"El actual Código de Aguas es el que legitima todas las irregularidades"
Falta poco más de un mes para que el electo diputado por el distrito 6, Gaspar Rivas, llegue al Parlamento en representación del Partido de la Gente, y ya tiene una idea clara de lo que será su rol proyectando los próximos cuatro años. Ni oficialismo, ni oposición, sino un intermedio resbaladizo entre las transformaciones económicas del modelo y la mano dura contra la migración y la delincuencia que tanto viene pidiendo.
Desmarcarse de las izquierdas y las derechas, y votar en el Congreso lo que favorezca a la ciudadanía será la fórmula. Según dice, todo el que lo trate de populista no es más que un policía, cuyo objetivo es demonizar a la disidencia de lo políticamente correcto.
-¿Cómo proyecta su trabajo en el próximo Parlamento y ante el gobierno que está por instalarse?
-Voy a estar disponible para trabajar con el gobierno sobre cualquier cambio profundo al modelo económico neoliberal. Me interesa la recuperación estratégica de los recursos naturales, avanzar en un nuevo sistema de previsión social, consagrar derechos sociales o terminar los mecanismos que permiten los abusos de los grupos de poder. Para todo esto, estoy dispuesto a trabajar con Gabriel Boric desde el Parlamento. Incluso, si está dispuesto a poner mano dura en términos de seguridad pública. O bien, si este tema lo lidera la oposición, los apoyaré a ellos.
-¿Esa es una proyección personal o quedó establecido en el Partido de la Gente?
-Esa no es solo una visión mía, sino que la propia bancada del Partido de la Gente manifestó que nuestro parámetro para decidir en si estamos a favor o en contra de un determinado proyecto de ley, sea del gobierno o de la oposición, es determinar antes si beneficia o no beneficia a los chilenos. No caeremos en el cálculo mezquino, pequeño, de la ideología, muy propio de los grandes bloques de izquierda y derecha, donde cada cual defiende su trinchera, aunque sea una estupidez, y rechaza lo que dice el contrario, aunque sea positivo. Esa va a ser nuestra manera de actuar como Partido de la Gente o al menos fue la que yo establecí.
-Habla de favorecer a los chilenos por medio de políticas como nacionalizar el cobre ¿Qué le pareció que la Convención diera ese debate y el propio ministro de Economía lo catalogara como naftalínico?
-Siempre he estado a favor de la renacionalización del cobre. Soy autor del único proyecto de Ley, en estos 30 años desde el retorno a la democracia, que busca la recuperación del cobre. En ese aspecto, estoy en la línea de lo que plantea la Convención Constitucional. Insisto, en ese aspecto. Sin embargo, no comparto para nada los dichos del ministro de Economía, Lucas Palacios, que dejan en evidencia, de manera indesmentible, que la derecha ha estado, como siempre yo lo he expuesto, al servicio de los intereses de los grupos de poder. Por mucho que se presente como social, como más moderado, la derecha chilena sigue siendo tan neoliberal como siempre.
-Su línea política se mueve entre la izquierda económica y la mano dura de la derecha en materia de migración y delincuencia ¿Qué análisis hace de la crisis migratoria que enfrenta el país?
-La reacción del gobierno no es que haya sido tardía. El actual gobierno nunca ha tenido reacción. De hecho, se limitó a mantener y potenciar lo hecho por el primer gobierno de Bachelet, de abrir las puertas a la migración, argumentando que siempre la apertura de fronteras es sinónimo de desarrollo económico, lo cual es muy discutible. No fue un problema de la ley, sino que estos últimos catorce años dejaron pasar como un colador abierto.
-¿Qué propone?
-Que se haga una ley que establezca que en todo momento y ante todo lugar se debe tener en consideración los intereses de los chilenos, a la hora de fijar una política migratoria. Cualquier política migratoria permisiva y que perjudique a los chilenos debe detenerse. Incluso la Ley de Migraciones de Sebastián Piñera pone por delante al migrante antes que al chileno. A estas alturas, todo migrante irregular tiene que ser deportado. Nuestro país no está en condiciones de recibir a más, porque no es- como algunos piensan- ni el servicio social ni el Hogar de Cristo de Latinoamérica. Ni siquiera hay que darles la oportunidad de que se regularicen; hay que simplemente expulsarlos.
-En cuanto a la delincuencia ¿Con qué propuestas se sentará en el Congreso?
-Propongo una estrategia que apunte a resolver la delincuencia pensando a largo, mediano y corto plazo. En el largo plazo, lo importante es mejorar el nivel de nuestra educación pública. El mediano plazo, solventar las desigualdades del modelo económico, porque puedo llegar a entender, no justificar, que una persona por el endeudamiento o la falta de trabajo se dedique a la venta de papelillos. No se justifica porque hay quienes padecen esas mismas injusticias del modelo económico e, igual, se levantan a estudiar y a trabajar a las 5 de la mañana. A corto plazo, mano dura. Aumentar las penas al tráfico de drogas, eliminar cualquier tipo de beneficio carcelario o de conmutación de penas, terminar con las revisiones de condenas que hace el Poder Judicial, y que llevaron al asesino del tambor a asesinar a Ámbar, cuando en realidad debía seguir cumpliendo una pena.
-Ese terreno por el que se mueve ha llevado a más de alguno a etiquetarlo como populista.
-La palabra populista no es más que una palabra policía, es decir, una herramienta lingüística, cuyo objetivo es demonizar a cualquier disidencia del discurso políticamente correcto. En Chile cualquier persona que se atreva a hacer una crítica al modelo económico es presentada, inmediatamente, como un populista, un charlatán o irresponsable.
-Hay un debate en torno a reformar el actual Código de Aguas ¿Cuál es su opinión?
-Es un tema que tiene que abordarse, primero, sancionando duramente la extracción ilegal de agua, así como los desvíos, y que caiga a la cárcel quien tenga que caer, por muy poderoso, rico o las muchas conexiones que tenga. Es un secreto a voces, en las comunas del interior, todas esas personas que acaparan la poca agua que existe producto de la sequía, se sabe quiénes son los que acumulan derechos de agua y para qué los ocupan. Es fundamental modificar la actual legislación de aguas, que es totalmente privatista y que permite todas las irregularidades que se cometen. Es la responsable de la venta, compra y especulación de los derechos que afecta a tanta gente en el interior.
"Que caiga a la cárcel quien tenga que caer, por muy poderoso, rico o las muchas conexiones que tenga".