
El Premio Nobel que se aburrió de las entrevistas
Abdulrazak Gurnah llegó a lo más alto de la literatura en 2021, a casi 60 años del día en que dejó África escapando de la violencia. Ahora dos de sus libros están en vitrinas chilenas.
De a poco, pese a estar en inglés, se va traduciendo la obra del Premio Nobel de Literatura Abdulrazak Gurnah, impulsada por la medalla de la Academia Sueca obtenida en 2021, que permitió en los últimos días la llegada de "Paraíso" y "Desde la orilla" a Chile. Ambos textos hablan sobre el dolor y las inseguridades de migrar, sumado al escaso valor de la vida humana en circunstancias extremas, como en la colonización de África.
"Paraíso", publicado por Salamandra, es contado por un niño, Yusuf. Él va perdiendo su idea y anhelo de libertad a medida que crece en una situación prácticamente de esclavitud, tras ser entregado a un mercader como pago por las deudas de su padre. El preadolescente solo habla suajili, idioma presente en Zanzíbar, la región natal de Gurnah, pero su "hermano mayor", un joven que también fue dejado en manos del comerciante, le aconseja que su dueño lo mirará mejor si aprende árabe.
El escritor, en rueda de prensa, reconoció que ignorar la lengua del lugar al que se llega "es un consejo que se da a muchas personas para decir que eres un extranjero y un extraño de verdad. Puedes decir 'no entiendo', 'no comprendo', es también una estrategia para negarse a responder preguntas", aunque imagina "que te detienen igual", como ocurre en diversas fronteras, tanto en Ucrania como en el norte de Chile.
NUEVA ESCLAVITUD
El Nobel sostuvo que hoy existen otro tipo de esclavitudes, como las servidumbres. Eso no es "una plantación" descrita por la literatura de mediados del siglo XX, en Latinoamérica por su par Gabriel García Márquez, por citar un ejemplo, ya que "la esclavitud sigue existiendo en ciertas formas", afirma Gurnah.
El libro "Paraíso" termina cuando su pequeño protagonista está comenzando la juventud porque, explicó su creador, "cuando volví a Zanzíbar después de muchísimos años, en los 80, mi padre ya era bastante mayor. Lo miraba cuando salía de la casa y cruzaba la calle para ir a la mezquita y pensaba 'qué aspecto tan viejo y débil'. Ahí pensé que 'nació en 1904, por lo que seguramente estuvo aquí en la época de la colonización de Zanzíbar, cuando él era niño, y me pregunté cómo sería para un niño vivir esa transformación, cómo habría visto él la llegada de los colonizadores con la actitud de 'ahora somos nosotros los que mandamos, así que siéntense, disfruten'. Luego pensé que Yusuf -la voz narrativa- también estaba perdido como niño, con sus vulnerabilidades infantiles, sobre todo de un niño hermoso, que anima y fomenta un tipo de violencia", como el abuso sexual.
El autor, asimismo, conoce en su piel lo que significa dejar todo atrás y buscar vida, porque en 1964, cuando solo contaba 18 años, dejó Tanzania escapando de la ola de violencia que sacudía al país en la llamada Revolución de Zanzíbar, cuando fue derrocado el sultán Jamshid bin Abdullah y una minoría tomó el poder. Al aterrizar en Inglaterra, comenzó a estudiar literatura y a escribir en la que sería su segunda lengua. Transcurridos 57 años, fue condecorado con la medalla sueca "por su comprensión inflexible y compasiva de los efectos del colonialismo".
Premio nobel
En el discurso de aceptación del Nobel, Gurnah se refirió a la belleza y la fealdad, así como la crueldad y las injusticias. Esta semana, al celebrar su segundo libro traducido al español y pendiente del conflicto entre Rusia y Ucrania, afirmó que "nuestra naturaleza como seres humanos nos permite una mayor amabilidad y quizás la belleza, si por belleza entendemos algo como generosidad. Somos capaces de hacer cosas muy feas. A veces, para mi desesperación, parece que somos más capaces de cosas horribles que de cosas hermosas, así que cuando se encuentra generosidad, amabilidad, capacidad de Justicia, es algo que debemos celebrar, festejar y aferrarnos a ello. Debemos presentarlo como un ejemplo para convencernos a unos y otros que esa es la mejor manera, que es preferible ser así que del otro modo".
El escritor, además, fue el primer africano negro en ganar la medalla en 35 años, algo que muestra que las decisiones en general son "europeas", lo que, en su opinión, "es una expresión del provincianismo de la Academia Sueca, (…) que refleja la estrechez de los valores que se otorga a la literatura no europea", aunque, aclaró Gurnah, "me ha hecho muy feliz el premio y sumarme a una lista de autores que tanto admiro, y que vienen de tantos lugares. Mis editores me dicen: '¡Ahora puedes entrar al club!'. Es maravilloso que haya tantas personas que quieran leer mi obra. Es el sueño de cualquier autor", pese a que, admitió, "que el cambio trae otros problemas: muchas entrevistas. En algún momento será genial tener tiempo para escribir".
gurnah fue condecorado con el nobel "por su comprensión inflexible y compasiva de los efectos de colonialismo".
Por Valeria Barahona
"Somos capaces de hacer cosas muy feas. A veces, para mi desesperación, somos capaces de hacer cosas horribles".
Mark Pringle