Tras dos años de ausencia, Astillero Teatro regresa a las tablas este viernes
ARTES ESCÉNICAS. "Simulación" se llama el montaje que presentarán en la Sala Upla y que el grupo comenzó a trabajar en 2019, pero que producto de la pandemia tuvo que retrasar.
Corría 2019 cuando la compañía porteña Astillero Teatro venía dándole vueltas a "Simulación", obra sobre dos actores que deciden hacer un taller de teatro sobre la construcción de personajes a tres jóvenes agentes, sin saber bien cuál es el objetivo que estos persiguen.
Ganador del Fondart Nacional convocatoria 2020, este montaje se plantea como una continuación de la "Trilogía Especulativa" que se inició en 2018 con "Aguja hipodérmica", y que continuará en mayo con "Ética".
Larga espera
Debido a la pandemia, el estreno de esta obra tuvo que ser aplazado. Uno debido a que la pandemia cerró todos los lugares donde se podía presentar, pero también porque los recursos no daban para poder grabar en alta calidad el montaje y emitirlo en formato digital.
Las preguntas se sucedían una tras otra sobre cómo hacerlo y finalmente optaron por esperar. "Ahora se abrió la posibilidad de que el lugar donde íbamos a estrenar que es la Upla, finalmente va a abrir la Sala de Arte Escénico en el mes de enero para actividades presenciales con resguardos, con aforos y nosotros abrimos, así que bien por esa parte", sostiene Gabriel Contreras, director del montaje sobre el debut de este viernes 7 (ver ficha).
Pero llegar a este punto no fue tarea fácil. Si bien contaban con los recursos del Fondart, estos no duraron para siempre, pues estaba pensada para hacerse en seis meses; lo que sumado al cierre obligatorio de los escenarios para prevenir los contagios de covid-19, significó que la compañía viviera momentos complejos.
"Con 'Puerto seco', nuestra obra familiar anterior, nos había ido muy bien y teníamos para el 2020 muchísimas fechas agendadas, teníamos viajes a Coyhaique, Puerto Montt, un montón de lugares y no se pudieron hacer. Y eso significó también una merma en los ingresos de la compañía", relata Contreras.
"Fue una etapa también en donde nos vimos en la disyuntiva, en momentos en donde todo el mundo se estaba convirtiendo a lo digital, también apareció entre nosotros la pregunta y dijimos 'bueno, qué hacemos con este nuevo proyecto'".
Sin embargo, no tenían los recursos para llegar al mundo virtual, por lo que se centraron en alargar la investigación para el montaje y hacer preguntas a la dramaturgia. "De hecho -dice el director del montaje-, este es un texto que tiene muchísimas versiones, porque a medida que íbamos avanzando, íbamos encontrando nuevos relatos, nuevas posibilidades no sólo de la palabra, sino también posibilidades escénicas".
Un segundo proceso que hubo que enfrentar para volver a ensayar en forma presencial, sobre todo por la relación que se tiene con el cuerpo. "En un oficio que es tan físico, se transforma en una amenaza", dice Contreras, y explica: "Cuando el cuerpo del otro, desde el oficio, puede significar potencialmente un contagio".
Luego, cuando comenzó la reapertura de las comunas y de los recintos, nuevamente hubo que tomar decisiones relevantes, como el hecho de llevar las obras al aire libre, considerando además la problemática de no tener espacio debido a las programaciones pendientes que se arrastraban desde el estallido social.
"La pregunta también apareció en la compañía, no sólo a raíz de la pandemia, sino que a raíz de la vacunación", comenta el director de la obra, ya que los teatros iban a exigir el pase de movilidad para poder trabajar sin mascarilla y además ampliar el aforo.
"Ahí, para mí, fue muy claro unas palabras que dijo uno de mis compañeros: 'Yo milito en el teatro y como milito en el teatro, me tengo que vacunar'. Y desde ese lugar, creo que ha sido bueno reconocer una dinámica de trabajo interna a la hora de tomar decisiones que son personales, pero que impactan en el colectivo", reflexiona Gabriel Contreras.
La tensión
Después de todas estas variables, la compañía está ansiosa de presentar este nuevo montaje que toma como eje el tema de los agentes infiltrados. La figura existe bajo el nombre de "encubierto" o "revelador" en la Ley 20.000 sobre tráfico ilícito de estupefacientes y sustancias sicotrópicas, o en la Ley 19.927 sobre pornografía infantil. No obstante, incluso desde antes del estallido social, las redes sociales se han llenado de comentarios sobre posibles "infiltrados" en las manifestaciones.
En este contexto surge "Simulación". "Nos preguntamos ¿quién forma a estos agentes para que puedan crear estos personajes si es que estos llegaran a existir? La obra se mete en esa especulación: en este presunto taller de actuación, donde se le enseña a estos agentes a construir personajes", manifiesta el director del montaje; añadiendo que también revela parte de la precariedad que vive la gente del teatro, pues la dupla de actores debe dedicarse "a este tipo de prácticas que distan quizás del objetivo primigenio que los llevó a lo mejor a hacerse actores. Pero en un medio teatral precario, con políticas culturales que van en búsqueda de un resultado mas no de un proceso -que es la realidad que vivimos en la Región de Valparaíso-, que la Ley de Artes Escénicas trata de 'subsanar', pero no es suficiente", asegura Contreras.
"Eso -sigue- es lo que moviliza a estos actores a hacer el taller sin saber a quién se lo están haciendo y cuál es el objetivo final, y la obra versa sobre eso: qué sucede cuando finalmente se dan cuenta de que esto no es por Ley 20.000, sino que es aplicable a otro tipo de contextos, de instancias".
Desde esta perspectiva, dice que en este momento, "cuando la ciudadanía clama respuestas y transparencia, surgen nuevas preguntas y especulaciones sobre dónde, cómo y por qué se desarrollan estas prácticas de representación". "No es extraño considerar el acto de infiltración como un acto de representación, en el que un sujeto debe estudiar, construir e interpretar un rol o personaje específico. Desde ese lugar la obra busca transmitir tanto dramatúrgica como escénicamente, algunas ideas que nos permitan cuestionar desde qué lugar miramos la realidad y cómo nos relacionamos con ella", asegura.
"Si bien el proyecto propone reflexionar a través del teatro sobre los límites de la actuación y la representación, también pretende abrir preguntas que van más allá del escenario, al invitar a reflexionar en torno a los mecanismos que utilizan ciertas instituciones para generar nuevas realidades", dice por su parte Sebastián Aliaga, dramaturgo y actor en la obra.
Tras las funciones en las Sala Upla, por ahora Astillero Teatro tiene ya confirmada su participación en el Festival Internacional Santiago OFF con funciones los días 27 y 28 de enero. El objetivo es seguir sumando funciones para el resto del año.
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