A 12 años del 27F: Científicos analizan avances en materia de preparación ante sismos
TERREMOTOS. Ante las catástrofes que podrían tener lugar en la región, llaman a educar a la población e implementar sistema de evacuación vertical.
Hace 12 años se registró el quinto terremoto más grande de la historia de la humanidad y el evento tuvo lugar en las costas de Chile. El 27 de febrero, a las 3.34 horas comenzó el movimiento telúrico que alcanzó los 8.8 de magnitud en la escala de Richter, que generó un devastador tsunami y que afectó al 75% de la población nacional. El llamado de los investigadores a las autoridades es empezar a actuar y a prepararse desde hoy para los posibles eventos del futuro.
Voz científica
Años antes de la tragedia, en 2006, National Geographic exhibió un documental que mostraba un hipotético escenario en el que Valparaíso era destruido por un terremoto de proporciones y un posterior tsunami. En las investigaciones previas los creadores se contactaron con Marco Cisternas, profesor del Instituto de Geografía de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV) e investigador de Núcleo Milenio CYCLO para entender los efectos de la falla entre las placas de Nazca y Sudamericana. Con el estreno del documental la colaboración del científico fue sumamente cuestionada por el devastador escenario que mostraba el documental.
Según relata en una columna que publicamos hoy en la página 3 de Domingo de Reportajes, quedó preocupado por el atraso del país a la hora de abordar un fenómeno como ese. "Lamentablemente, ese atraso quedó de manifiesto tres años y medio después, el 27 de febrero del 2010, cuando un gran terremoto, magnitud 8.8, rompió 500 km de la mencionada falla, entre San Antonio y Tirúa. Las autoridades no supieron cómo reaccionar, los sistemas de emergencia tampoco, y la sociedad en general fue tomada por sorpresa", consigna el científico y reconoce que el panorama hoy en día ha cambiado porque los investigadoresy su trabajo sí son tomados en cuenta.
"Recientes trabajos científicos indican que la falla debajo de Chile central, entre La Serena y San Antonio, es decir el área que quedó como un sándwich entre las rupturas del 2010, por el sur, y del 2015, por el norte, tiene suficiente energía acumulada como para generar un gran terremoto tsunamigénico. Esperemos que esta vez las autoridades sepan cómo utilizar esta información, que reaccionen adecuadamente y que se antepongan a la catástrofe", añadió.
Avances de la década
En aquel momento las autoridades nacionales fueron fuertemente cuestionadas por la escasa preparación y tardanza en la gestión ante el tsunami que afectó, principalmente, a las costas del centro sur del país. Por ende, el rol que cumplen hoy cuando se trata de enfrentar catástrofes está en constante escrutinio.
Patricio Winckler, docente de Ingeniería Civil Oceánica de la Universidad de Valparaíso y miembro del Centro de Investigación para la Gestión Integrada de Desastres (CIGIDEN), cree que están preparadas pero sólo "en parte".
Plantea que durante los últimos 12 años y como consecuencia del sismo y tsunami del 27 de febrero de 2010, el estado ha fortalecido la red sismológica nacional, la red de mareógrafos, el sistema de alerta de maremotos, los planes de educación y los protocolos de comunicación entre los organismos con competencias relacionadas con el ciclo del riesgo de desastres.
"Aun cuando estos son grandes avances, eventos como estos son de una magnitud inusual y la reducción del riesgo a cero es imposible. Por ende, el esfuerzo de mitigar impactos de esta naturaleza debe ser planificado y continuo, con el estado como articulador de todos los actores que contribuyen al sistema", asevera.
En esta línea, el también investigador de CIGIDEN y profesor del Departamento de Obras Civiles en la Universidad Santa María, Patricio Catalán, apunta a la necesidad de educar a la población de manera transversal, no sólo a quienes habitan en la costa, porque "al final del día quienes van a tener que responder ante todo eso son las personas, somos nosotros, y en ese sentido sí ha habido simulacros y ensayos, especialmente en la zona central del país, pero la percepción de que algo grande podría ocurrir no está completamente instalada, todavía hay gente que ve con curiosidad el fenómeno de que en Valparaíso y Viña del Mar no pasa nada cuando en realidad sabemos que no es así".
Evacuación vertical
La evacuación vertical implica que la población se dirija a los pisos altos de edificios preparados para recibir a masas de personas en casos de emergencia, dice. "Esta medida ya se implementó en Japón hace unos años, sin embargo en nuestro país se enfrenta a dos problemáticas, la primera es que no hay edificios construidos con este propósito y no hay garantía de que, al instalar las escaleras a los costados, las terrazas respecticas soporten el peso de una masa aglomerada; y la segunda problemática apunta al aspecto legal debido a que nos encontramos con espacios que son de propiedad privada, especialmente en el caso de edificios residenciales".
CIGIDEN elaboró en 2019 una guía llamada "Evacuación vertical como medida de mitigación del riesgo de tsunamis en Chile", que detalla este programa pero aún no permea en la discusión política.
"La percepción (en la población) de que algo grande podría ocurrir no está completamente instalada".
Patricio Catalán, Investigador de CIGIDEN
y docente USM
"Aun cuando estos son grandes avances (...), la reducción del riesgo a cero es imposible".
Patricio Winckler, Investigador de CIGIDEN, y docente UV
8,8 de magnitud Richter tuvo el terremoto del 27 de febrero de 2010, que dejó centenares de fallecidos.
12 años han pasado desde aquel hecho que modificó numerosas políticas públicas en materia de sismos.