Alejandro Fernández pisa el acelerador en nueva serie
El cineasta chileno está detrás de "Dale gas", producción mexicana que centra su mirada en las carreras clandestinas de autos. La trama devela las profundas fallas de la estructura social.
Alejandro Fernández Almendras -también conocido como AFA- debutó en el año 2009 con "Huacho", premiada película que cuenta cómo una familia sureña debe lidiar con los nuevos valores de una sociedad en estado de cambio. Dos años más tarde volvió con "Sentados frente al fuego" (2011), un drama contemplativo y sutil sobre el amor y la pérdida. Tres años después estrenó "Matar a un hombre" (2014), thriller cargado de crítica social con el que obtuvo el Gran Premio del Jurado en Sundance.
El bullado caso de Martín Larraín lo llevó dos años más tarde a dirigir "Aquí no ha pasado nada" (2016), desencantada mirada a la elite chilena y sus privilegios. Luego vinieron dos proyectos insospechados: "Mi amigo Alexis" (2019) -"la película de Alexis Sánchez"- y "Hra" (2019), un pequeño filme en blanco y negro que filmó en República Checa.
La serie de Netflix "Dale Gas" corona ahora una filmografía notable y ecléctica.
Hombre orquesta
El chileno oficia como productor ejecutivo, guionista y director de tres capítulos en los que prueba su adaptación a un contexto nuevo (los submundos de México) y, especialmente, a un formato que sigue sus propias lógicas y dinámicas.
El montaje rápido y la construcción visual desde distintos ángulos funcionan como marca distintiva.
Lo bueno es que todo este vértigo planeado desde lo formal no dificulta la construcción narrativa en torno a Kike y Noche, dos hermanos adolescentes que suelen triunfar en carreras clandestinas en Monterrey. Hasta que, en medio de una competencia, provocan la muerte del hijo de un poderoso empresario local. Tras amenazas violentas, deciden mudarse al DF junto a una tía ludópata. Los acogerá un pariente, un predicador evangélico que les prohíbe beber, fumar, tener sexo o volver a las viejas andanzas.
"Dale Gas" transcurre en barrios, discotecas clandestinas, talleres mecánicos, templos evangélicos y caminos de asfalto, bajo luces nocturnas y neones. Los personajes -todos con sus pequeñas adicciones- son entrañables. También los diálogos. Alejandro Fernández Almendras sabe que está construyendo una serie que no busca descubrir la pólvora, pero tiene el valor de acoger los lugares comunes de gringadas como "Rápido y furioso" para trasplantarlos a Latinoamérica, a los territorios de ese realismo sucio que tan bien conocemos.
A pesar de que esto es un ejercicio de género, el director no abandona algunas de las obsesiones temáticas que ha abordado en sus películas. Después de todo, al igual que en "Aquí no ha pasado nada", en "Dale Gas" hay un accidente fatal y una comunidad desigual. Es una pequeña historia que devela las profundas fallas de la estructura social.
El director chileno Alejandro Fernández Almendras oficia como productor ejecutivo, guionista y director en "dale gas".
Por Andrés Nazarala
fotograma