El wanderino que le ganó al covid-19 para poder volver a Playa Ancha
FÚTBOL. Francisco Estay estuvo 45 días hospitalizado. Venció a la enfermedad, pero quedó con una fibrosis que lo obliga a usar oxígeno permanentemente. Eso no le impide alentar al Decano en el estadio.
Francisco Estay tiene grabada esa fecha maldita en su mente. Fue el 30 de marzo de 2021 cuando lo sacaron de su casa "muy mal", según reconoce. El covid 19 lo tenía casi inconsciente. "No sabía para dónde iba la micro", dice. La primera estación fue el SAPU del cerro Los Placeres. La segunda, el Hospital Naval, donde estuvo internado 45 días.
Apenas recuperó la conciencia, le preguntó a su señora cómo había salido Wanderers. Con sentido del humor, recuerda que mientras se mantuvo hospitalizado mosqueaba a los enfermeros para que le pusieran en la televisión los partidos de su equipo que transmitió Chilevisión.
Cuando le dieron el alta pudo volver a su casa, pero acompañado de un tubo de oxígeno que se volvió en su auxilio a toda hora.
"Ya llevo un año así, de hecho en 2021 me perdí hartos partidos de Wanderito, porque me daba miedo ir al estadio, hasta que me decidí y partí, pero voy solo cuando jugamos de local", relata el porteño de 68 años, socio del club, exfuncionario de la Armada y que desde hace una década trabaja en la panadería del supermercado Jumbo de Valparaíso.
El domingo pasado Estay vio en Playa Ancha el primer triunfo caturro de la temporada. Tuvo que ir solo porque Marcela, su esposa, no pudo acompañarlo. "Parece que era yeta, porque se quedó en la casa y ganamos", dice y suelta una carcajada.
La historia del placerino y su club es curiosa: casi todos en su familia son wanderinos por influencia de su abuela paterna. El abuelo prefería a Everton, pero no lo siguieron.
"Yo empecé a ir al estadio con mi papá, seguíamos al equipo a todos lados", repasa, recordando que tiene recuerdos del equipo campeón de 1958, pese a que era un niño ese año.
"Ya el '68 era más grande y anduvimos con mi padre celebrando en la plaza Sotomayor. El 2001 no pude viajar a Santiago porque estaba de turno. Ni siquiera pude bajar al plan, salí de la pega y llegué a la casa a celebrar, el partido con el Audax lo escuché por la radio", revela.
Sus ídolos, por una cuestión generacional, eran Los Panzers: "Cantatore, "Pochoco" Acevedo, que vivía como cinco cuadras más arriba de mi casa, también Juanito Olivares, después me gustaron Villarroel y el 'Choro' Navia".
Estay reconoce que se obliga a mantener el buen humor. "Imagínese si me echara a morir, no sé qué habría sido de mí. No le voy a mentir, de repente me achaco, no tengo ganas de levantarme, pero hay que hacerlo no más", dice.
Y una de sus alegrías es seguir a su equipo a Playa Ancha.
"El covid me dejó así, con una fibrosis pulmonar, pero solo en el pulmón derecho. Me agito mucho, no puedo gritar en el estadio, aunque de repente me pego su arrancada loca, pero me queda una tos, me atoro, así que no me conviene gritar mucho. Antes no poh, gritaba, saltaba, qué no hacía", relata.
Su rutina wanderina cambió mucho debido a la dependencia que tiene de su tanque de oxígeno. El hincha caturro cuenta que un amigo del trabajo lo lleva a veces al Elías Figueroa, "y si no me voy en micro no más. Al principio me miraban como a bicho raro, pero ahora ya no, parece que se acostumbraron a verme así".
El año pasado revela que sufrió mucho con el descenso, aunque no lloró el día de la derrota con Curicó. "Se veía venir y uno estaba preparado, era difícil salvarse", reflexiona. Y sobre lo que avizora para su equipo esta temporada, señala que no confía en un ascenso, aunque mantiene esperanzas.
"Soy hincha, pero veo la realidad, así como está la cosa no creo que subamos. Sin embargo soy leal, lo bueno es que nos mantengamos en la división y el próximo año armemos un equipo competitivo, ojalá que este caballero Sánchez se meta la mano al bolsillo", dice Estay.
Cuando le piden que defina su vínculo con el Decano, le cuesta encontrar las palabras. Después se lanza: "No sabría qué decirle sobre mi relación con el Wanderers….para mí el Wanderers es una pasión eterna".
"No sabría qué decirle sobre mi relación con el Wanderers… para mí el Wanderers es una pasión eterna".
Francisco Estay, Hincha caturro que sufrió covid
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