel Boric debe demostrar que hace lo que hacen los buenos políticos, que es saber priorizar bien su agenda".
Las reformas previsional y tributaria, y las debilidades de la educación y la salud, deben atenderse cuanto antes".
Siempre llamó la atención por qué consensos como No Más AFP no se han traducido en cambios políticos".
El gran desafío: realizar las mejoras sociales requeridas sin pasar a llevar la estructura del modelo económico".
el presidente electo inició el lunes el despliegue de gestos republicanos y de reuniones estratégicas para conformar su gobierno.
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