El tormentoso fin de la relación laboral entre Sebastián Ubilla y Santiago Wanderers sigue provocando consecuencias. El último capítulo de esta historia es la demanda que presentó el delantero en contra del club porteño en el Juzgado de Letras del Trabajo de Valparaíso.

De acuerdo al contrato que habían firmado el "Conejo" y la sociedad anónima caturra, si el jugador disputaba más del 50% de los partidos del torneo 2021 el vínculo se renovaba automáticamente con las mismas condiciones para 2022. Sin embargo el atacante no fue citado a ningún partido después del último duelo contra Colo Colo. Esto significó que no cumplió con la cláusula para seguir en el Decano la próxima temporada.

A través de su abogado Francisco Moya, el futbolista exige en tribunales una millonaria indemnización que asciende a 284.684.652 pesos. Las razones para llegar a esta cifra están en el escrito legal ingresado el 10 de diciembre pasado a la justicia ordinaria. En el documento se explica que utilizaron como base de cálculo la última remuneración del futbolista: $12.071.434.

Primero se acusa a la sociedad anónima porteña de vulnerar "la garantía fundamental de la integridad psíquica del actor, y además de la vulneración del derecho fundamental de la libertad de trabajo y su protección, con ocasión del despido". Por eso se solicita el pago de 11 sueldos ($132.785.774).

En segundo lugar se exige el "pago de una indemnización de perjuicios de lucro cesante por el doloso incumplimiento contractual de la demandada, equivalente a todas las remuneraciones del actor que hubiera tenido derecho de haberse renovado el contrato automáticamente, esto es hasta el fin de la temporada 2022, equivalente a $144.857.208".

Además, pide $7.041.670 por el feriado legal correspondiente a 2021.

El relato del jugador

De acuerdo a la demanda de tutela laboral de Ubilla contra Wanderers, se acusa que el jugador, después del encuentro ante el Cacique, "no volvió a disputar ningún partido del torneo por instrucción directa de los dirigentes y propietarios del Club".

El relato que realiza el documento señala que el técnico Emiliano Astorga fue despedido por negarse a acatar la orden de no alinear más al delantero tras la derrota en el Monumental. A esa altura el "Conejo" había disputado el 47% de los partidos y si jugaba uno más cumplía con la cláusula de renovación automática.

Posteriormente se afirma que en una tensa reunión ocurrida en el estadio Elías Figueroa el 8 de noviembre, que culminó con la renuncia del entrenador Moisés Villarroel, el dirigente Andrés Sánchez le comunicó al delantero "que el Club no estaba dispuesto a pagarle un año más de contrato, con la remuneración que se había pactado, así que no permitirían que el contrato se renovara automáticamente al tenor de la cláusula del contrato de trabajo, cuestión que ocurriría si el actor jugaba 1 partido más".

Siempre de acuerdo a la demanda interpuesta por el abogado del futbolista, "esa misma tarde el Club anunció a un tercer director técnico, el señor Jorge Garcés, quien sí aceptó las condiciones extradeportivas que imponían los dirigentes para excluir a Sebastián Ubilla de los partidos restantes, y quien comenzó sus funciones inmediatamente".

Lo que vino después, siguiendo con el relato del texto presentado en tribunales, fue el partido contra Curicó, donde Wanderers informó que los cuatro últimos partidos del torneo (el equipo estaba virtualmente descendido) los disputaría con jugadores jóvenes, "escondiendo en realidad la espuria razón utilizada para excluir al señor Ubilla". En los duelos posteriores contra Huachipato, Audax y La Serena, el delantero tampoco fue citado.

Descargos caturros

Wanderers ya fue notificado de la demanda del deportista y se encuentra preparando sus descargos para cuando sea citado por el Juzgado Laboral de Valparaíso.

El abogado y director de la sociedad anónima, Carlos Toro, señala que "vamos a defendernos como sea, porque tenemos toda la razón. El contrato terminó por expiración del plazo estipulado, era un contrato a un año que no se renovó no más, esa es toda la diferencia de opinión, él cree que se renovó y nosotros creemos que no se renovó".

De acuerdo a la versión del regente caturro, las razones para la no renovación del contrato del futbolista son jurídicas y no deportivas: "Ubilla cumplió menos del cincuenta por ciento de los minutos y no está en posibilidad de renovar un contrato que no cumplió una de las cláusulas".

Además, Toro asegura que "un jugador que juega menos del cincuenta por ciento no está apto para jugar fútbol profesional".

Respecto a la acusación de las presiones a los técnicos para evitar que el delantero completara el porcentaje de partidos jugados, el abogado afirma que "no hubo una instrucción dirigencial".

"Yo creo que no corresponde la cantidad (de dinero) que está pidiendo y así lo vamos a sostener", cierra el dirigente wanderino.

"Las razones para no renovar el contrato no son deportivas, son técnicas, jurídicas, Ubilla cumplió menos del cincuenta por ciento de los minutos".

Carlos Toro, Abogado y director de Wanderers

"