LA PELOTA NO SE MANCHA El "método" Wanderers
POR WINSTON POR WINSTON
Duró poco el sueño. Se suponía que, a estas alturas, Universidad de Chile iba a estar peleando los primeros lugares y, en los próximos, intentando alzarse con la Copa Sudamericana. Con este fin, contrataron al quiteño Luis Roggiero, que parecía tener la fórmula para llevar a un equipo modesto al éxito internacional, todo esto con un presupuesto limitado que se vería multiplicado gracias a la venta de jugadores de la cantera. Todo era entusiasmo al inicio.
Roggiero era una versión Aliexpress de otros modelos tan exitosos como onerosos que se observan en Europa y que, por presupuesto, son inalcanzables para cualquier club chileno: "El Método Manchester", "La Fórmula del Real Madrid", "Liderazgo" de Alex Ferguson, "Monchi, el arquitecto del gran Sevilla", "Heavy Metal, el fútbol intenso de Klopp", "El Método Guardiola", "Cuadernos de Manchester", "El Pizarrón de Gallardo", etc, etc. Como libros de dietas o autoayuda, todos prometen tener las claves para que cualquier hijo de vecino alcance la felicidad.
La realidad es menos fantástica, no hay fórmulas, ni varitas mágicas. Lo que pudo haber planificado Roggiero en una plantilla excel en su escritorio de Sangolquí, bajo una lluvia torrencial, típicas del Valle de Los Chilles, tiene muy poco que ver con lo que pueda realizar en la oficina que le dieron en La Cisterna para replicar su modelo.
No es que los chilenos seamos únicos y especiales; cada país, ciudad y equipo de fútbol es diferente. Así, en otro ámbito, las cadenas JC Penney y Home Depot que eran un éxito de ventas en Estados Unidos fracasaron en Chile con la misma filosofía. Y es que las instituciones y las estrategias poseen características particulares que impiden asegurar que lo que tuvo éxito en las cercanías del Pichincha pueda resultar en el Centro Deportivo de la Universidad de Chile.
Ahora que aclaré que no hay métodos probados ni fórmula que puedan llevar de forma más rápida al éxito, sí hay ciertos principios básicos que te pueden conducir al fracaso en cualquier organización y lo mismo en el fútbol: mientras menos inviertas, menos posibilidades tienes de que te vaya bien. Por esto mismo, si pagas poco, no esperes que al centrodelantero que trajiste por dos pesos convierta los goles que hace Benzema en la Champions.
A 120 kilómetros del fracaso de la fórmula de Roggiero en Universidad de Chile, aquí en Valparaíso llevamos años en la misma línea. Wanderers es el anti-ejemplo, una suma de fracasos que se repiten año tras año. Los dirigentes del puerto podrían escribir varios manuales de cómo se puede echar a perder un club hasta llevarlo al borde del amateurismo.
En esta línea, sugiero algunos nombres que podrían llenar la vitrina de alguna librería de calle Esmeralda: "El Método González, cómo ser presidente de tu club y llevarlo la B"; "Tres técnicos en un día, la particular fórmula de Reinaldo"; "Mucho verso y pocas nueces, por Peineta Garcés"; "¿Cómo hacer la cama?", escrito por varios autores en el 2021 y, por último, "Estadios llenos, palmares vacíos, la triste historia de una hinchada sufrida".
En fin, podríamos llenar cientos de páginas con los errores que se han cometido, fruto de la soberbia, ingenuidad y torpeza. Así como los hinchas de Universidad de Chile, guardan el sueño de una nueva Sudamericana junto al de un estadio, los de Wanderers ruegan por que Miguel Ponce, "El chueco", pueda enmendar un rumbo que se ve cada vez más torcido.