Jorge Baradit: "Nunca he abandonado la ficción"
El escritor y hoy constituyente vuelve a las librerías con una historia que incluye el sur de Chile, una joven yagán, la cuasi guerra con Argentina en 1978, el ambiente social de esos años y una mujer que habla con los muertos. Entre reuniones de asambleas políticas, Baradit habla de su nuevo libro.
Jorge baradit es autor de las ficciones Ygdrasil, synco, kalfukura y la historia secreta de chile, tres volúmenes con los que se convirtió en best seller.
"Las ideas a veces son como los hilos de un tejido: uno tira de un extremo insignificante y te vas llevando a cosas cada vez más grandes". Entre las sesiones de la convención constituyente, Jorge Baradit (52) habla de "La Virgen de la Patagonia", su regreso a la novela.
"En el caso de esta novela todo partió por una pregunta sobre el paisaje: dónde me gustaría ambientar una historia. La Patagonia siempre me ha fascinado, así que la elección fue fácil. Luego. uno se pregunta en qué tiempo y el año 1978 aparece interesante, en plena dictadura y con una cuasi guerra con Argentina. Luego se cruza con otra idea que me rondaba desde otro plano, sin ninguna relación. ¿Qué pasaría si pudiésemos efectivamente hablar con los muertos? ¿Cuántos crímenes y secretos podríamos sacar a la luz? Y luego piensas en el infierno que es un pueblo pequeño y te preguntas '¿qué pasaría si en un pueblo lleno de secretos aparece una mujer capaz de hablar con los muertos... en esos tiempos?'. Por supuesto, la delicada trama social se iría al carajo, rápidamente el caos se apoderaría del lugar y la paranoia de autoridades que ven subversivos o espías argentinos por todos lados explotaría en mil pedazos. Los fantasmas caminarían a pleno día en las mentes de ese fin del mundo", dice Baradit.
-Ciencia ficción, thriller y política forman parte de la línea que han seguido sus novelas "Ygdrasil", "Synco" y "Policía del karma". ¿Por qué decidió volver a la novela en esa misma línea, y no seguir con la serie histórica que le ha resultado tan exitosa?
-Nunca he abandonado la narrativa de ficción, solo que me tomó algunos años consolidar el proyecto de divulgación histórica que inicié con Historia Secreta de Chile. Esa línea de trabajo buscaba instalar en nuestro país una visión de nuestra historia desde el punto de vista de los trabajadores, no desde la elite; una historia que le hiciera sentido a la gran mayoría de los chilenos y chilenas, postergados históricamente y que no contaban con un relato popular de su propio trayecto histórico. Con sus propias visiones y sus propios héroes, no los impuestos desde arriba.
-Storytel, que es como un "Netflix de las audioseries", te pidió hacer el proyecto, que después se conecta con el libro ¿Cómo funcionó trabajar en esos dos formatos?
-Storytel, una transnacional sueca, quería entrar en Iberoamérica y me contactó junto a otros escritores de Argentina, México y del Estados Unidos latino para desarrollar audioseries de alcance continental. "La Virgen de la Patagonia" es ante todo una audioserie escrita a la manera de una novela. Hubo que escribir de manera muy visual, cuidando que las palabras dibujaran un contexto claro y acciones muy definidas. El relato debía seguir los ritmos rápidos de una serie, donde siempre debes tener capturada la atención del espectador, construir los "cliffhangers" -la manera en que cada episodio termina dejándote enganchado para el siguiente-, mantener la acción, la intriga y el peso de los secretos que nunca terminan de revelarse. Fue muy interesante porque tuve que fijarme y estudiar la manera en que distribuyen los actos en las series audiovisuales y los códigos de las audioseries. Aprendí muchísimo. Esta novela puede leerse, escucharse, o filmarse sin problemas.
- ¿Cómo resolviste recrear el paisaje y ambiente de la Patagonia en 1978?
-A través de las conversaciones que durante años he mantenido con amigos y gente de Magallanes. Siempre viajo, siempre converso, siempre interrogo; me encanta escuchar a personas que viven en una tierra al límite, llena de desafíos, culturas diferentes, historias terroríficas y maravillosas. Tengo mis informantes preferidos, Paulina Rojas, Rafael Cheuquelaf y un grupo grande de patagones baguales maravillosos. Magallanes es una tierra llena de historias alucinantes sobre pueblos indígenas desaparecidos, balleneras cazando entre los témpanos, levantamientos obreros sangrientos, viajes colonizadores fallidos, historias de guerras mundiales, fiebre del oro, misiones religiosas en islas escondidas, y un largo etcétera.
-El tiempo en que se ambientó, 1978, fue la previa a una cuasi guerra con Argentina y cuyo teatro de operaciones era la Patagonia. ¿Cómo lo abordaste?
-Desde la paranoia. Chile nunca ha peleado una guerra en territorio propio y esa iba a ser la primera vez en que íbamos a ser invadidos. Se sabe que las naves argentinas que atacarían Chile llegaron a zarpar, que los marinos chilenos abandonados en puntos perdidos, islotes y fiordos para vigilar esas barcazas iban a morir. A los padres de familia se les sacaba de noche para ejercicios militares o para ayudar a cavar trincheras, a los niños se les enseñaban prácticas para sobrevivir a bombardeos, etc. Ellos lo vivieron de manera absolutamente real. El temor era permanente y la desconfianza crecía, muy dolorosamente para un pueblo
Por Franco Fasola
"Todo pueblo chico, en cualquier lugar del mundo, es una maqueta a escala de la sociedad, donde la represión social es enorme, la vigilancia mutua es atroz", dice Baradit.
Wilson Gajardo Blackwood