Equipo Crónica

Cansados de los reiterados episodios de contaminación, pescadores, buzos, mariscadores, comerciantes y vecinos de las comunas de Quintero y Puchuncaví interpusieron en julio del año 2016 una demanda por daño ambiental contra diez empresas de la bahía, además del Ministerio del Medio Ambiente.

La acción judicial buscaba, primero, que la justicia ambiental identificara a las firmas demandadas como responsables de los daños ocasionados, pero también pedía "la reparación íntegra del medio ambiente dañado", un objetivo que resultaba más ambicioso y de largo plazo.

A casi cinco años de esa primera acción, el proceso judicial alojado en el Segundo Tribunal Ambiental está cercano a terminar, en la medida que las partes accedan a un protocolo de acuerdo elaborado por los jueces del organismo, quienes visitaron la zona para ver en terreno el efecto de la contaminación y ver la viabilidad de sus propuestas.

Constatación directa

El ministro presidente del Segundo Tribunal Ambiental, Alejandro Ruiz, explicó las visitas inspectivas forman parte de las diligencias probatorias que están asociadas a una controversia particular.

Es decir, los jueces buscan encontrar en los lugares afectados aquellos elementos que las partes de la controversia afirman que "son de hecho".

Sobre la particularidad de las diligencias llevadas a cabo, el presidente del tribunal ambiental explicó que sostuvieron reuniones con todas las partes vinculadas al caso. "Tenemos 12 empresas demandadas, también el Estado está demandado y, por cierto, nos reunimos también con representantes de la sociedad civil, sindicatos de trabajadores, pescadores, buzos mariscadores; hicimos una visita que contenía a todas las partes", precisó Ruiz.

Acuerdo entre partes

Ruiz apuntó a la búsqueda de acuerdo entre las partes, un proceso que parte con la presentación de una propuesta por parte del propio tribunal.

"En ese trabajo -búsqueda del acuerdo- hemos identificado puntos clave que debe contener. Por eso fue fundamental tener a todas las partes presentes en esta inspección, para que todas nos dieran su punto de vista y conversar con actores locales para ver las necesidades del área que es objeto de la demanda", dijo el juez.

Agregó que existen altas expectativas asociadas a este tema: "Nosotros vemos con optimismo la posibilidad de lograr un acuerdo con respecto a la situación histórica de la bahía de Quintero-Puchuncaví, el ánimo es positivo, constructivo, tanto de los demandantes, quienes en ningún caso manifiestan que las industrias deben irse, y respecto de las empresas, que mostraron un ánimo abierto, receptivo y mucha humildad de escuchar atentamente las inquietudes de la ciudadanía".

Ruiz profundizó y aseguró que "vemos en ese ánimo la oportunidad de construir un acuerdo que dé un vuelco a la situación de vive (el área) Quintero-Puchuncaví". Sobre cómo avanzará el proceso, expuso que ya fueron planteadas las bases de un acuerdo, las que a su vez recibieron comentarios de las partes. En los próximos días el Segundo Tribunal Ambiental presentará un nuevo documento con propuestas para establecer las bases definitivas del acuerdo.

"Esperamos sea aceptado por las partes, (eso) debería ocurrir en el primer semestre de este año", manifestó Ruiz.

Cabe recordar que la acción fue presentada en julio de 2016 por el Sindicato de Trabajadores Independientes, Pescadores Artesanales, Buzos Mariscadores y Ramas Similares de la Caleta Horcón y el Sindicato de Trabajadores Independientes, Pescadores Artesanales, Buzos Mariscadores y Ramas Similares de la Caleta Ventanas, además de vecinos de ambas localidades de la Región de Valparaíso, en contra de varias empresas del parque industrial.

Las firmas bajo demanda ambiental son Codelco División Ventanas, AES Gener S.A., Catamutún S.A., Puerto Ventanas S.A., Empresa Nacional de Electricidad S.A., GNL Quintero S.A., Empresas Copec S.A., Gasmar S.A., Oxiquim S.A., Petróleos, Asfaltos y Combustibles S.A., Melón S.A., Enap y el Ministerio del Medio Ambiente.

"Esperamos que el acuerdo sea aceptado por las partes, (eso) debería ocurrir en el primer semestre de este año".

