Interrogantes ante la transmisión del mando
Junto a las limitaciones por la pandemia, aún está pendiente la nominación del senador o senadora que presidirá el Congreso Pleno. Pero también las interrogantes aterrizan en las castigadas calles de Valparaíso, pues la ciudad resulta siempre pagando los "platos rotos" en las manifestaciones callejeras y, en particular, el comercio.
Factores dominantes en la transmisión del mando presidencial del próximo viernes serán, por un lado, lo político y, por otro, lo sanitario. En este último aspecto domina el tema de la pandemia, lo cual significará una reducción drástica en la cantidad de participantes en la tradicional ceremonia que en ocasiones anteriores sumaban casi 1.400 personas, cantidad que ahora se debe rebajar a 500. Así se limitarán los asistentes a lo estrictamente protocolar a partir de los parlamentarios que conforman el Congreso Pleno.
En lo político las interrogantes del momento refieren a quién será en esta oportunidad el presidente del Senado que encabezará la ceremonia en la cual Sebastián Piñera, al cerrar su mandato, entregará la banda presidencial a Gabriel Boric. La definición sobre la presidencia de la Cámara Alta se debe producir con la participación de los senadores que siguen en el cargo y quienes ingresan ahora por un periodo de ocho años. Manuel José Ossandón (RN) podría ser elegido para esa función, pero ha surgido la oposición desde el Partido Republicano, expresada por el recién elegido senador y presidente de esa colectividad Rojo Edwards, quien postula para la testera a la independiente de la Araucanía Carmen Gloria Aravena.
En lo político, además, la llegada de Boric a La Moneda se traduce en cambios expresados en un programa que ha creado expectativas en un importante sector de la población, expectativas que no siempre superan la etapa del discurso. Y todo este cambio en un escenario de elaboración de una propuesta constitucional que debe ser sometida a votación en un plebiscito de salida con sufragio obligatorio. Resumiendo, interrogantes y dudas razonables sobre el futuro, incluso sobre la subsistencia misma del Parlamento en la forma que hasta hoy se conoce y que este viernes será "ministro de fe" del cambio de mando.
Pero también las interrogantes aterrizan en las castigadas calles de Valparaíso, pues la ciudad resulta siempre pagando los "platos rotos" en las manifestaciones callejeras y, en particular, el comercio. La presidenta de la Cámara de Comercio y Turismo A.G. de Valparaíso, Evelyn Henríquez, espera que eventuales manifestantes "pongan foco en recibir al nuevo Gobierno y solo a la despedida del Gobierno saliente que, claramente, dejó muchas cosas pendientes". Héctor Arancibia, presidente de la Corporación Comercio Unido, optimista, cree que no habrá disturbios mayores ni destrozos y que las manifestaciones serán contra Piñera, agregando "que es lógico que sucederá".
Lo que parece lógico no es lo razonable, pues lo peor que puede suceder es que nos acostumbremos a la violencia y la aceptemos como inseparable de la expresión política, algo que no debe ocurrir y menos ahora con ocasión de un acto tan trascendental como es el cambio de mando presidencial.