El título hace referencia a la ordenación de los capítulos como las estaciones del año. De un año cualquiera o del año genérico. El caso es que Sue Hubbell (periodista, bióloga, bibliotecaria norteamericana) estuvo bastante más en los montes Ozarks, en medio de un ambiente salvaje intentando vivir sin agredir el entorno más que lo necesario en su actividad de apicultora.
Terminé de leer este libro con una poderosa necesidad de cambiar una pequeña porción de mundo. O, dicho de otro modo, de virar el curso de la vida tan llena de supuestos. La autora logra transmitir, con un lenguaje certero y directo, la vida cotidiana en un espacio geográfico agreste, lleno de trabajos que exigen dedicación y persistencia. Y ella los realiza en una soledad que se llega a palpar. Tiene amigos, es cierto, cada tanto la visitan o participa de una rudimentaria vida social con los vecinos. Sin embargo, la mayoría del tiempo la seguimos utilizando motosierras o sierras circulares; construyendo techos, cosechando miel. Su relación con los habitantes del bosque, desde los insectos, hasta algunos grandes depredadores es siempre cuidadosa y la mueve a ella (y a nosotros por extensión) a mirar con ojos nuevos, sin juzgar el papel de cada uno en la lucha por sobrevivir.
Dan ganas de ponerse en disposición de comprender algún fragmento del universo. Seguir a Sue Hubbell en su vida retirada de las obligaciones y liviandad de la consumista vida citadina.
Sue Hubbell Errata Naturae 304 páginas $ 25 mil