Alejandro Ruiz, Presidente del Segundo Tribunal Ambiental

Con las 3.487 firmas electrónicas que alcanzó en 48 horas, la iniciativa popular de norma ante la Convención Constitucional para terminar con las denominadas "zonas de sacrificio" avanza con rapidez a la obtención de las 15 mil firmas que debe obtener para ser analizada y discutida como norma para la nueva Carta Magna.

La idea, que reúne a los alcaldes de Coronel, Tiltil, Huasco, Quintero y Mejillones, es liderada por el jefe comunal de Puchuncaví, Marcos Morales, quien dice estar determinado a poner fin al concepto mismo de "zona de sacrificio".

- ¿Cuál es la sensación de vivir en una zona llamada de sacrificio? Hay vecinos a quienes no les gusta esa denominación.

- Vivir en una mal denominada zona de sacrificio ha sido por décadas sinónimo de postergaciones para nuestros vecinos y comunidades. Ha sido tener que soportar en los hombros de niños, mujeres, trabajadores, adultos mayores y de toda la población, un peso gigantesco para que el país pudiera contar con las energías necesarias o con los elementos de producción más relevantes, pero el costo lo pagamos nosotros, los que hemos vivido por años al lado de todas las grandes empresas, y que hoy prácticamente son cordones industriales, que evidentemente generan empleo, pero más que beneficios, han provocado perjuicios a nuestra comunidad.

- ¿De qué forma se expresa esa contradicción?

- Cómo es posible que siendo una comuna con más de 16 grandes empresas, con ingresos y saldos contables millonarios, a solo metros existan poblaciones sin agua potable, sin alcantarillado, sin pavimentación, sin los servicios básicos. Pero en cambio han debido soportar por décadas malos olores, mareos, polvos en suspensión, techos llenos de residuos, agua de extraño sabor y color, etc. Esa es la sensación de vivir en una zona de sacrificio y por eso queremos erradicarla para siempre.

- ¿Qué espera de la nueva Constitución respecto de las zonas de sacrificio?

- Nuestra petición es súper directa. Eliminar las zonas de sacrificio y establecer en la Constitución la obligación del Estado de Chile, de manera descentralizada, para iniciar procesos de reparación, remediación y recuperación por los daños provocados por décadas de contaminación. El texto establece la necesidad de transformar las zonas de sacrificio en zonas de recuperación ambiental.

- ¿Cómo se logra ese objetivo?

- El Estado debe ser el garante no solo de la justicia ambiental, sino que, además, proporcionar las herramientas para avanzar hacia una integridad ecológica. Y por último, que la Convención logre fijar elementos que fortalezcan la institucionalidad ambiental y su descentralización.

- ¿Esperan alguna compensación del Estado por la situación que viven? ¿Cómo cree que podría materializarse esa compensación?

- Sinceramente, no solo esperamos compensaciones y reparaciones del Estado, de las empresas y del país, sino que creemos que ha sido tanto el sacrificio que han debido hacer nuestras familias y comunidades por generaciones, que es hora de exigir esas compensaciones y reparaciones. En el caso de Puchuncaví, ya no podemos soportar más que nuestras poblaciones no tengan alcantarillado, agua potable, saneamientos básicos.

"Como alcalde, he estado siempre en contra y voy a empujar y liderar todo lo que sea necesario para esta cruzada de eliminar para siempre el concepto de zona de sacrificio".

Desde ayer, Valparaíso se suma a las ciudades turísticas que cuentan con letras gigantes con su nombre como un atractivo más para los habitantes y visitantes que lleguen a la comuna puerto. La iniciativa, ubicada en el Muelle Barón, fue impulsada por la Empresa Portuaria Valparaíso (EPV), Sercotec y la Asociación de Operadores Turísticos y de Servicios de Muelle Barón,

Franco Gandolfo, gerente general de EPV, destacó la iniciativa señalando que "estamos inaugurando unas letras volumétricas para Valparaíso que son el fruto del trabajo mancomunado entre la ciudad y sus autoridades. (...) Es un regalo para la ciudad y queremos que estas letras se transformen en un ícono turístico, de una ciudad que crece, prospera y que va por el desarrollo de su ciudad y su puerto en armonía".

En tanto, el alcalde de Valparaíso, Jorge Sharp, dijo que las letras "simbolizan el optimismo que comienza a circular por nuestra ciudad", también hizo referencia al trabajo coordinado de la asociación y de las autoridades de EPV.